Sobisch dio a la fundación del BPN el manejo de los créditos

NEUQUEN (AN) – El Poder Ejecutivo le otorgó hace cuatro meses a la fundación del Banco de la Provincia de Neuquén -que es una institución privada- el manejo de todas las líneas crediticias de fomento productivo del Estado. La decisión, que se había mantenido hasta ahora en reserva, fue expuesta ayer en la Legislatura por funcionarios del gobierno, que explicaron la determinación como una «gambeta» para burlar las severas exigencias del Banco Central.

El presidente del banco estatal neuquino, Luis Manganaro, había ido a la sala de comisiones de la Legislatura para explicar cuál es la idea del gobierno sobre la creación de una agencia de desarrollo. También estaba convocado el ministro de Planificación, José Brillo.

Pero los diputados se encontraron con un hecho consumado: los dos funcionarios explicaron que la denominada Agencia para el Desarrollo ya había sido creada dentro de la estructura de la fundación del banco y que había recibido un primer envío de dinero del gobierno, de tres millones de pesos.

En medio de la reunión, comenzó a circular toda la documentación sobre el tema: en realidad, el gobernador Jorge Sobisch firmó un decreto el 3 de mayo pasado que dispuso la capitalización del banco en 15 millones de pesos.

La idea era que esta agencia reemplazara al Instituto Autárquico del Desarrollo Productivo, una organización estatal independiente con un enorme presupuesto y férreos controles de los organismos fiscalizadores de la provincial, incluida la Legislatura. Pero de la explicación de ayer surgió que la creación de esta institución no significará la eliminación de otras.

Por la Agencia para el Desarrollo pasarán, por ejemplo, los 30 millones de pesos prometidos por Repsol para las empresas de servicio de los ex empleados de YPF.

«Lo conversé con el gobernador y me dijo que pretendía que la Legislatura hiciera el mayor aporte posible», trató el diputado oficialista Federico Brollo de suavizar el enojo de la oposición, cuyo signo más evidente fue el alto tono en el que el peronista Aldo Duzdevich recordó la gran cantidad de dinero que otorgaron los gobiernos del MPN a «amigos» y «apellidos ilustres».

Brillo y Manganaro, que llegó a la Legislatura acompañado de varios funcionarios y periodistas, no supieron muy bien qué contestar cuando el aliancista Raúl Radonich preguntó si la creación de la agencia y los convenios suscriptos con el gobierno tenían el visto bueno del contador general de la provincia, del Tribunal de Cuentas o del fiscal de Estado.

Manganaro explicó que como el Banco Central es muy estricto en la exigencia de previsionar las deudas, utilizar la estructura del entidad que preside pero canalizar el financiamiento a través de una institución privada es una «gambeta». Carlos Moraña, de la Alianza, advirtió entonces que los defensores del Banco Central podrían adivinar la «gambeta» e hizo notar que la fundación, que ya funciona en la calle Rivadavia, es una «persona jurídica de derecho privado que manejará fondos públicos». La reunión se levantó tras el pedido de Brollo de «desdramatizar» el tema.