Libertadores: River fue goleado 3-0 por Palmeiras en una noche para el espanto

Ni el más optimista del Palmeiras ni el más incrédulo hincha de River imaginaron en la previa, un desenlace como el que se dio anoche en el estadio de Independiente, donde el Millo viene haciendo de local.

La goleada 3-0 que le infligió el equipo brasileño a este River desconocido, lo dejó herido de muerte en la semifinal de la Copa Libertadores, más allá de que aún falta la revancha en San Pablo de la próxima semana y que en el fútbol todo puede pasar.
Es que la dinámica de lo imprevisible fue en definitiva a lo que se aferró Palmeiras, para ganar un partido que le fue completamente desfavorable en la primera media hora.

En el inicio las cosas fueron claras: River dominaba campo y balón, a la vez que el ‘Verdao’, más por consecuencia del juego que por postura, trataba de aguantar la dinámica que imprimía el equipo de Marcelo Gallardo.
El Millo abría el abanico, el balón viajaba de un lado al otro y en el momento oportuno intentaba meter el estiletazo hacia la zona caliente, como ocurrió a los 7’ cuando el arquero Weverton le ahogó el grito a Jorge Carrascal. Palmeiras se salvaba, pero no despertaba porque River seguía dominando y esperando con paciencia que flaqueara la resistencia brasileña.

Casi lo logra a los 20’ con un centro exacto de Gonzalo Montiel para Rafael Borré, que se lo perdió solo ante el ‘1’ de Palmeiras.
Sin embargo a los 28’, en una jugada aislada, el Verdao agarró mal parado al fondo de River, Franco Armani salió mal con los pies ante un centro desde la derecha, el rebote le cayó a Rony quien con un disparo de derecha, previo desvío en De la Cruz, decretó la apertura.

A River le costó asimilar el golpe y Palmeiras casi lo noquea porque de inmediato llegó al segundo, pero Gustavo Scarpa estaba adelantado y el tanto fue anulado.
El Millo se salvaba y de a poco retomaba el control. Estuvo cerca del empate con un centro que entre Borré y Suárez no pudieron resolver, y con un tiro libre de Nacho Fernández que dio en el travesaño.
A la vuelta de los vestuarios y cuando River se disponía a dar vuelta las cosas, Robert Rojas falló en la marca ante Luiz Adriano, quien puso el 2-0 para Palmeiras. Era el principio del fin.

Si ya la desventaja mínima era complicado para River, qué decir sobre estar dos goles abajo ante un equipo como el brasileño, el único invicto de esta edición de la Copa. River casi llega al descuento con Borré, en dos oportunidades, pero estaba claro que no era su noche.
A los 14’ Carrascal pegó una patada incalificable, vio la roja, y a la jugada siguiente, de ese tiro libre, Matías Viña le metió la cabeza a un centro de Scarpa y estampó el impensado 3-0.

En la siguiente media hora pudo haber pasado de todo: que River descontara o que Palmeiras abriera aún más la herida millonaria. Todo quedó igual y no fue una mala noticia para un equipo que estaba a la deriva.
El martes que viene River irá por la heroica al Allianz Parque de San Pablo, aunque necesitará algo más que valentía para dar vuelta una historia que ya parece ser cosa juzgada.


La vuelta se disputará el próximo martes 12 en el estadio Allianz Parque de San Pablo y el ganador se clasificará a la gran final única del sábado 30 de enero en el Maracaná de Río de Janeiro.



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