El Club Andino Bariloche inició plan de capacitación para mejorar la atención en los refugios

La nueva política derivó tras la trágica muerte de Manuel Benítez, el refugiero que quedó envuelto en una tormenta de nieve cuando subía a tomar servicio en el refugio Frey, sin la experiencia ni el equipo necesario.

El Club Andino Bariloche se propuso cambiar el paradigma en materia laboral y en la calidad de la atención en los refugios de montaña y puso en marcha un ciclo de capacitaciones para los trabajadores que se desempeñan en esos complejos y que ya se preparan para la temporada de mayor demanda, que se inicia en diciembre.

Además, los refugieros deberán estar registrados debidamente, con sus altas ante la AFIP, cobertura de ART y todos los derechos de un empleado en blanco. Una exigencia que figuró desde siempre en los contratos de concesión de los refugios pero tenía poco control.

La nueva política es una derivación de la trágica muerte de Manuel Benítez, quien perdió la vida en abril pasado al quedar envuelto en una tormenta de nieve, cuando subía a tomar servicio en el refugio Frey, sin la experiencia ni el equipo necesario para cumplir esa tarea.

A raíz de aquel hecho los refugieros y refugieras se agruparon meses atrás en un “colectivo” para exigir mejores condiciones de trabajo y deciden por estos días si conforman una asociación o un sindicato.

El presidente del Club Andino, Martín Enevoldsen, aclaró que el control sobre la condición laboral de los empleados de los refugios (que son siete, bajo concesión de esa entidad) es una responsabilidad del ministerio de Trabajo y de la Afip. Pero aclaró que el club también lo mantiene como exigencia y en caso de encontrar irregularidades en ese punto los concesionarios se exponen a recibir multas económicas.

Los refugieros que se desempeñarán en la próxima temporada fueron convocados por el club para realizar un curso de manipulación de alimentos y otro de primeros auxilios. El vicepresidente del CAB y responsable de la subcomisión de refugios, Juan Pablo Ordóñez, dijo que tiene previsto instrumentar otras capacitaciones en mantenimiento de estructuras, en rescates de montaña y en prevención de incendios.

Ordónez dijo que la propuesta fue bien recibida y que todos los concesionarios enviaron a su personal. Alrededor de 20 trabajadores de ambos sexos participan de los cursos, que se dictan en la sede del club.

Miles de visitantes

Los refugios de montaña en el área de Bariloche son el Otto Meiling, el Agostino Rocca, laguna Ilón, Frey, Jakob, Laguna Negra y Neumeyer. También está el López, que no pertenece al Club Andino. Por ellos pasan unas 30 mil personas cada temporada.

La investigación judicial por la muerte de Benítez lleva ya varios meses y para el martes a las 11 fue programada la audiencia de formulación de cargos, en la que se formularía acusación contra el exconcesionario del refugio Frey, Federico Pajarín.

Enevoldsen dijo que las reformas en la gestión de los refugios resulta indispensable porque “el romanticismo ya no existe más”. Identificó esto último con las épocas en los que “ayudar” en los refugios era algo que se iniciaba muchas veces por amistad, cuando alguien con inclinación por las actividades de montaña y ganas de dar una mano se empezaba a quedar un día y otro, sin una obligación formal.

Enevoldsen subrayó que el Club puso siempre en los contratos de concesión la exigencia de que los trabajadores estén en blanco, pero “hubo un desliz del control hasta que lamentablemente pasó ésto”, por el caso Benítez.

Señaló que desde el Club “todos los meses se les pide a los concesionarios el 931” (en referencia al formulario de Afip que certifica los aportes patronales por sus trabajadores), pero luego no hay chequeo fehaciente de que aquellos prestan servicio en los refugios estén debidamente encuadrados. Insistió en que es una responsabilidad de los organismos públicos.

Sobre los cursos de capacitación Enevoldsen dijo que el aspecto bromatológico es importante, porque los refugios elaboran y expenden comidas en buena cantidad. Aun así, no hay una regulación clara, porque el municipio no tiene injerencia y Parques Nacionales tampoco pone el foco en ese tema. “Es algo que está en un limbo”, dijo Enevoldsen.

Refirió que si los concesionarios en los refugios tienen personal en negro “se exponen a sanciones” y que la regularización no solo debe alcanzar a los que cumplen tareas regularmente en esas cuasi hosterías de montaña, sino también a los “porteadores” que cobran por subir a mochila los insumos y mercadería, y que deben estar “blanqueados” o facturar por su servicio.

El presidente del Club Andino reconoció que hay incertidumbre todavía en la fijación de las tarifas de los refugios para el verano, que suelen definirse en esta época, a propuesta de los propios concesionarios. Dijo que la inflación creciente es un factor que condiciona todo y también influirán seguramente los costos para los concesionarios de emprolijar la situación de sus empleados.


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