¿Hay techo para el precio de la carne?: subió otro 11% en menos de un mes
Los últimos negocios acordados en lo que va de diciembre cerraron en $9.500 el kilo de carne al gancho final (IVA incluido). Los argumentos para este avance de precios siguen siendo los mismos: poca oferta de invernada y fuerte demanda de los engordadores que quedaron en pie y de los exportadores. Hay eslabones de la cadena ganadera que están trabajando a pérdida y muy pocas certezas de cómo sigue el mercado.
Hay muy pocas certezas en el mercado de hacienda sobre cómo será la evolución de los precios de la carne en lo que resta de 2025 y los primeros tramos del año entrante. La tendencia muestra una evolución de valores creciente en las distintas categorías, que hace que los primeros eslabones de la cadena productiva -en el que se incluyen la cría y la recría-, estén mejor posicionados por este presente del mercado respecto del engorde, que ya juega un partido aparte y se quedó sin margen o directamente está trabajando a pérdida.
Este último eslabón quedó aprisionado entre los precios de la cría y la recría, que vienen en suba por la dinámica de la oferta y la demanda, sobre todo desde la parte exportadora, y lo que está dispuesto a convalidar el consumo, que es el freno para que los precios sigan subiendo en el mercado interno.
A mediados de noviembre el kilo de carne al gancho se negociaba en el orden de los 8.500 pesos, pero actualmente ya se manejan precios que rondan los 9.500 pesos por kilo, lo que representa un avance del 11% en los valores de venta. Es así que en un contexto de precios en alza y una oferta de hacienda que no termina de recomponerse, la actividad ganadera atraviesa uno de los momentos más singulares de los últimos años. Una especie de mercados alterados, por ahora sin luz al final del túnel.
La combinación de valores históricos para el ternero, costos crecientes en la alimentación de hacienda y un fuerte impulso exportador generan un escenario lleno de oportunidades para algunos eslabones de la cadena, pero también de grandes desafíos para otros.
Un buen momento para cría y recría
Para entender mejor la dinámica actual, Río Negro Rural consultó a referentes del sector ganadero.
Mariano Massini es productor, invernador, feedlotero y consignatario. Ante la consulta sobre la realidad del mercado reconoció que se viven jornadas intensas, con mucha incertidumbre y volatilidad en los precios, y que esa volatilidad complica la planificación.

“El negocio está en un buen momento porque el producto que hacemos tiene un valor que es histórico”, asegura desde el punto de vista del productor que hace cría o recría de hacienda. Pero, mientras el criador y el recriador muestran números favorables gracias al valor del ternero, la situación del feedlot es otra. El encierre enfrenta una ecuación complicada.
“El feedlotero ahora se encuentra con un problema: el valor del ternero es muy alto. Aumentó el ternero, aumentó el maíz, que es el 90% de la dieta del bovino, y en la carnicería no lo pueden aumentar mucho más porque no resiste el bolsillo de la gente”, explica. En el caso del feedlotero que compra para exportar la ecuación sigue siendo favorable, pero “no es el caso del engordador de la Patagonia, que hace todo para el mercado interno”.
«Han desaparecido muchísimos feedlots, los chicos, los que no están armados, los que no son dueños de parte de la cadena, están quedando afuera del mercado”.
Mariano Massini, productor y consignatario ganadero.
Con costos crecientes y precios de venta que ya no pueden acompañar esa suba, muchos establecimientos empiezan a perder margen. Massini lo resume claro: “Se achica el margen de ganancia y entra en pérdidas, que hoy son bastante importantes”.
En ese contexto, quienes no tienen integración dentro de la cadena están quedando relegados y eso trae consecuencias. “Han desaparecido muchísimos feedlots, los chicos, los que no están armados, los que no son dueños de parte de la cadena, están quedando afuera del mercado”, afirma Massini.
Hoy producir la comida, criar el ternero o tener estructura propia para el transporte puede definir la continuidad de un proyecto. El entrevistado lo vive en carne propia: “Yo trato de ser parte de varios eslabones de la cadena, soy dueño de mis vacas, de mis terneros, del feedlot y tengo el transporte para traerme la comida. Cuando vos tenés un poquito de todo, disminuís las pérdidas”.
El que sale del negocio es difícil que vuelva a entrar
Como resultado de estos movimientos, se vuelve cada vez más difícil entrar nuevamente al negocio una vez que se sale. “Hoy una jaula de terneros vale 70 millones de pesos, yo creo que el que sale no entra más”, advierte Massini, remarcando que el costo de reposición es un limitante muy fuerte para quienes intenten regresar al sistema.
El cambio estructural también se refleja en la oferta. Aunque los remates presentan números muy altos, esa abundancia es circunstancial. En los últimos remates del año en la región hay una oferta superior a las 5.000 cabezas “pero es poco”, dice el consignatario de hacienda.
Mariano Massini, productor y consignatario ganadero.
“El faltante de hacienda es real y es fortísimo”, resume. Según explica, los remates están recibiendo mucha más hacienda que la venta particular porque el productor encuentra allí mejores precios y por eso concentra su oferta.
Solo a modo de ejemplo, en el departamento de General Conesa, en el período enero-noviembre 2024 versus similar tramo de esta temporada, la oferta de hacienda disponible en los remates se redujo en más de 10.000 cabezas, siendo más notoria la baja en las categorías terneros, terneras y vacas, que en conjunto redujeron la oferta de un año a otro en casi 8.000 cabezas.
Qué pasa al norte del río Colorado
La realidad que se vive al sur del río Colorado tiene su correlato hacia arriba de este límite geográfico, donde ocurre prácticamente lo mismo que en el norte patagónico. Los valores vienen presionados por la demanda y, sobre todo, por un factor clave: la exportación. “Hoy están más fuertes los precios en La Pampa que acá, y nunca pasó. Siempre fuimos más caros en la Patagonia. Esto es por la exportación”, explica Massini, que como consignatario también realiza remates en esa provincia.

