Conjunción de esfuerzos aun con distinto color político

La primera, inaugurada en 1980, y la actual del 2005 surgieron como respuesta a un fuerte crecimiento en el tránsito de pasajeros tanto interurbano como de larga distancia y modificaron sustancialmente el entorno urbano en que fueron emplazadas.

La primera terminal de ómnibus de la ciudad inaugurada en 1980 vino a resolver un gran problema para el tránsito de pasajeros, pero también fue gestada rodeada de conflictos y reclamos. El anuncio de su construcción trajo consigo la proliferación de comercios en la zona, que buscaban con el aumento del tránsito de personas, una buena oportunidad de crecimiento. Demoras en la finalización de las obras hicieron decaer las expectativas y también surgieron inconvenientes que demandaban pronta solución.

Publicaciones gráficas de la década del 80 reflejaron la problemática difundiendo, por ejemplo, una reunión informal con los comerciantes de calle Mitre, que reclamaban a las autoridades la inauguración de la nueva terminal. La instalación de un cartel de obra con montos de inversión y plazos de ejecución fue el motor que impulsó la proliferación de nuevos locales que se disponían a la venta o alquiler para emprendimientos comerciales. Comenzó así una especulación de locales y precios de alquileres.

Pero las obras marchaban a paso lento. “Esta situación desalentó a varios comerciantes recién instalados, los que cerraron sus puertas en algunos casos y en otros se esperó la finalización de los contratos de locación”, retrataban las voces en primera persona a través de los medios gráficos.

Por aquellos años, con la construcción de las dársenas y sala de espera a medio terminar, las líneas de colectivo urbanas y de media y larga distancia que circulaban por Mitre, estacionaban para el descenso y ascenso de pasajeros en el lado derecho de la calle (en el ahora Parque Central). Esto hacía que los automóviles particulares vieran reducidos los espacios para estacionar entre avenida Olascoaga y Tierra del Fuego. Por lo cual “los clientes se iban a comprar a otra zona de la ciudad”.

Otro de los grandes problemas que planteaban los comerciantes era que en épocas de frío, viento, lluvia o en los veranos calientes, los pasajeros esperaban la llegada de su micro bajo los toldos de los comercios. “Producen aglutinamientos que impiden el normal desplazamiento de los peatones, la mayoría de ellos clientes efectivos o potenciales de nuestros negocios”, planteaban.

Una de las razones de las demoras en la finalización de las obras fue que para habilitar la terminal, la empresa Ferrocarriles Sud le exigía al municipio la construcción de un cerco perimetral que delimitara la zona de las vías, del edificio.

Pero también hubo cierto error de cálculo. Es que luego de construidas las dársenas, según contaron choferes de las líneas de colectivos, se dieron cuenta que estaban mal diseñadas lo que impedía –si un micro estaba estacionado– que otra unidad pudiese ingresar a la rambla del lado por falta de espacio.

Conjunción de esfuerzos aun con distinto color político

El nuevo edificio de la ETON, en Solalique y Ruta 22 fue inaugurado el 19 de marzo de 2005 por el intendente Horacio Quiroga y el entonces gobernador Jorge Sobisch. Según las cifras oficiales alrededor de tres mil vecinos participaron del acto, colmando la playa de estacionamiento.

Fue el padre Ítalo de la capilla Nuestra Señora de Lourdes el encargado de bendecir las flamantes instalaciones. Las crónicas del momento registraron que a la inauguración de una de las grandes obras de la ciudad asistieron diez medios de prensa nacionales, que registraron para la televisión argentina los discursos del gobernador e intendente.

El primero en tomar el micrófono para referirse a la nueva terminal fue el entonces ministro de Obras y Servicios Públicos, Omar Gutiérrez, padre del actual gobernador neuquino. “Si el municipio pudo realizar esta obra fue porque la coyuntura provincial lo permitió”, dijo. La construcción fue financiada en un 75% por el municipio y el 25% restante por el Estado provincial.

Luego fue el turno del intendente Horacio Quiroga que transitaba su segundo mandato en el municipio capitalino. “El proyecto llegó a concretarse porque Neuquén es un municipio elegible en una provincia elegible”, expresó en referencia al crédito otorgado por el Banco Mundial que permitió la ejecución de las obras.

El cierre estuvo a cargo del gobernador Sobisch. “La conjunción de esfuerzos demuestra que independientemente de los colores políticos somos capaces de forjar nuestros sueños”, comentó.

Datos

El nuevo edificio de la ETON tiene una capacidad diez veces mayor que
el antiguo del Parque Central.

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