De Brasil a Roca detrás de los volcanes patagónicos: la tesis de Sara le permitió el trabajo conjunto con Italia

Becaria del Conicet, esta joven trabaja en el monitoreo del volcán Copahue, de Neuquén, para su trabajo final en un doctorado de la UNRN. Desde el Alto Valle y en terreno hizo el seguimiento para conocer las señales de ese gigante que parece dormido, pero no lo está del todo.

Cursando apenas la primera parte de su carrera en Brasil, Sara Pereira da Silva conoció al reconocido investigador Alberto Caselli cuando participó de una de sus capacitaciones. Corría el año 2014 y el experto compartió con varias universidades lo que dos años antes se había registrado en el “Copahue”, experiencia fresca de lo que era posible aprender sobre volcanes, a miles de kilómetros al sur.

Cautivada por el gigante patagónico, pero frenada por la inexperiencia, esta joven tuvo que adelantar materias para venirse a la Argentina, pero lo consiguió. Ya recibida, su tesis doctoral en Ciencias de la Tierra, especializada en Vulcanología, siguió en el mismo eje y ahora le permitió compartir mediciones con especialistas italianos, para probar instrumental que pueda servir en lo que le apasiona, que es “leer” las señales del volcán

El encuentro entre especialistas en monitoreo volcánico realizado días atrás incluyó representantes de la Universidad de Palermo, la Universidad de Turín, la Universidad de Río Negro (UNRN) y del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN), que dirige el propio Caselli en Roca. Allí se integró Sara, que ya lleva ocho años radicada en la ciudad, después de dejar atrás la pequeña localidad que la vio nacer en su provincia de San Pablo, Brasil. 

Entre Argentina e Italia, detrás del Copahue | Agua y gases


Durante la recorrida se tomaron muestras de agua de diversas manifestaciones vinculadas al volcán y se realizaron mediciones de gases – Foto: Gentileza IIPG.

Cofinanciado por la Cooperación Universitaria Ítalo-Argentina (CUIA) como parte de la colaboración para fortalecer los lazos de investigación entre ambos países, el taller que realizaron incluyó cinco días de trabajo de campo y uno más para el compartir de las conclusiones (workshop).

«Durante los días de actividades realizadas en el volcán Copahue, se tomaron muestras de agua de diversas manifestaciones vinculadas al volcán y se realizaron mediciones de gases con distintos instrumentos. Luego de los trabajos de campo, el workshop sirvió para cruzar información y proyectar el trabajo futuro», explicó Caselli en el comunicado difundido por el IIPG.

Para eso fue necesaria la instalación de una Red de Monitoreo de Alta Resolución, integrada por un equipo multigas, para identificar la presencia de dióxido de carbono (CO2), dióxido de azufre (SO2), ácido sulfhídrico o sulfuro de hidrógeno (H2S) y agua (H2O). El equipo europeo aportó una cámara UV y una cámara térmica, con las que subieron al cráter y luego se dirigieron a una zona fumarólica conocida como “Las Máquinas”, con actividad constante, ayudados por el clima que aún permite trabajar en estas semanas. 

Entre Argentina e Italia, detrás del Copahue | Trabajo de años


Según compartió en diálogo con Diario RÍO NEGRO, la labor de Sara en esa zona no es nueva, sino que ella la venía sosteniendo desde 2020, cuando empezó sus propias mediciones, asistida por los informes del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica y el SEGEMAR (Servicio Geológico Minero Argentino). Para eso organizaba viajes regulares, dos veces al año, desde Roca, a fines de marzo y en diciembre. Avanzada su carrera, ese espacio propio ya fue desmantelado, pero gracias a intercambios como el realizado días atrás, ella puede seguir comparando y conociendo la dinámica interna del Copahue, “cómo funciona por dentro cuando está tranquilo, qué ocurre justo antes de que se registre alguna variación, qué sucede cuando vuelve a tranquilizarse”, explicó. 

Sara está radicada hace ocho años en Roca, donde se desarrolló en su formación y como docente, asistiendo a nuevos estudiantes. Foto: Gentileza IIPG.

En febrero pasado, una pasantía que pudo realizar en Europa le permitió conocer sobre la labor científica en ese continente, donde cuentan con una estructura de trabajo más establecida que en Argentina. Aún así no piensa dejar este país que le abrió las puertas para poder crecer en su vida profesional, así como también la norpatagonia, donde pudo ejercer la docencia y donde sus colegas en Geología la integraron. Ese trabajo y el apoyo becario hicieron posible todo ese proceso, lo que deja a la vista la importancia del apoyo económico para la investigación y cómo eso contribuye a poder formar nuevos profesionales que seguirán la trayectoria de los más experimentados. 

Con su cabeza puesta en cerrar un ciclo y acostumbrada a seguir de cerca al “Copahue”, Sara opinó que “si bien está en una etapa más tranquila, sin incandescencia y emanando menos olor a azufre, algo que en otro momento se sentía a veces hasta desde el pueblo, no deja de ser un sistema magmático abierto”, que con un sismo de alto grado puede activarse. Consciente de los riesgos, sabe de todos modos que esa será una oportunidad para seguir conociéndolo más y para darlo a conocer.


Cursando apenas la primera parte de su carrera en Brasil, Sara Pereira da Silva conoció al reconocido investigador Alberto Caselli cuando participó de una de sus capacitaciones. Corría el año 2014 y el experto compartió con varias universidades lo que dos años antes se había registrado en el “Copahue”, experiencia fresca de lo que era posible aprender sobre volcanes, a miles de kilómetros al sur.

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