Medir para mejorar: la clave de un reconocido productor a nivel internacional para lograr altos rendimientos en maíz
Ernesto Cruz, especialista mexicano y referente global en producción, explicó en Rosario cómo la precisión, la tecnología y la adaptación a cada lote pueden transformar la competitividad del maíz argentino.
“Los agricultores tenemos que enfocarnos en buscar eficiencia y alto rendimiento”, aseguró el ingeniero agrónomo Ernesto Cruz, el productor agropecuario mexicano reconocido a nivel global por haber logrado el récord mundial de producción de maíz con 44,04 toneladas por hectárea en China. Durante su paso por el 4º Congreso Internacional del Maíz que se realizó en Rosario contó su experiencia en la producción del noble cultivo de origen mexicano e instó a los productores argentinos a animarse a mejorar y lograr tener más maíz por hectáreas, incluso en zonas impensadas. Planteó dos conceptos centrales. “Lo que no se mide no se puede mejorar”, dijo y resaltó: “Tenemos tecnología y tenemos que empezar a usarla para tomar decisiones”.
Ernesto relató su experiencia en China, el trabajo realizado hasta alcanzar el récord mundial de producción de maíz, una cifra que desconcierta hasta a los más experimentados productores. La experiencia en el lejano país asiático lo llevó a compartir su conocimiento en otras latitudes, incluida Argentina. Contó que en Río Negro asesora a un productor agropecuario Pérez para mejorar la productividad. “Hace dos años me decía, crees que es posible 15 toneladas de maíz, estaba en 8,3. Este año cosechó en 60 hectáreas un promedio de 18,6 toneladas por hectárea y en franja de experimentación pasamos a 23 toneladas ya. Y todavía nos quedan 15 cosas por mejorar. Creo que en dos años estaremos en 26 o 27 toneladas por hectárea”, detalló.
También compartió la experiencia en Córdoba con José Folguera en la producción de 15 mil hectáreas de maíz. “José estaba en 8,5 y este año cosechó arriba de 18 toneladas promedio. Tenemos mucho por mejorar todavía pero ese es el potencial de Argentina. Podemos duplicar el rendimiento y lo importante es que los agricultores empezaron a hacerlo y están demostrando que es posible”, subrayó ante el atento auditorio.
Ernesto advirtió que “hay mucho por hacer” y señaló que hay que olvidarse del paquete tecnológico, de la receta de cocina, ya que “cada condición es particular, cada metro cuadrado, cada pulgada del campo es diferente”. Por eso la clave es medir: “No se puede mejorar lo que no se conoce”.
El camino recorrido
El productor mexicano, y también director de la empresa Atider, hoy recorre el mundo compartiendo su conocimiento para lograr altos rendimientos en maíz pero recordó que todo comenzó en 1990 cuando México firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) de América del Norte su país producía 4,5 o 5 toneladas por hectáreas. “De un día para el otro nos pusieron a competir con los más grandes del mundo. Si vemos cómo números el TLC es un súper éxito, tenemos un superávit de más de 20 mil millones de dólares contra Estados Unidos y de 6 mil millones de dólares con Canadá. Vendemos cualquier cantidad de cultivos de alto valor, sin embargo en los commodities somos los primeros importadores de granos del mundo. El año pasado importamos 24 millones de toneladas, es una locura”, precisó.
Fue así que en Jalisco, la provincia mexicana donde vive, donde hoy se produce 26 o 25% del productos agrícolas nacional y son número uno en producción de pollos, huevos, cerdo, leche, carne vacuna, paltas y frutillas y número dos de maíz se comenzó a gestar un cambio. “De familia de agricultores, con 30 años, en Jalisco que siempre fue hortalizas nos preguntamos ¿Qué vamos hacer? Con riego no había problema pero había 700 mil hectáreas de secano. Empezó el reto por sobrevivir, pasamos a estudiar, tener errores, más errores y formamos equipo. Esa fue nuestra gran diferencia. Teníamos que competir con Illinois, Iowa, Nebraska, y ellos estaban en 13 toneladas por hectárea y nosotros en 4. Ellos tenían 500 hectáreas y nosotros 25, 30 o 40. Primero fue por sobrevivir y luego tuvimos un sueño que fue por qué no ser los mejores del mundo. El maíz es originario de México y hasta 1942 México era el número uno en toneladas en maíz, algodón, soja, arroz, trigo. Si un día lo fuimos porqué un día no lo podemos volver a ser”, resaltó y hasta se animó a decir que “hace 100 años Argentina fue la segunda economía del Planeta, porque no lo puede volver a ser”.
La historia sigue con una producción de 10 toneladas por hectárea en 1992 y se pasó a 15 en 1995. El salto llegó en 2002, mientras el récord en Illinois era 22,5, en México ya cosecharon 22,4 toneladas por hectáreas. “Los chinos se dan cuenta y nos buscan. Llegó a China en 2004 y la maquinaría más grande era de 40 caballos, casi una máquina de pasto. En una finca de 80 mil hectáreas comenzamos a hacer cosas, con 22 mil hectáreas de riego. Llegó el primer tractor de 300 y 600, sembradora de 26 surcos y de 36. Ellos estaban en 5,1 toneladas de maíz por hectárea y a los tres años subimos a 15,7 de promedio en 21 hectáreas”, recordó Ernesto sobre esta experiencia que duró 5 años, hasta la muerte de su padre, situación que lo impulsa a volver a México.