El reciente acuerdo presidencial que habilitó 80.000 toneladas adicionales para exportar a Estados Unidos tuvo un impacto directo en el mercado: “Fue el detonante”, asegura el productor.
En cuanto a los precios, Massini detalla que el kilo al gancho ya se ubica entre 9.200 y 9.500 pesos finales con tendencia creciente: “Podría llegar a 10.000”, anticipa, aunque también advierte que, con los valores actuales del ternero (entre 6.500 y 7.000 pesos) y de la comida (unos 3.800 pesos más IVA), la ecuación para el feedlot sigue sin cerrar: “No te da, no es un buen negocio hacer carne”, enfatiza.
“Hoy están más fuertes los precios en La Pampa que acá, y nunca pasó. Siempre fuimos más caros en la Patagonia. Esto es por la exportación”.
Mariano Massini, productor y consignatario ganadero.
De cara a lo que viene, Massini prevé que la tendencia alcista podría prolongarse en el tiempo, especialmente en la región patagónica. “Acá falta mucha hacienda. No va a bajar el precio”, sentencia. El mercado necesitará más oferta para estabilizarse, pero eso llevará tiempo, sobre todo con los encierres reducidos y los criadores aprovechando una recuperación que tardó muchos años en llegar.
El calendario de remates sigue en La Pampa y Río Colorado
Mientras tanto, la agenda comercial de la empresa sigue su curso. Los próximos remates ya tienen fecha y concitan una fuerte expectativa. Massini detalla que el 16 de diciembre saldrán en La Pampa, en Adela, y luego el 19 de diciembre en Río Negro, desde la Sociedad Rural de Río Colorado.
Los remates de diciembre serán los últimos del año y la actividad recién retomará en febrero, manteniendo la tradicional dinámica bimensual que maneja la firma para evitar solapamientos y asegurar el cobro de operaciones que hoy manejan montos muy elevados.
La primavera fue el punto de inflexión para los precios de la hacienda
Por su parte Roberto Gutiérrez, presidente de la Sociedad Rural de General Conesa, recordó que los valores de la hacienda de invernada en febrero de este año rondaban los 5.000 pesos por kilo vivo y luego de la resolución 180 del gobierno sobre la flexibilización de la barrera los “planchó” en la franja de los 4.000 pesos por kilo. La primavera fue el punto de inflexión donde la tendencia comenzó a cambiar y hubo una fuerte recuperación.

“No creo que haya ganadores o perdedores con los valores de la hacienda como están hoy, uno siempre tiene la sensación que corre de atrás, cuando vendés una tropa a 4.000 y la cobrás a los 45 días ya está a 4.500 o 5.000”.
“Cuando se liberó la barrera el gobierno no pensó que el mercado siempre responde de alguna manera, esa situación desalentó a un montón de feedlots chicos y medianos que hoy podrían estar proveyendo animales gordos y no están, esa gente se asustó y se retiró del negocio”, indicó el dirigente y productor rural.
“Cuando se liberó la barrera el gobierno no pensó que el mercado siempre responde de alguna manera, esa situación desalentó a un montón de feedlots chicos y medianos que hoy podrían estar proveyendo animales gordos y no están, esa gente se asustó y se retiró del negocio”.
Roberto Gutiérrez, productor y dirigente rural de General Conesa.
Gutiérrez apuntó que “el mercado va a seguir muy corto de invernada, de acuerdo a nuestros datos entre el año pasado y éste solo en Conesa hay un faltante de 5 mil y pico de animales, con eso se podrían hacer cuatro remates, es un faltante importante y va a seguir así”. Según su mirada el productor va a seguir aliviando sus campos, clasificando sus vacas, y vendiendo lo justo y necesario a la espera que la entrada al otoño sea una época de lluvias.
“Por otro lado la exportación sigue tirando, la vaca y el toro que van a China tienen muy buen valor, hay mucho interés por el novillo, en buena hora”, concluyó.
Hay muy pocas certezas en el mercado de hacienda sobre cómo será la evolución de los precios de la carne en lo que resta de 2025 y los primeros tramos del año entrante. La tendencia muestra una evolución de valores creciente en las distintas categorías, que hace que los primeros eslabones de la cadena productiva -en el que se incluyen la cría y la recría-, estén mejor posicionados por este presente del mercado respecto del engorde, que ya juega un partido aparte y se quedó sin margen o directamente está trabajando a pérdida.
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