Sobre la violencia familiar y de género

Paola Morales*

Como representación del colectivo profesional de Trabajo Social de la provincia de Neuquén manifestamos nuestra profunda preocupación ante la opinión publicada en el diario “Río Negro” de fecha 20/3/2019 bajo el título “¿Vivir con el agresor es una elección de vida?”.

Las opiniones vertidas, lejos de considerar la complejidad de la temática de la violencia familiar y de género, incurre en reduccionismos que obturan la comprensión de la dinámica de las relaciones, refuerza mitos, desconoce determinaciones socio-históricas, entre las que se destacan el ordenamiento jerárquico de las relaciones de género en un contexto de precarización de las condiciones de vida de amplios sectores de la población.

Si bien la violencia hacia las mujeres trasciende las clases sociales, las trabajadoras son atravesadas por múltiples opresiones que restringen su autonomía, conduciéndolas, en ocasiones, a sostener interacciones violentas en el ámbito familiar.

De ninguna manera como profesionales que intervenimos en estas situaciones podemos abonar la estigmatización, la culpabilización, la naturalización y la moralización.

Por el contrario, debemos comprender que la violencia familiar y de género, en cualquier segmento de clase, es reforzada por mandatos sociales que tienden a reproducir jerarquías de género y generación.

En los sectores empobrecidos, actualmente en franco crecimiento, asistimos a convivencias forzadas ante la falta de alternativas habitacionales, empleos precarios que afectan en mayor medida a las mujeres, dificultades simbólicas y materiales para el acceso a la Justicia y un brutal ajuste que recae sobre las políticas asistenciales trasladando los costos de reproducción a las familias y dentro de ellas a las mujeres.

En este contexto, lejos de reducir el cuestionamiento a una “elección de vida” correspondería, como profesionales, inscribir la gravedad de la violencia familiar y de género en un contexto de múltiples opresiones y vulneración de derechos sociales proclamados y sin efectivizar en el marco de políticas neoliberales.

Sólo desde esta compresión superaremos la expresión individual, fenoménica y emergente de la violencia, demandando la efectivización de políticas sociales con asignaciones presupuestarias que garanticen asistencia, abordaje e infraestructura necesaria.

*Licenciada en Servicio Social


Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora