Caminando subieron un transformador de 120 kilos hasta el refugio Jakob en Bariloche

En solo seis horas, profesores de gimnasia, guías de montaña y refugieros lograron trasladar un transformador hasta el refugio.

A un mes y medio de la llegada del invierno, un escuadrón compuesto por 14 voluntarios asumió el desafío de trasladar un transformador de 120 kilos hasta el refugio Jakob en solo seis horas.

Junto al refugio Frey y Laguna Ilón son los únicos tres que permanecen abiertos durante todo el invierno.

Claudio Fidani, el concesionario del Jakob, comentó que una tormenta eléctrica que se produjo en noviembre afectó una turbina. «Este ambicioso proyecto para tener energías limpias en los refugios -y no usar, por ejemplo, más leña- le costó al Club Andino Bariloche 200 mil dólares. Esa turbina tiene dos transformadores -uno arriba y otro bajo del refugio- que se quemaron durante una tormenta«, explicó.

Ante este episodio, durante todo el verano, el refugio no tuvo electricidad -y comunicaciones mínimas-. «Jakob es el refugio que más adentro queda en la cordillera si hablamos de la zona centro. Se acerca el invierno y como Jakob está abierto todo el año, decidimos subirlo volviendo a las bases«.

El transformador se fabricó en Córdoba y una vez que llegó a Bariloche, no se accedió al helicóptero para trasladarlo hasta el refugio vía aérea.

El desafío tomó unas seis horas. Foto: gentileza

Traslado «a pulmón»

«Fue todo un desafío porque normalmente los rescates con camilla por parte de la comisión de auxilio se hacen cuesta abajo. En este caso, unas 14 personas subieron el equipamiento en un tiempo récord de 6 horas. Había profesores de educación física, guías de montaña, estudiantes de la AGM, refugieros y mis hijos que son guías», recalcó Fidani.

Para el ascenso se empleó una camilla de rescate que donó el Ejército a la comision de auxilio en los años 60. «Tiene cuatro manijas. Entonces, seis tiran de adelante, cuatro la levantan y cuatro de atrás para que no se vaya en las bajadas. Es igual que en un rescate en la montaña, solo que el transformador no se queja y es más pesado», bromeó Fidani.

El desafío tomó unas seis horas. Foto: gentileza

Destacó el trabajo a pulmón. «El Jakob -que se quemó-, al igual que todos los refugios fueron construidos gracias al lomo de la gente y a caballo, con muchos entusiastas de la montaña. Hoy, año 2023, seguimos haciendo lo mismo«, señaló.

El transformador todavía no está funcionando ya que se espera la puesta en marcha por parte de los técnicos. «Tenerlo arriba nos da un marco de seguridad para pasar todo el invierno arriba. Necesitamos más recaudos en la comunicación», dijo.


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