Aniversario de Neuquén: Crecer en clave de salud ambiental
La arquitecta, docente e investigadora de la UNCo insta a capitalizar el conocimiento y el saber ya instalado para planificar un modelo territorial sostenible
Gabriela Álvarez, especial para el Diario Río Negro
La ciudad de Neuquén en la actualidad nos presenta un escenario que trasciende sus fronteras para situarse ya como nodo cabecera del área metropolitana que denominamos “Gran Neuquén”; territorio de más de un siglo de trayectoria, espacio de superposiciones, complementariedades, diversidades y oportunidades… el componente genético original meseta / valle / ríos, nos propone hoy en un repaso sobre lo transitado, un pensamiento innovador e inclusivo, que valore esos genes en cada proyecto, en cada intervención.
Con la mirada puesta en un futuro en clave ciudad sostenible/ territorio sostenible, podríamos pensar en un aporte cualitativo cada ciudadano desde su lugar, fortaleciendo ese objetivo.
La ciudad que pensamos a futuro se sostiene y se funda sobre la ciudad existente; esta visión nos invita como ciudadanos a sumarnos a un proyecto colectivo de hábitat sostenible, que podría traducirse en un modelo territorial ambiental donde se fortalezcan conceptos como “servicios ecosistémicos”, tales como reconectar la ciudad a través de la naturaleza, bienestar para el conjunto de la población, posibilidades de ocio, recreación, mejora de la salud, cohesión social, fortalecimiento de la historia y cultura local.
Dos temáticas que se relacionan fuertemente con esta idea y que con la puesta en valor de la genética territorial se plantea la búsqueda de afianzar un modelo territorial sostenible con lo que denominamos “sistemas de infraestructuras verdes e infraestructuras azules”.
Con la ayuda de estos conceptos hacemos referencia a la posibilidad de colaborar en acciones concretas que fortalezcan lo ya andado en la historia de la ciudad, con referencia a conectar la ciudad con naturaleza.
En el caso de las infraestructuras verdes, a través de valorar y mejorar el arbolado de veredas, espacios verdes, parques, paseos públicos y reservas naturales protegidas.
Del mismo modo con las infraestructuras azules, los cursos de agua, ya sean los ríos, arroyos, acuíferos subterráneos, etc.; todos recursos ambientales de un valor fundamental, con los que Neuquén tan maravillosamente cuenta.
Sumarnos desde nuestros aportes como ciudadanos, con los conocimientos, trayectorias, con ideas tendientes a colaborar a innovar en estas temáticas, lo que implica trascender el pensamiento y abordaje sobre los espacios existentes y potenciales, desde el concepto de jardines, plazas, parques y paseos como hechos aislados a un concepto de un “sistema interconectado que se potencia por la biodiversidad”.
De este modo se puede redescubrir en la ciudad actual, la posibilidad de fortalecer la idea de un sistema interconectado que permita restablecer -en la medida de lo posible- los sistemas de drenaje aluvional, sistemas de arroyos y acuíferos originales, que colaboren a través de proyectos y obras de infraestructura.
Optimizar esos recursos mejorarán los escurrimientos urbanos, el riego de espacios verdes públicos y colaborar a eficientizar el uso racional del agua. Así como colectivamente estar comprometidos en colaborar con su cuidado, mantenimiento, en la vida cotidiana de uso de estas infraestructuras urbanas.
Gabriela Álvarez, especial para el Diario Río Negro
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