Sin embargo, desde el gobierno central de China lo vuelven a convocar. Quieren saber hasta donde se puede llegar. “Pasé a 22,7 toneladas por hectáreas. Empezaron propuestas indecorosas, tres años manejé 11 fincas de 3,2 millones de hectáreas de maíz y luego tres años maneje 8,7 millones de hectáreas. Y con las más grandes lecheras del mundo y sembramos 300 mil hectáreas para silo. Me ponen mi propio centro de investigación, sin límite de inversión y ahí logré el récord mundial. Logramos 44,04 toneladas por hectáreas en 10 hectáreas”, contó Ernesto sobre su actividad en China, que aunque su contrato vence en 2030 ya está más tiempo en su México natal que en el país asiático.
A modo de resumen, subrayó que “si un granjero lo puede hacer, otro lo puede superar, ese es el asunto” y continuó: “Estoy acá porque veo la gran super oportunidad, veo gente muy valiosa con una necesidad, hay unos recursos inmensos y tengo envidia. Empezamos a dar cursos virtuales y hace dos años que empecé a venir”.
Los cambios, la tecnología: medir y ajustar
Además, de las oportunidades para el sector, Ernesto también habló de las problemáticas que enfrenta la agricultura. “Todos somos consumidores y estamos exigiendo mayor calidad y mayor inocuidad de los alimentos. Tenemos que entender que el que paga manda. Si nuestro cliente pide no es negociable. No me quiero meter en política pero en todos los países de América latina los subsidios a la agricultura están satanizados. Si vamos a competir que sea contra iguales. Me asusta el nivel de subsidios que traen en Iowa y toda la agricultura de los países del primer mundo tienen un escándalo de subsidio, no nos olvidemos de eso”, indicó.
Luego, dijo, viene el cambio climático, “lo más complicado de la humanidad, no sólo de la agricultura”. Puntualizó: “Perdemos millones de hectáreas cada año y se nos movieron los climas, ahora quizá la cantidad de lluvia es menor pero de golpe en un evento llueven 120 o 140 ml. El cambio de temperatura nos trae nuevas plagas, malezas, enfermedades y necesitamos modificar fechas de siembra y modificar, ser rápido en base a datos. Nos es comprar tecnología por comprarla. Hoy tenemos cosas que hace 20 años eran un sueño. Tenemos tecnología y tenemos que empezar a usarla para tomar decisiones”, apuntó.
Además, resaltó que “no es por moda, hay que entender que el patrimonio del agricultor es su suelo, su ambiente, agua”. Consideró que “la única forma de producir más es que su suelo sea más fértil, use mejor el agua, que controle mejor las cosas”. Por eso habló de desarrollar sistemas ambientalmente amigables para estar a la altura de las circunstancias, de la gran oportunidad de ser parte de la historia y en 30 años duplicar la producción de maíz.
“Tenemos que entender que esto es un negocio, no es un hobby, estamos para que nuestras familias vivan mejor y los negocios se mantienen con rentabilidad. Tenemos que tener calidad, calidad es el secreto de la cantidad. El cliente nos exige calidad. El alto rendimiento es una serie de procesos y protocolos de mejora continua de calidad. Después la sustentabilidad para tener un mayor potencial productivo en mi predio. Vendemos toneladas, no vendemos hectáreas. Si vendiéramos hectáreas tendríamos que bajar el costo por hectáreas, pero tenemos que bajar el costo por toneladas producida…», agregó.
«Me dicen que gastan 500/600 dólares por hectáreas, yo 3.000 dólares por hectárea pero produzco 32 o 33 toneladas. Una tonelada me cuesta mucho menos que a uds. El agricultor más rentable es el que produce más toneladas por hectáreas con un menor costo unitario y al mismo tiempo incrementa la productividad del suelo para tener capacidad de producir más”, subrayó durante su presentación en el 4º Congreso Internacional del Maíz que se realizó en Rosario.
“Los agricultores tenemos que enfocarnos en buscar eficiencia y alto rendimiento”, aseguró el ingeniero agrónomo Ernesto Cruz, el productor agropecuario mexicano reconocido a nivel global por haber logrado el récord mundial de producción de maíz con 44,04 toneladas por hectárea en China. Durante su paso por el 4º Congreso Internacional del Maíz que se realizó en Rosario contó su experiencia en la producción del noble cultivo de origen mexicano e instó a los productores argentinos a animarse a mejorar y lograr tener más maíz por hectáreas, incluso en zonas impensadas. Planteó dos conceptos centrales. “Lo que no se mide no se puede mejorar”, dijo y resaltó: “Tenemos tecnología y tenemos que empezar a usarla para tomar decisiones”.
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