Sabores debajo de la tierra

En Colonia Suiza, todos los miércoles y domingos se puede disfrutar del curanto más delicioso. La preparación de carnes y verduras se convierte en un show lleno de magia y sabores.

Gentileza

Disfrutar de un curanto no sólo es comer. Es presenciar el ritual de la cocina bajo tierra, conocer los alrededores, charlar con otros turistas, escuchar buena música.

Todo eso se puede hacer los miércoles y domingos en Bariloche, a sólo 25 kilómetros del centro, en Colonia Suiza.

La preparación básica consiste en cocinar los alimentos bajo tierra, en un hoyo que ha sido previamente calentado, en el que coloca la comida y se la tapa con hojas, lonas y tierra.

Todo es un show que culmina en el paladar. No hay definición para explicar como queda la comida. Porque las carnes salen tan a punto y sabrosas. Las verduras a punto, con una cocción exacta. Algunas especialidades como la calabaza rellena con arvejas y queso, manzanas y peras, pollo, chorizos y carne.

Todo puede acompañarse con bebidas artesanales y de postre tartas y tortas caseras. Para disfrutar del Curanto hay que llegar a la Colonia antes de las 11.

¿Cómo llegar? A Colonia Suiza se llega por avenida Bustillo bordeando el lago, para entrar a Circuito Chico. Se debe pasar el Puente del Moreno y donde están los carteles, doblar a la izquierda. También hay otra entrada, para la que se debe seguir, pasar Punto Panorámico, y luego doblar a la izquierda. Por este segundo ingreso, se bordea el Cerro López, se pasa por el canopy y se llega a la Colonia.

Un lugar único

Entrar a Colonia Suiza es un viaje emotivo en el tiempo: antiguos edificios que eran el corazón de la actividad agrícola de la zona; una pequeña capilla de cuentos; la escuela, fábricas de cerveza artesanal, la feria, la casa de los colonos…

En verano se agregan los viernes y sábados para degustar el curanto. Hay muchos lugares tradicionales y los nombres y apellidos de los “curanteros” son la historia misma de la Colonia.

Las distintas etapas de la preparación siempre son explicadas e incluyen algún espectáculo.

Paralelamente se puede recorrer la feria artesanal.

Antes de comer se pueden probar las tortas fritas rellenas y el vino montañés, un néctar dulce. Después de comer, un poco de tarta de frambuesas.

El curanto del “Gringo” Nielsen se encuentra en el corazón mismo de la escuela.

Allí después de la ceremonia de calentamiento de las piedras, de preparar la comida y el show final del “destapado” se puede hablar un rato con el “Gringo” y su familia. Todo está preparado y lo único que resta es disfrutar de la comida. El almuerzo siempre es matizado con música.

El curanto de Goye

Otro de los curantos está en la entrada y es el de Víctor Goye.

Allí también se disfruta del show de la preparación, hay muy buena música y mientras se prepara hay tiempo de caminar por la Colonia.

Las charlas con los lugareños son el complemento ideal para terminar de empaparse de una tradición exquisita.

Festival Gastronómico

Desde ayer y hasta el domingo la gastronomía de todo el país se reúne en un megaevento en Tecnópolis.

El festival gastronómico argentino Raíz muestra los productos y los sabores de todas las regiones. Y Bariloche estará presente con uno de sus platos más tradicionales y representativos: el curanto. Llevando la cultura de la ciudad, el “Gringo” Nielsen preparará “en vivo” un curanto multitudinario durante el festival.

(Fuente: Emprotur)

Las carnes y verduras se cocinan en un pozo y salen a punto y con mucho sabor. Este ritual se puede complementar con paseos y la degustación de artículos artesanales.


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