“Rojo Valentino”: El emperador de la moda italiana cumple 80 años

El zar de la moda “made in Italy” vistió a personalidades como Jacqueline Kennedy, Elizabeth Taylor y Sophia Loren.

El color favorito del modisto fue el rojo, el “rosso (rojo) Valentino”, con el que realizó creaciones que lucieron en las fiestas mujeres bellas y ricas de todo el mundo. Isabella Rossellini, Kate Moss y Julia Roberts fueron algunas de las que valoraron sus vestidos de gala rojos.

Hace cuatro años y medio, el zar de la moda, que se mueve en la generación de Christian Dior, Coco Chanel e Yves Saint Laurent, se retiró del negocio de la moda. Pero con ello, Valentino no está excluido del mundo de la moda. Este viernes cumple 80 años.

Este cumpleaños lo celebrará Valentino en el círculo familiar y sólo con sus amigos más estrechos, según indicaron periodistas especializados en moda.

De cualquier manera, actualmente tiene mucho que hacer en Nueva York, para preparar allí el vestuario de la compañía de ballet de la ciudad. En diciembre Londres dedicará una exposición al maestro de la elegancia italiana.

Valentino Clemente Ludovico Garavani, como es su nombre completo, nació en la localidad de Voghera, en Lombardia. Pero el floreciente diseñador de moda se pudo permitir posteriormente ser nombrado sólo por su primer nombre.

Tras finalizar sus estudios escolares, realizó cursos de diseño de moda en Milán antes de ganar en 1949 una beca para estudiar Alta Costura en París y ser aprendiz de Guy Laroche.

Diez años después, Valentino regresó a Roma para abrir en la lujosa Via Condotti, en el centro de la ciudad eterna, su propia casa de moda.

Elizabeth Taylor, que se encontraba entonces en Roma para un rodaje, fue una de las primeras clientas del modisto. Y en términos de vestuario le fue fiel.

“Valentino” se convirtió en un concepto y no sólo la actriz que tuvo muchos esposos necesitó prendas creativas de su taller para un casamiento lleno de glamour. También diseñó el vestido de cocktail corto y blanco con el que la viuda de Kennedy Jacqueline se casó en 1968 con el multimillonario griego Aristoteles Onassis.

Y su nieta de Onassis Athina eligió para su boda en 2005 un vestido de fiesta de Valentino.

El diseñador halló en Giancarlo Giammetti el socio ideal tanto para los negocios como para la vida, por lo que pudo concentrarse con éxito en la creación.

Una mujer debe darle vida a un vestido, debe hacerlo hablar: esto es lo que define con más claridad la filosofía de la moda para Valentino.

Si bien la empresa cambió desde fines de la década de 1990 varias veces de dueño, Valentino siguió siendo el diseñador jefe hasta fines de 2007.

Este hombre reservado, que decía ser una persona casera y no iba de fiesta en fiesta, puede asistir ahora como público a los desfiles de moda de Valentino. Sólo tiene que viajar desde una de sus numerosas casas, en Roma, Londres, cerca de París, en Gstaad y también en Nueva York.

Aún después de dejar su actividad en el mundo de la moda, Valentino siguió atrayendo la atención.

En 2011 creó en la Internet su museo de la moda virtual, con un sello absolutamente personal.

Documenta casi medio siglo de sus creaciones. Alta costura para la “crème de la crème” en Internet se inauguró desde Nueva York. Entre los 300 vestidos que se pueden admirar en la web está el vestido negro que Sophia Loren lució cuando le entregaron un Oscar. Además hay vídeos, dibujos e ilustraciones.

Con Roma ya no tiene mucho que ver, luego de que su idea de fundar allí un museo Valentino fracasara.

Valentino recibió también el año pasado el premio CFDA, conocido como el Oscar de la moda, que conceden los diseñadores estadounidenses.

También se deja ver en actos de beneficiencia a los que asisten personalidades, como en su Château de Widewille frente a las puertas de París, donde también tiene un archivo (real) de sus creaciones.

Y como “último emperador” fue inmortalizado en el documental “Valentino: The Last Emperor”, que fue estrenado en 2008 en el Lido de Venecia. Es el reconocimiento de un gran diseñador de moda, que durante décadas creó elegancia para pocos con unos pocos colaboradores.

dpa