Santoral 3 de febrero: por qué se celebra hoy a San Blas, el protector de la garganta
Cada 3 de febrero, la Iglesia Católica celebra a San Blas, protector de enfermedades y cuidador de la garganta. Conocé su historia y cómo pedirle una gracia en su día.
San Blas fue un obispo y mártir armenio, que vivió en el siglo IV. Es venerado en la Iglesia Católica y en la Iglesia Ortodoxa Oriental, como un santo popular y un poderoso intercesor en enfermedades de la garganta y otras dolencias.
San Blas: celebración de su vida y legado
Poco se sabe sobre la vida de San Blas, pero según la tradición cristiana fue obispo de Sebaste en Armenia y sufrió martirio durante la persecución de Licinio en el año 316 d.C. Se dice que Blas fue arrestado por su fe cristiana y sometido a diversas formas de tortura, pero continuó confesando su fe hasta el final.
La devoción a San Blas se desarrolló principalmente en la Edad Media, cuando se le atribuyeron numerosos milagros, especialmente relacionados con la curación de enfermedades de la garganta. La bendición de las gargantas en su festividad se convirtió en una práctica popular en muchas partes del mundo, donde se invoca su intercesión para proteger contra enfermedades y dolencias relacionadas con esta parte del cuerpo.
La fiesta de San Blas se celebra el 3 de febrero en la Iglesia Católica y en la Iglesia Ortodoxa Oriental. Durante esta festividad, los fieles acuden a las iglesias para recibir la bendición de la garganta y para honrar la memoria de este santo mártir y su poderosa intercesión en favor de los enfermos.
San Blas: una oración para pedir su gracia
Glorioso San Blas,
Tú que te retiraste a una cueva
alejándote del mundo
para mejor hablar con Dios,
haz que encontremos
nuestra propia plática con Él.
Tú que confiaste en la fuerza de Dios,
y en su infalible capacidad y poder,
y que por medio de obras y milagros
conseguiste convertir a los que no creían,
transforma nuestra desesperanza en fe,
cambia nuestros lamentos por gozo
y convierte nuestra escasez en abundancia.
Glorioso San Blas de Sebaste
que a la llamada del Señor
respondiste ofreciendo el cáliz del martirio
y fuiste perseguido y cruelmente torturado
otórganos tu santa intercesión.
San Blas médico y mártir,
portento de bondad y compasión
que tanto consuelo, amor y milagros diste,
que incluso en el largo camino a prisión
la gente imploraba tu bendición,
el remedio de sus males
y la curación de sus dolencias,
te rogamos nos favorezcas
en estos momentos de gran pesar:
(hacer la petición)
¡Oh San Blas, obispo de Sebaste!
os suplicamos vuestra mediación
para que llevéis ante el trono del Altísimo
esta necesidad que hoy nos aflige,
que nuestras suplicas sean oídas y atendidas,
y que no nos falte nunca la voz
para cantar contigo las alabanzas del Señor,
buscar su voluntad,
implorar su perdón y misericordia Divina
y pedirle fuerzas para servirle mejor.
Amén.
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