Río Negro en alerta por ataques a trabajadores de la salud: insultos, golpes y mordidas
El disparador fue una médica en Bariloche a quien un paciente le fracturó dos dedos. Los trabajadores de la salud advierten que “la crisis está implosionando hacia adentro de los hospitales”.
“Hace unos meses un paciente brotado por intoxicación con cocaína me fracturó dos dedos de la mano. Me está costando mucho recuperar uno. Es muy triste ver a lo que estamos expuestos en nuestra profesión y que lamentablemente la violencia social va en escala”. De esta forma, una médica de Bariloche dio a conocer la agresión que le tocó transitar en un grupo de profesionales de la ciudad cordillerana. Estas situaciones de violencia contra los profesionales de salud se multiplican en varias localidades de la provincia.
Víctor Parodi, director del hospital Ramón Carrillo de Bariloche, advirtió que registran cada vez más situaciones agresivas vinculadas al consumo de sustancias. “En la guardia, a diario tenemos situaciones de consumo. Es una problemática crónica que se exacerba más con la crisis”, reconoció.
Consideró que “no es casualidad que, la semana anterior, hayamos recibido siete heridos de arma de fuego en Bariloche. La violencia está asociada al consumo de sustancias, como el alcohol, más allá de la violencia estructurada en una persona como parte de su personalidad”.
Recalcó que hoy, la presencia policial “no garantiza nada”: “En el hospital tenemos un policía en la entrada, con gente de vigilancia. Cuando algo pasa, van, ya sea a la guardia o a internación”.
Trompadas, insultos y mordidas en salud pública en Río Negro
Cesira Mullally, la secretaria general de la Asociación Sindical de Salud Pública de Río Negro (Asspur), evaluó que los episodios son «multicausales«. «Más allá de este caso puntual en Bariloche, nos comemos trompadas, insultos, mordidas y todo tipo de situaciones violentas. Hay situaciones realmente difíciles que se reiteran todo el tiempo y es cada vez peor”, resumió a Diario RÍO NEGRO. Consideró que lo preocupante, además, es que “se termina naturalizando”.
¿Cuál es la causa? La dirigente gremial consideró que “el sistema de salud pública no funciona” y “hacia adentro de los hospitales está implosionando la crisis”.
“Hay carencias por donde mires. Entonces la manera de hacerlo funcionar es con violencia institucional: corren notificaciones, pedidos de informes, amenazas. Lo cierto es que cuando tenés un servicio que requiere de cuatro enfermeros para funcionar y solo tenés dos, la calidad de la atención disminuye. El servicio sigue funcionando a costa de la sobrecarga laboral y el déficit de la calidad de la atención al paciente”, lamentó Mullally.
Comentó que, más de una vez, deben responder que no hay insumos. O informarle al paciente que debe ser derivado a varios kilómetros de distancia. Sin contar que las esperas infinitas en las guardias, las complicaciones para acceder a un turno médico y los paros recurrentes en reclamo de mejoras condiciones laborales. De modo que muchas veces, los pacientes llegan a las instituciones y se encuentran con que el turno que sacaron tiempo atrás está suspendido.
“Violencia de arriba hacia abajo”, salud pública en Río Negro
En Bariloche, un trabajador que pidió reserva de su identidad recalcó que estas situaciones de violencia ocurren en todos los niveles, no solo en las guardias: en los dispositivos intermedios, los centros de salud, los consultorios externos.
«Los turnos para Psiquiatría, por ejemplo, se están dando recién para fines de mayo. Una persona en situación de vulnerabilidad ¿puede esperar tanto tiempo? Muchas veces los profesionales terminan siendo violentados por la falta de respuestas. Horas para que la gente sea atendida, consigue un turno y se lo cancelan o se lo posponen. Atamos todo con alambre. Hay mucha violencia de arriba hacia abajo. No lo justifico. Pero esto es un círculo», mencionó el trabajador del hospital público de Bariloche.
Mullally coincidió: “Cada vez más, los pacientes vienen a patearnos las puertas de los consultorios, los servicios de internación y las guardias. Insultan a los trabajadores. ¿Por qué? Porque somos la cara visible”.
Vigilancia y prevención: las estrategias en salud de Río Negro
Ante la consulta sobre el incremento de agresiones a profesionales de la salud, desde el Ministerio de Salud de Río Negro recalcaron que la mayoría de los incidentes corresponden a casos de Salud Mental y consumo de alcohol. “Muchos hospitales, como El Bolsón, Bariloche, Cipolletti, Roca, Chimpay y Campo Grande, han instalado cámaras en las guardias y los pasillos. Y los servicios de vigilancia controlan los ingresos, aunque no tienen poder de policía», indicaron.
Mullally aseguró que se reitera el pedido de refuerzo de la seguridad: “Pero nos mandan un solo efectivo policial para todo un hospital que, por lo general, se queda observando situaciones y no interviene. Te dicen que están prevenir, pero cuando viene alguien enfurecido, fuera de sí y se desborda, los trabajadores ponemos el cuerpo”.
Puso como ejemplo una situación que vivió tiempo atrás una enfermera del hospital de San Antonio: “Intentó darle la medicación a un paciente que estaba internado y la manoseó. Mi compañera pegó un grito, llamó al policía que se asomó y le dijo: ‘Che, quieto, comportáte‘. Entonces, ¿quién nos cuida? El médico abre la puerta y se come una piña de un paciente que se cansó de esperar”.
Recordó que, tres años atrás, un grupo de trabajadores del hospital de Catriel debió refugiarse en la sala de internación ante la irrupción de un grupo -algunos hombres estaban armados- al confirmarse la muerte de un delegado de la Uocra. Dos empleados resultaron heridas en esa oportunidad.
Advirtió que compañeros de la guardia de San Antonio han tenido que esquivar “cuchillazos” de personas que quizás llegan alcoholizadas o en situaciones de crisis. “Pedimos seguridad y nos trajeron dos trancas para la puerta que, por razones obvias, no podemos dejarla puesta”, explicó.
“Hace unos meses un paciente brotado por intoxicación con cocaína me fracturó dos dedos de la mano. Me está costando mucho recuperar uno. Es muy triste ver a lo que estamos expuestos en nuestra profesión y que lamentablemente la violencia social va en escala”. De esta forma, una médica de Bariloche dio a conocer la agresión que le tocó transitar en un grupo de profesionales de la ciudad cordillerana. Estas situaciones de violencia contra los profesionales de salud se multiplican en varias localidades de la provincia.
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