17 millones de litros de sidra al año: de rescatar una bodega a estar en todas las mesas de fin de año

Del Valle es la marca emblema de una firma nacida en 1957, cuando un comerciante vio en la inactividad de una fábrica en la Patagonia una oportunidad. Gracias a su visión y espíritu innovador, hoy se consolidan entre los tres mayores productores de esa tradicional bebida en Argentina y son dueños de una marca líder.

El Alto Valle de Río Negro no es solo el principal centro frutícola de Argentina, sino también su gran polo sidrero. En General Roca, una bodega vitivinícola en desuso se transformó, hace más de seis décadas, en el punto de partida de una de las historias más emblemáticas de la sidra argentina. Desde 1957, Bodegas Cuvillier construyó un camino que la llevó a ubicarse entre los principales productores del país y a consolidar a Sidra Del Valle como la marca líder del mercado nacional, con una impronta marcada por la innovación, la escala y una obsesión temprana por la calidad.

Sidra en Río Negro: el visionario que vio futuro donde había abandono


A finales de los años 50, Virginio Luis Saccani llegó al Alto Valle con otros planes en mente. Comerciante de Pergamino, dedicado hasta entonces a la venta de productos alimenticios, encontró en la región una oportunidad inesperada: una bodega de vino abandonada y una marca de sidra (Sidra Del Valle) que existía desde décadas anteriores, pero sin desarrollo ni proyección. Don Luis, como se lo conoció desde entonces en el ambiente sidrero, entendió que allí había potencial.  

El caldo de sidra se elabora en General Roca. Foto: gentileza Bodegas Cuvillier.
El caldo de sidra se elabora en General Roca. Foto: gentileza Bodegas Cuvillier.

En 1957 adquirió tanto la bodega como la marca y comenzó un proceso de recuperación que fue mucho más que una reconversión productiva. Levantó una empresa prácticamente desde cero, le imprimió su carácter y fijó un objetivo claro: realzar el producto y posicionarlo en lo más alto. Visionario y decidido, se metió de lleno en el proyecto, en una región que terminaría consolidándose como la principal productora de sidra de la Argentina.  

Uno de los hitos que mejor sintetiza su enfoque fue una decisión tomada incluso antes de que la planta de envasado de San Fernando estuviera terminada, en 1976: la sidra Del Valle sería pasteurizada. Don Luis lo entendió como una garantía de calidad y estabilidad. Desde entonces, y hasta hoy, Sidra Del Valle es la única sidra de la Argentina que se pasteuriza. Así lo asegura Cristian Paredes, ingeniero químico y encargado de Producción y Control de Calidad en las bodegas de Río Negro.  

Del Alto Valle a Buenos Aires: una sidrera a gran escala  


El proceso productivo de Bodegas Cuvillier comienza en el Alto Valle, con materia prima proveniente de Río Negro y Neuquén. Las protagonistas son las manzanas, principalmente Red Delicious por su alto contenido de azúcares, combinadas con variedades verdes como Granny Smith y con Pink Lady, que aportan acidez y equilibrio. Cada año se muelen entre 20 y 25 millones de kilos de fruta, un volumen que dimensiona la escala alcanzada.  

La molienda y fermentación se realizan en la planta de General Roca, donde se obtiene el caldo base de sidra. Allí la capacidad de almacenamiento alcanza los 5 millones de litros, un volumen que durante la cosecha se completa en menos de un mes. Por eso, gran parte del caldo se despacha rápidamente hacia Ingeniero Huergo, donde la firma cuenta con una segunda bodega con capacidad para almacenar hasta 15 millones de litros.  

Vista aérea de la planta de envasado de Sidra Del Valle.
Vista aérea de la planta de envasado de Sidra Del Valle.

Ese caldo no es aún el producto final. Puede permanecer almacenado entre nueve meses y un año, hasta ser trasladado en camiones cisterna a la planta de San Fernando, en la provincia de Buenos Aires. Allí se realizan los procesos finales: ultrafiltrado, edulcorado, gasificado, envasado y pasteurización. La ubicación no es casual: la cercanía a los grandes centros de consumo y a los proveedores de insumos hace más eficiente la logística.  

