Agresión al personal de salud en Río Negro: «Fuimos héroes en la pandemia cuando nos necesitaban; hoy somos la peor basura»
El enfermero Ariel Lefiu fue agredido en la madrugada del martes por un paciente de Salud Mental en la guardia del hospital López Lima en Roca. Aseguran que estas situaciones se registran una vez por semana.
La madrugada del martes, una mujer gritó pidiendo ayuda con su hijo que «estaba agresivo» en la guardia del hospital Francisco López Lima en General Roca. El enfermero Ariel Lefiu no dudó y corrió hacia ellos. Le pidió al joven que se tranquilizara, le insistió en que nadie le haría daño y que estaban ahí para cuidarlo. Parecía haberse tranquilizado. «Vamos a charlar un rato», le sugirió Ariel tomándolo de la mano. El joven lo escupió en los ojos y en el momento en que el enfermero intentaba limpiarse con un trapo, sintió un fuerte golpe en la frente.
Agresión al personal de salud en Río Negro: el testimonio del enfermero
«Empezó a tirarme pilas para todos lados: en la cabeza, en el cuello. Estoy lleno de moretones, de rasguños. Lo tuvimos que contener con un compañero porque en esos momentos de agresión, estas personas tienen una fuerza sobrenatural», comentó Ariel a diario RÍO NEGRO que, después de la agresión, continúa con fuertes dolores de cabeza producto del estrés vivido.
¿Cómo siguió el incidente? «Una de las médicas de Salud Mental le dio una medicación para calmarlo y se fue», dijo.
Ariel trabaja desde hace un año en el hospital de Roca. Había trabajado los cinco anteriores, en el hospital de El Cuy. Advirtió que la situación que le tocó vivir esa madrugada «no es rara, ni ocurre aisladamente. La agresividad está al pie del cañón por parte de toda la gente y más aún con los equipos de salud«.
Las agresiones (verbales y físicas) están dirigidas principalmente al equipo de enfermería y registran, al menos, un episodio por semana. «Cuando se conoció la noticia de mi agresión, de 59 comentarios de lectores, solo uno no justificaba la violencia. La gente decía que merecíamos ser agredidos ‘por la mala atención’, ‘por las esperas dentro de laguardia‘. El sistema no es por orden de llegado sino por prioridad de emergencia y urgencia. La gente viene con síntomas gripales y se enoja por la espera. Lo llamativo es que al médico nunca le dicen nada. Sólo a los enfermeros», enfatizó. Cuestionó que si bien hay personal policial apostado en la guardia, muchas veces no están.
«Debido a la ley de desmanicomialización, muchos de estos pacientes deambulan por todos lados sin control. Los profesionales de Salud Mental deberían hacerse cargo de este tipo de pacientes, pero por lo general no están. Nosotros sí estamos: cuidamos sin ser cuidados. Fuimos héroes en el momento de la pandemia cuando nos necesitaban y hoy somos la peor basura», lamentó.
Aclaró que la guardia «no es un sector de internación sino de atención de urgencias. En el sector de observación la gente puede estar cuatro horas y hemos llegado a tener pacientes por un mes. En el caso del paciente que me agredió, pasaron 12 horas y nadie del equipo de Salud Mental se acercó».
Sin embargo, advirtió que las agresiones no siempre corresponden a pacientes de Salud Mental. «Tres días atrás, recibí otra agresión por parte de un detenido. Había estado en huelga de hambre, lo llevaron al hospital para que lo atendamos y se puso agresivo», afirmó.
Ariel tiene 45 años y trabaja como enfermero desde 2012. «La agresión va en escalada. Lo llamativo es que en el sector privado, estas situaciones no se dan aunque la gente deba pagar un plus de 25 mil pesos. En el sector público, se escuchan frases como: ‘Te pagamos el sueldo’, ‘Comés gracias a nosotros'», señaló.
ATE: «No es nuestra incumbencia reducir a nadie»
«Las agresiones verbales son moneda corriente y uno solo espera que no se conviertan en agresión física. Imaginá el estrés con que uno va a trabajar. Nunca sabemos cuándo nos puede tocar lo que le pasó a Ariel». Facundo Cappello, dirigente de ATE en la Seccional Alto Valle Este, coincidió en que la situación es alarmante y no se trata de un caso aislado en los hospitales de Río Negro.
«Esperamos que las autoridades locales y ministeriales tomen cartas en el asunto y elaboren los protocolos para evitar este tipo de situaciones. Necesitamos personal policial las 24 horas en todos los servicios«, dijo y aclaró que «en el momento de la agresión, había un efectivo policial que no estaba en el servicio de emergencias médicas. Cuando alguien se pone violento, los que estamos trabajando debemos contenerlo y no es nuestra incumbencia. No podemos reducir a alguien«.
Cappello insistió en que los trabajadores no son responsables de ciertas situaciones: «Los enfermeros, administrativos y mucamas somos la primera cara visible de toda una cadena. La persona tiende a hacernos reclamos, pero estos deben hacerse a las autoridades«.
Agresión al personal de Salud: «es habitual en pacientes con consumos problemáticos»
Este diario consultó a las autoridades del Ministerio de Salud de Río Negro y a la dirección del hospital Francisco López Lima. Para Silvana Aguilar, directora de la institución, la agresión al personal se da de manera «cada vez más habitual con pacientes que llegan por consumos problemáticos, a veces con excitación psicomotriz». Aseguró que al momento de la atención «suelen ponerse más violentos» y por lo tanto el equipo de salud queda «más expuesto».
«Si bien esto no ocurre de forma permanente, la violencia es un factor presente en la la sociedad, y es evidente que algunas personas vienen con más predisposición a ella», admitió. Según explicó actualmente hay un efectivo policial permanentemente en el sector de emergencia que, ante una alerta, debe activar el apoyo externo de los «rondines» que, en bicicleta o motorizados, circulan por el predio del hospital.
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