Roca: le incendiaron la casa y se quedó sin nada

La suerte parece ensañarse con don Antonio Montupil Reinao. Cerca de los 70 años, debe comenzar desde cero después de un incendio provocado tras un intento de ocupación de su humilde vivienda y de pasar varios días en el hospital a causa de las heridas sufridas. Montupil vive en una precaria pieza de material en la calle Brown 3233 en barrio Nuevo. Luego de una vida de trabajo como peón rural, la mayor parte «en negro», ha perdido casi toda la visión y aún no tiene acceso a una jubilación, pensión de invalidez o graciable, por problemas de documentación. Sin familiares cercanos, hoy vive de las pocas «changas» que consigue, la ayuda de vecinos y la asistencia social.

Su situación empeoró hace unos 15 días, cuando un grupo de jóvenes ingresó violentamente a su vivienda para «pasar la noche», como le dijeron. «Yo ya estaba acostado, medio dormido, cuando de repente vienen estos pibes, 6 ó7 eran, medio tomados o drogados estaban y me pidieron quedarse por la noche. Yo les expliqué que soy pobre, no tengo lugar ni comida para darles y ellos se enojaron. Uno me prende fuego unos papeles y empieza a quemar el colchón y salen corriendo», relata desconsolado.

A los pocos segundos, toda la habitación estaba en llamas, que se extendieron a la pequeña cocina. «Yo saqué un balde con agua para apagar pero no sirvió de nada, después me ayudaron vecinos y vinieron los bomberos, pero se quemó casi todo», relata. Con «todo» se refiere la mayor parte de su ropa, un sencillo colchón, algunas frazadas, una mesa y poco más en una pieza que tiene un cajón por único mobiliario. En su intento por salvar algunas cosas, Montupil resultó con serias quemaduras, que lo tuvieron algunos días en Terapia Intensiva del hospital y luego en una sala común. Al regresar, el panorama era desolador. «No me queda nada, se quemó o robaron casi todo. Algunos vecinos por suerte me ayudaron y ya tengo cubiertos, plato y una olla. Pero no tengo nada de dinero, comida, o ropa», explica.

Además, por el incendio se quemaron todos los cables y las dos lamparas que eran la única instalación eléctrica de la casita, se reventaron los vidrios y la puerta de entrada, destrozada por los malvivientes, invita al robo.

Montupil asegura que acudió al municipio en busca de alguna ayuda, pero hasta ahora no ha tenido respuestas. Necesita en forma urgente alimentos, frazadas, colchón, una puerta «aunque sea usada», material para reparar daños en el techo, etc. Cualquier colaboración puede dirigirse al propio Montupil, en Brown 3233.


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