La planta de San Fernando tiene capacidad para almacenar 1,5 millones de litros y puede envasar más de 40.000 cajas diarias de seis botellas, además de 32.000 six packs de latas. En los picos de fin de año, la producción supera el cuarto de millón de botellas por día, con las plantas trabajando las 24 horas.  

Sidra a gran escala

270.000
Botellas de sidra puede produce al día Bodegas Cuvillier en los picos de fin de año.

En total, la empresa produce entre 15 y 17 millones de litros de sidra al año, emplea a más de 160 personas (unas 10 en Río Negro y más de 150 en Buenos Aires) y exporta alrededor de 700.000 cajas anuales, principalmente a Bolivia y Paraguay. Hoy está entre los tres mayores productores de sidra de la Argentina y asegura ser dueña de la marca más vendida del país (Del Valle).

Innovar para crecer y romper la estacionalidad de la sidra  


La sidra argentina enfrenta un desafío estructural: el consumo está fuertemente concentrado en las fiestas de fin de año y se viene contrayendo, con una caída significativa en 2024. Por ello Bodegas Cuvillier ha redoblado su apuesta. Por un lado, amplió y diversificó su portafolio, mejorando presentaciones y lanzando nuevos formatos. Un hito reciente fue haber sido, según la empresa, la primera sidrera del país en lanzar sidra en lata, en plena pandemia, una señal de que el espíritu innovador de Don Luis sigue vigente en sus hijos Marcelo, Paula y Javier Saccani.  

Un hito reciente fue haber sido, según la empresa, la primera sidrera del país en lanzar sidra en lata. Una muestra de que el espíritu innovador de Don Luis sigue vigente en sus hijos Marcelo, Paula y Javier Saccani. 

Hoy el portafolio incluye la línea premium 1930 (en homenaje al año de nacimiento del fundador) con variedades Demi-Sec, Dolce, Pera y Rosé; la línea artesanal Pyrus, en manzana y pera; y la tradicional Sidra Del Valle, recientemente relanzada con propuestas como Del Valle Gold. Además, se desarrollaron formatos más pequeños, como el porrón de 500 mililitros, pensados para un consumo más cotidiano.

La desestacionalización del consumo de sidra es otra meta. Para eso, la firma intensificó su presencia en ferias, festivales y eventos, con degustaciones y acciones directas con el público. Argentina está entre los diez países con mayor consumo per cápita de sidra a nivel mundial, aunque con niveles bajos (menos de un litro por persona al año, según datos del Gobierno de Río Negro), lo que deja en evidencia un amplio margen de crecimiento.  

A casi 70 años de aquella decisión inicial, la bodega vitivinícola abandonada que encontró Virginio Luis Saccani es hoy una de las principales productoras de sidra del país. Bodegas Cuvillier no solo logró ponerse en el podio del sector, sino también consolidar a Sidra Del Valle como la marca líder de la Argentina, confirmando que la visión, la calidad y la escala pueden transformar una oportunidad olvidada en una referencia nacional y en un clásico de las mesas de fin de año de los argentinos. 


Seguí AQUÍ el canal de Whastapp del suplemento Rural de Diario RÍO NEGRO, donde recibirás novedades y material exclusivo sobre el agro de Río Negro, Neuquén y toda la Argentina.



El Alto Valle de Río Negro no es solo el principal centro frutícola de Argentina, sino también su gran polo sidrero. En General Roca, una bodega vitivinícola en desuso se transformó, hace más de seis décadas, en el punto de partida de una de las historias más emblemáticas de la sidra argentina. Desde 1957, Bodegas Cuvillier construyó un camino que la llevó a ubicarse entre los principales productores del país y a consolidar a Sidra Del Valle como la marca líder del mercado nacional, con una impronta marcada por la innovación, la escala y una obsesión temprana por la calidad.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora