¿Carne más cara para las fiestas?: la menor oferta de hacienda presiona fuerte sobre los precios y el novillito ya aumentó 60% en seis meses
En los últimos seis meses los valores de la hacienda comercializada en los remates de Río Negro aumentaron entre un 30 y un 60%. El salto más fuerte fue para el novillito, que pasó de $3.800 el kilo en mayo de este año a $6.050 en las subastas de mediados de noviembre. Las causas que explican este presente ganadero.
A mitad de este año nadie sospechaba que la ganadería regional iba a tener un fin de temporada tan movido y pleno de interrogantes que muy pocos se animan a responder sin temor a equivocarse.
El análisis del sector ganadero para este último bimestre del 2025 habla de mucha incertidumbre respecto de lo que vendrá en el período previo a las fiestas, y sobre todo qué se puede esperar para el comienzo del 2026 en materia de precios.

Aunque sí hay algunas certezas en el mercado que pueden resumirse en: precios elevados que amenazan con seguir escalando, una exportación fuerte que cada vez demanda más hacienda, oferta de animales acotada como consecuencia de una sequía de años que obligó a achicar stocks en el campo.
Con este panorama que todos los actores del sector ganadero comparten en mayor o menor medida, lo cierto es que la ganadería regional atraviesa el período de valores más altos de los últimos años.
Valores que se consolidaron en los últimos remates
Tras una etapa de retraso frente a la inflación, los precios de la hacienda pegaron un salto que se sostiene semana a semana en los remates y que se consolidó en los últimos 30 o 40 días.

Hoy el kilo vivo del animal gordo ronda los $4.300 a $4.400 + IVA, mientras que la carne en gancho se negocia en valores que rondan los $8.500 final según consignatarios locales, en función de un rendimiento del 56% en el animal que entra a faena.
Aunque las explicaciones pueden buscarse en lo coyuntural, el fondo del problema se arrastra desde hace tiempo: caída del stock, clima adverso y poca inversión en engorde local.

“Si tuviera respuestas certeras me ayudaría mucho a tomar decisiones en lo personal, hay un poco de todo”, admite Roberto Gutiérrez, presidente de la Sociedad Rural de General Conesa frente a la consulta de Río Negro Rural del porqué del avance de los precios de la hacienda, reflejando un poco la incertidumbre que gobierna al sector.
El impacto de la Resolución 180 y una sequía prolongada
El anuncio de la Resolución 180 en marzo de este año fue el inicio de un período tumultuoso en materia ganadera en la Patagonia. Para Gutiérrez su efecto fue inmediato en la estructura del engorde: “desalentó a muchos feedloteros chicos y medianos para seguir engordando, y ahora llega este momento y no hay hacienda gorda, bajó la oferta”.

Pero si esa normativa del gobierno nacional, que después se implementó con cambios que permitieron el ingreso de carne con hueso plano desde el norte del río Colorado hacia la Patagonia, fue un golpe coyuntural, también el clima hizo lo suyo de manera persistente.
“No estamos pasando por un buen momento climático desde hace casi tres años”, recuerda el dirigente rural, remarcando la pérdida de vacas madres y la consecuente menor producción de terneros.

La última lluvia importante en las zonas ganaderas de la Provincia fue a mediados de septiembre, días previos a la realización de la Expo Rural de General Conesa. Después de eso, la nada misma en materia de precipitaciones.
“No estamos pasando por un buen momento climático desde hace casi tres años”.
Roberto Gutiérrez, presidente de la Sociedad Rural de General Conesa.
Los especialistas en materia ganadera coinciden en el diagnóstico. “Venimos de años de sequía, la oferta de invernada en la zona es escasa y hay alta demanda”, analizó Martín Lesiuk, de la consignataria Lesiuk Hnos., quien define este presente como una recomposición de valores, luego de estar atrasados durante varios meses.
El consignatario sumó que “hay dos factores principales que rigen el mercado, que son la oferta y la demanda. Para la demanda influyen la exportación, el consumo, las inversiones o el cierre de ganancias, mientras que en la oferta pesan la sequía, los años de atraso de precios, o mucha lluvia que hace que el productor retenga hacienda por la disponibilidad de pasturas”.
“Las perspectivas de los precios hasta fin de año, viendo los históricos y en valor dólar, no creo que vayan a subir más, pero los mercados son los que mandan”.
Martín Lesiuk, de la consignataria Lesiuk Hnos.
Por último, arriesgó que “las perspectivas de los precios hasta fin de año, viendo los históricos y en valor dólar, no creo que vayan a subir más, pero los mercados son los que mandan”.
Mariano Massini, de la firma Otermin&Massini, comparte la visión sobre la falta de oferta de hacienda, poniendo números al retroceso: “Creo que hoy tenemos unos 25.000 terneros menos que hace dos años” en la región.

La baja disponibilidad es tal que la aparición de un lote de calidad despierta fuertes pujas en los remates y en las ventas particulares: “Lo que pasa en los remates se refleja en la venta particular también”, explica Gutiérrez.
Actualmente se estima que cerca del 80% de la hacienda que se comercializa en la región se hace a través de los remates a través de consignatarios, mientras que el 20% restante son acuerdos entre particulares, los que también se rigen por los precios que surgen de los remates.
Exportación fuerte, consumo contenido y presión impositiva
Los precios no suben sólo porque falta hacienda: también sobran compradores. La exportación aparece como el motor que hoy decide valores. “Hay un mercado exportador que en este momento se lleva todo”, afirma Sergio Prieto, de Prieto & Vita SRL.
El consumo interno, a pesar del deterioro del poder adquisitivo, resiste en una franja de consumidores de ingresos medios y altos. Pero cada vez queda menos carne para ellos: “El consumo que quedaba dentro del país se está yendo para el exterior”, advierte Prieto, y eso repercute en los precios regionales porque la carne del norte de la barrera “va a entrar más cara”.
“Hay un mercado exportador que en este momento se lleva todo”.
Sergio Prieto, de Prieto & Vita SRL.
Y hay otro condimento que se suma a lo económico, que es lo impositivo. “Muchas actividades necesitan balancear IVA y necesitan hacer compras, eso presiona más sobre la poca oferta y repercute aún más sobre los precios”, reconocen los operadores.
“Hasta que no aparezca una oferta interesante vamos a continuar con situaciones incómodas y será difícil que el mercado se estabilice”, estimó Sergio Prieto.
Por último indicó que “si sigue firme el tema de exportación vamos a tener un fin de año y principio de 2026 complejos, salvo que las lluvias ayuden y los campos se normalicen, aunque eso trae retención de hacienda”.
A mitad de este año nadie sospechaba que la ganadería regional iba a tener un fin de temporada tan movido y pleno de interrogantes que muy pocos se animan a responder sin temor a equivocarse.
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