Conicet: Silvana, la científica que desnuda el alma de los materiales en la UNCo de Neuquén
Es ingeniera química, con doctorados en Alemania y docente de la UNCo. Es miembro del Conicet y estudia nuevas técnicas para mejorar las industrias.
La facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue es un mundo desconocido, incompresible para muchos. Pero es hora de conocerla y comprender el trabajo que allí realizan docentes, alumnos e investigadores.
En el edificio de Buenos Aires al 1.400 hay un subsuelo, primer piso, segundo piso y laberintos (literal). Todos “bloqueados” con claves especiales, rejas y carteles que alertan sobre las medidas de seguridad requeridas para ingresar. Un manojo de llaves abren las puertas; esa vez fue de los espacios de la carrera de Ciencia y Tecnología de los Materiales.
Y allí estaba ella, Silvana Somadossi, ingeniera química egresada de la Universidad Nacional del Comahue. Pertenece a una segunda generación de nacidos y criados en la provincia de Neuquén. Ya recibida partió a Alemania para realizar en 1999 hasta el 2002 un doctorado en el Instituto de Metalurgia Física, de la Universidad de Stuttgart para la investigación de metales.
Entre el 2002 y 2004 realizó su posdoctorado en Producción y Automatización en el Instituto de Managerment y Manufactura Industrial. Con esos diplomas en mano llegó el 2004 y través del programa del Conicet de Re-Patriación de científicos formados en el exterior regresó para ser parte del departamento de Mecánica Aplicada de la facultad de Ingeniería de la UNCo. Fue una instancia de evaluación en que la también tuvo de demostrar que reunía las condiciones para ser parte del equipo de investigadores del Conicet. Y lo logró.
“Tenías la posibilidad de elegir a qué universidad querías regresar para continuar el trabajo y yo elegí la Universidad del Comahue. Por dos razones, porque tenía a mi familia acá y porque era regresar a la universidad pública que me formó en mis orígenes”, aseguró.
Al mismo tiempo, formaba parte de un proyecto alemán de intercambio internacional que daba la posibilidad de “llevarte a tu lugar de retorno parte del equipamiento para desarrollar tus investigaciones y trabajo”, agregó.

Y así fue que parte del instrumental que hoy forma parte del laberinto de laboratorios de Ciencia y Tecnología de la FAIN llegaron desde el país germano a Neuquén.
Pero eso no es suficiente cuanto a investigación se refiere. “Los proyectos requieren en sus faces experimentales muchas cosas. Por eso fuimos armando proyectos con industrias o con el ministerio de Ciencia y Técnica de Nación y con la universidad para generar recursos para actualizar el equipamiento y para mantenerlos”.
Antes de pasar a explicar cuál es el rol fundamental que realizan estos científicos, podríamos detenernos en cómo Silvana llegó a ser ingeniera química y hoy científica del Conicet, experta en meterse en la médula espinal de los materiales.
Se crió en una chacra de Centenario. Podría haber sido, por el contacto con la naturaleza ingeniera agrónoma, bióloga o quien sabe qué. Pero había en esa niña Silvana una curiosidad: todo lo que encontraba en las hectáreas de su casa era material para ser desarmado, desmembrado para mirar su interior, para saber que ocultaba detrás de su corteza visible.
“Siempre lo que se podía y lo que nos permitían desarmar”, aclaró con contundencia la científica que hoy desnuda polímeros y metales para encontrarles sus potencialidades, sus capacidades y sus utilidades en el mundo de la industria.

Y ahora como para empezar a entender su trabajo, ella explicó: “A través de varios análisis en laboratorio con toda la maquina vamos midiendo, simulando las condiciones de operación de cada material. Si logramos medir las condiciones de servicio de cada material vamos a poder predecir si va a a ser resistente, si va a tener una vida útil y de cuánto tiempo y también poder realizar un diagnóstico de fallas para ver de qué manera se pueden evitar esas fallas y mejorar la calidad y el tipo de materiales que se pueden utilizar”, contó.
Un ejemplo a lo criollo, para evitar el resquebrajamiento de los tubing en la industria petrolera encontraron un material que a simple vista es un rollo de hijo de embalar, que sometido a determinadas condiciones permite que los caños se tornen más flexibles y pueden soportar en su recorrido la serpenteante geografía patagónica.
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La facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue es un mundo desconocido, incompresible para muchos. Pero es hora de conocerla y comprender el trabajo que allí realizan docentes, alumnos e investigadores.
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