Bariloche cada vez más complicada por los nudos de tránsito

La rotonda del monolito a San Martín, donde nace la avenida Bustillo, está en obra de ensanche y remodelación desde hace más de ocho meses y causa continuos embotellamientos, que suelen extenderse por varios kilómetros. Pero no es ese el único punto crítico que a diario deben padecer los conductores en esta ciudad.

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Otras intersecciones complejas son el semáforo del Ñireco, donde desemboca como un embudo el ingreso este a la ciudad; la esquina de 9 de Julio y Gallardo (también con un semáforo que es objeto de continuas críticas) y el ingreso sur por avenida Juan Herman, con problemas serios de saturación.

El gobierno municipal identificó como un problema de primer orden el cruce del monolito, donde la empresa Codistel tiene a su cargo los trabajos encargados por la provincia y pagados con dinero nacional. Al intendente Gustavo Gennuso le inquieta imaginar que la temporada alta de turismo encuentre todavía esa obra a medio terminar.

Días atrás reconoció que había un creciente “mal humor social y mal humor político” por el lento avance de esa obra.

El lunes mantuvo un encuentro con referentes de Vialidad Provincial para pedir precisiones y aportar sugerencias. Se fue con el compromiso de que el hormigonado completo tienen fecha de entrega para fin de mes “o primeros días de diciembre”, de modo que la rotonda quedará liberada antes del verano.

El subsecretario de Tránsito y Transporte del municipio, Daniel Pincheira, reconoció que el problema centralen Bustillo es la falta de vías alternativas. Por eso la obra se debe realizar con tránsito pasante, por las banquinas y a paso lento, lo cual provoca desde hace meses un continuo malestar entre los usuarios.

La opción de derivar el ingreso y salida de vehículos hacia el oeste por avenida de los Pioneros (paralela a Bustillo, unos 1.000 metros más arriba) también tiene sus limitaciones, porque esa arteria tampoco da abasto porque es acceso obligado para varias escuelas y tiene sus propios bloqueos.

Pincheira dijo que tienen bien identificados los horarios de sobrecarga en la Bustillo, cuando la cola puede llegar hasta el kilómetro 5 y recorrer ese tramo puede demandar unos 40 minutos. “Entre las 7.30 y las 9 es uno de los momentos -detalló-, y después al mediodía, entre las 12 y las 13. Luego a la tarde, entre las 17 y las 19, también es un caos”.

Señaló que desde el municipio estudiaron medidas provisorias de alivio pero ninguna con resultado garantizado. Cambiar de mano la calle Salta, por ejemplo, podría descomprimir, pero obligaría a muchos automovilista a dar largos rodeos para llegar a la Costanera.

Otro factor de conflicto es el estacionamiento en los primeros metros de Bustillo, donde hay un sanatorio y varios hoteles. Pincheira dijo que es obligación de la empresa Codistel señalizar la prohibición de estacionar, lo cual no se cumple del todo. El municipio pidió ajustar ese prunto y enviará inspectores para controlar y sancionar. Si no hay autos estacionados en el lugar, el tránsito deberia ser más fluido, dijo Pincheira.

“La gente en Bariloche tiene mentalidad de pueblo chico todavía, es decir que quieren estacionar en la puerta del trabajo o del negocio al que se dirigen, y además pretenden que todas las calles sean de doble mano y que se pueda doblar en todas las esquinas -refirió el subsecretario-. Eso ya no puede ser así. Hay que acostumbrarse a dar una vuelta, un recorrido indirecto en algunos casos para llegar de un punto a otro”.

Pincheira señaló que los responsables de la obra de la Bustillo garantizaron la resolución del conflicto antes de la temporada turística. Dijo que una de las opciones en estudio es autorizar el trabajo de los obreros en otro horario, algo que hoy está vedado por ordenanza. Evalúan una habilitación especial para que las tareas continúen en domingo o se realicen por la tarde, después de las 19.

Según Pincheira, estuvieron con otros funcionarios en el lugar ayer al mediodía y comprobaron que las grandes máquinas viales, en pleno trabajo, necesitaban mucho espacio para girar, lo cual les demandaba “siete minutos”, con interrupción del tránsito y el consiguiente trastorno para los automovilistas y también para el transporte público.

El presidente de Vialidad Provincial, Raúl Grün, admitió que en la Bustillo hay una afectación seria del tránsito pero aclaró que todas las intervenciones, en formato y extensión, “fueron acordadas con el municipio”.

Dijo que las complicaciones tienen que ver con que “no se trata solo de una obra vial”, sino que también comprende el soterramiento de servicios, y al zanjear más de una vez han topado con “viejos caños en desuso”, que se rompen y demoran el plan original.

En relación con otra ruta provincial que presenta grave deterioro -la 82, entre Virgen de las Nieves y Arelauquen-, Grün aseguró que en estos días pondrán en marcha un trabajo de bacheo provisorio y que en febrero abrirán licitación para una reparación más a fondo, con “carpetines” de asfalto en caliente.

También tienen previsto un mejoramiento similar en la ruta que va desde la rotonda del aeropuerto hasta la terminal de ómnibus.

Pincheira dijo que su plan integral para resolver las situaciones más complejas del tránsito en Bariloche obliga también a pensar modificaciones sobre el sistema de transporte. A su entender los cambios deben empezar por una “mejor comunicación” desde el municipio, y también con una “inversión seria” que permita ofrecer un servicio de calidad, a fin de que los usuarios se inclinen en forma progresiva por dejar los autos y usar los colectivos.

Pincheira aspira, por ejemplo, a instrumentar una aplicación de celulares eficiente, “como las que ya existen en grandes ciudades” para que los pasajeros puedan chequear en tiempo real el recorrido de los colectivos y así evitar largas esperas y garantizarse la llegada a tiempo al lugar de destino.

“Hay falencias y hay mucho para mejorar”, aseguró. Dijo que en un principio la empresa Mi Bus contaba con una “app” de ese tipo, pero con un sistema satelital poco efectivo, porque no funcionaba en tiempo real.

Otro de los propósitos es ordenar mejor el estacionamiento porque la saturación del tránsito se agrava muchas veces con los vehículos que giran durante largos minutos por la zona céntrica en busca de un lugar.