Dañaron sitio arqueológico para hacer una telenovela

La producción de "Luz de Luna" dejó huella en una cueva. Los turistas son inducidos a creer que es pintura aborigen.

NEUQUEN (AN).- Una cueva que está dentro del Parque Nacional Lanín recibe aluviones de turistas que fotografían las pinturas que, según creen los visitantes, hace cientos de años hicieron los primeros hombres que habitaron ese lugar, ubicado a unos 45 kilómetros de la localidad de San Martín de los Andes.

En realidad, los dibujos -pintados con un material sintético- no salieron de la inspiración de ningún artista aborigen sino del pincel de un productor de televisión; y la datación no se mide en siglos sino en años.

La cueva denominada Caleufu (palabra mapuche, cuya traducción al castellano significa «otro río») está considerada como sitio arqueológico, aunque nunca se hizo un relevamiento a fondo en busca de los vestigios que pudieron haber dejado otras culturas.

Como están las cosas, cualquier investigación en ese lugar será muy dificultosa. Es que en esa caverna nada es como parece; y queda muy poco de lo que hubo.

Las pinturas las hizo la producción de la telenovela «Alén, Luz de Luna», que se filmó aquí en 1996, según la opinión de los integrantes de un equipo de arqueólogos que trabajó en el sitio antes y después de la filmación.

El rodaje se realizó entre marzo y noviembre de ese año y la telenovela fue producida por el actor Gustavo Bermúdez, que a su vez fue el principal protagonista de la historia.

Un equipo de la Universidad Nacional del Comahue (UNC), que está haciendo un relevamiento de arte rupestre en toda la provincia, detectó las pinturas falsas, que algunas empresas de turismo ofrecen como auténticamente indígenas.

El caso, desde hace tiempo, fue denunciado a Parques Nacionales que a su vez inició una investigación sobre este tema. El organismo autorizó el uso del lugar pero no dio la venia para que se hagan pinturas como se hizo durante el rodaje de la telenovela, que se emitió con mucho suceso de audiencia por canal 13 para todo el país.

La profesora de Recursos Naturales de la facultad de Humanidades de la UNC, Teresa Vega, se ha topado con contingentes de turistas que llegaban dentro de la caverna a sacar fotografías.También, en las clases que dicta en la UNC, algunos alumnos le mostraron fotos de ese lugar, al que fueron creyendo que se trataba de arte rupestre.

«Una chica me hizo el comentario de que había estado en ese lugar y se ofreció a mostrarme las fotos que efectivamente son de las pinturas que se hicieron durante la filmación», contó Vega. Los daños a los sitios arqueológicos son comunes en toda la provincia. Muchas veces, con aerosoles, manos anónimas pintan sobre bloques que tienen registros de altísimo valor cultural. También, en grabados sobre piedra (petroglifos), los coleccionistas furtivos han llegado al extremo de llevarse bloques enteros.

Para la filmación de «Alén, Luz de Luna», se pintó el exterior de la cueva de un color plomo hasta una altura de dos metros y medio. Adentro, la gente de la producción utilizó un tono similar como fondo. Y sobre el mismo desplegó una impresionante variedad de recursos: ciervos, lagartos, caballos, arcos, flechas y otras figuras identificables para los especialistas. Es que todas fueron copiadas de sitios tales como Cueva de las manos de Santa Cruz.

El investigador de la UNC, Pablo Bestard, que hace un tiempo se encontraba haciendo un relevamiento de la caverna también fue sorprendido por los turistas. Como tenía una linterna en las manos, le pedían que ilumine y le preguntaban qué era cada cosa. Parado en el centro, el guía de una agencia turística contaba fábulas sobre los ficticios autores de las pinturas.

El rodaje fue un suceso

NEUQUEN (AN).- El rodaje de «Alén, Luz de Luna» fue todo un suceso para San Martín de los Andes donde la telenovela se sumó como atractivo a los increíbles escenarios naturales que tiene la ciudad cordillerana.

Esteban Franqui, de 24 años, quien circunstancialmente estuvo en San Martín de los Andes, participó como extra de uno de los capítulos finales de la telenovela. Y en una de las escenas -recuerda- «le di la hora» al personaje (un guía de turismo de aventura) que encarnaba Bermúdez. Franqui rememora ese momento con humor.

«Me acuerdo que salió todo el pueblo, todos actuaron en la telenovela. El impacto en los turistas también fue impresionante, era muy curioso porque había gente que iba al lugar donde en la ficción atendía Bermúdez y que creía que iba a ser atendida por él», recordó el joven que cursa cuarto año en la facultad de Turismo.

Además de Bermúdez (Pablo, en la ficción), de la telenovela participaron artistas de la talla de Héctor Alterio (Pedro), Marta González (Elena) y Silvia Montanari (Fanny).

La telenovela tuvo escenas realmente muy difíciles de producir. Una de ellas fue precisamente la que cerró la trama. Se hizo sobre la cima del volcán Lanín, a 3.776 metros de altura. Allí, Alterio y Bermúdez -padre e hijo en la ficción- se estrecharon en un abrazo que fue filmado desde un helicóptero.

Desde que se filmó la telenovela -que hasta el año pasado se transmitía en Italia- hubo nuevos lugares para visitar en San Martín de los Andes, por ejemplo la casa que Bermúdez tenía sobre un peñón que mira al lago Lácar.

«Collage» de arte rupestre en una cueva

NEUQUEN (AN).- Las figuras pintadas dentro de la cueva Caleufu fueron copiadas de las que antiguas culturas grabaron en el alero de Las Mellizas (Traful, Neuquén), en La Cueva de las Manos (Santa Cruz) y otras de las cavernas de Castejón (España).

Semejante «collage» habla a las claras de un esfuerzo de producción para el rodaje de la telenovela.

La cueva tiene algo más de dos metros de altura y diez por tres metros en el interior y allí atendía una suerte de bruja aborigen.

La profesora Teresa Vega explicó que en 1958 el arqueólogo Juan Shobinger describió el potencial valor de ese lugar y evaluó que era la caverna que en 1898 describió un arqueólogo inglés de apellido Roth.

La conclusión de Shobinger fue a partir de datos que dejó su colega. Los investigadores recalcaron que el lugar es importante pero aclararon que no hay nada que indique que se trata de un sitio único.

Por las características y la ubicación hay muchísimas posibilidades de que los primitivos habitantes de la Patagonia hayan usado esa cueva como refugio en el invierno, cuando buena parte de la zona queda cubierta por nieve.

Otros depredadores

Cuando llegó la producción de «Luz de Luna» el sitio ya había sido afectado por el hombre. Había tizne en las paredes y ceniza en el suelo, además de latas y bolsas. También, en las rocas externas había inscripciones con promesas de amores eternos y/o recuerdos de viaje de comitivas estudiantiles.

Más allá de todos los daños, los investigadores creen que aún es posible rastrear vestigios de otras culturas en ese lugar. Lo que ya no será posible es buscar indicios en las paredes de la cueva.


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