Santoral del 20 de septiembre 2025: por qué la Iglesia Católica celebra hoy a San Andrés Kim

La Iglesia Católica celebra hoy a San Andrés Kim, sacerdote coreano y mártir que vivió en el siglo XIX. Los detalles.

San Andrés Kim Taegon fue un sacerdote católico coreano y mártir que vivió en el siglo XIX. Nació el 21 de agosto de 1821 en Corea y fue el primer sacerdote coreano ordenado. A pesar de la persecución y el peligro, se dedicó valientemente al servicio pastoral y a la evangelización en su país.

El catolicismo en Corea enfrentaba una fuerte oposición y persecución en ese momento, pero San Andrés Kim y otros cristianos coreanos continuaron practicando su fe en secreto y compartiéndola con otros. Sin embargo, en 1846, Andrés Kim fue arrestado y torturado por las autoridades por su fe. A pesar de las torturas, se negó a renunciar a su fe y fue finalmente martirizado el 16 de septiembre de 1846.

San Andrés Kim Taegon fue canonizado por el Papa Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984 y es venerado como mártir y santo en la Iglesia Católica. Su fiesta se celebra el 20 de septiembre en el calendario litúrgico católico, en memoria de su valentía y fidelidad a Cristo hasta el martirio.

Oración a San Andrés Kim Taegon


Oh Dios, creador y salvador de todos los hombres, que en Corea, de modo admirable, llamaste a la fe católica a un pueblo de adopción y lo acrecentaste por la gloriosa profesión de fe de los santos mártires Andrés, Pablo y sus compañeros, concédenos, por su ejemplo e intercesión, perseverar también nosotros hasta la muerte en el cumplimiento de tus mandatos.

Amado San Andrés, te rogamos que nos concedas la fortaleza para seguir caminando en las verdades de la fe. Que nuestros corazones puedan sentirse seguros en el amor de Dios; y que nunca desfallezcamos. Ayúdanos, oh glorioso San Andrés a tener la misma fe que tuviste cuando evangelizaste en Corea.

Te rogamos a ti San Andrés y a tus compañeros mártires, que intercedan por nosotros ante Dios para que tengamos la fortaleza espiritual que tuvieron ustedes cuando les llegó el momento de defender sus creencias.

Concédenos la misma gracia y amor que tuvieron para testificar sobre la fe católica; de manera que cada vez más personas puedan acercarse a Dios. Que la piedad nos rodee como un escudo, para que nuestras mentes y corazones estén siempre alineados con lo que Nuestro Señor quiere de nosotros.

Oh San Andrés y compañeros, rogamos con misericordia y piedad que lleven nuestras peticiones ante Dios; y que sepamos consagrarnos con el mismo fervor que ustedes tuvieron mientras estuvieron haciendo su noble labor en la tierra. Amado Dios, ayúdanos en nuestra debilidad, que seamos fuertes para resistir las tentaciones, y que nunca nos apartemos de tu gracia y amor.

Amén.