Serrat alimentó su romance con el público de la región

Más de 6.000 personas lo disfrutaron en el "Ruca Che"

Joan Manuel Serrat vino con sus «Versos en la boca» y tuvo que repasar algunos de sus clásicos.
NEUQUEN (AN)- Con el Ruca Che repleto por los amantes de su poesía, Joan Manuel Serrat deslumbró al público de la región desde el mismo momento en que apareció en escena. Apenas pasadas las 22, la audiencia inició el ritual: cada seguidor del cantautor catalán aplaudió sin parar, hasta que el «Nano» les regaló su presencia. Entonces el estadio entero se puso de pie y rugió. Serrat agradeció el gesto con una amplia sonrisa, aunque no fue suficiente para acallar a la multitud.

La conversación con el público comenzó «pariendo música», nombrando cada nota con esa sutileza suya y agradeciendo a la concurrencia por «elegir voluntariamente» compartir «esta noche única e irrepetible».

Cantó las mejores historias con todo el cuerpo. Estuvieron teñidas de sus gestos preferidos que siempre son el condimento necesario para que su presentación sea un espectáculo integral.

La nueva producción «Versos en la boca», la excusa que encontró para volver a visitarnos, cuenta con los arreglos y dirección musical del maestro Ricard Miralles, que acompañó a Serrat en muchos de sus trabajos anteriores.

El público disfrutó de cada letra, de cada armonía regalada por el catalán. Si bien las canciones del nuevo material fueron recibidas con emoción, los clásicos ofrecidos por el cantautor estuvieron teñidos de los coros de un público extasiado y recogieron los más sentidos aplausos.

Serrat no estuvo solo durante su presentación, como si fuera una estrella iluminada a lo lejos: el público vibró a su lado, aunque tampoco pasó inadvertida la presencia de sus compañeros de ruta. Sobre el escenario se destacó la calidad musical que mostraron los artistas Ricard Miralles en piano, Alex Hernández en bajo eléctrico y contrabajo, David Palau en guitarras, Paco García en batería y Alejandro Terán en viola, saxo y clarinete, quienes arrancaron aplausos de reconocimiento en más de una oportunidad.

Con «Versos en la boca», Serrat volvió a un sonido más acústico y allí habla de pasiones y amores, glorias y miserias, sueños y decepciones, generosidad y celos.

Más de 6.000 personas -que iban desde chicos de 20 años a la edad indefinida de quienes virtualmente aman al catalán- colmaron el «Ruca Che».

Y fiel a su costumbre, Serrat estableció un diálogo íntimo con la audiencia, que recibió su poesía con el corazón abierto y se retiró del estadio con la sonrisa inevitable, dibujada por las pinceladas de un espectáculo maravilloso.


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