Demolieron dos casas tradicionales en el centro de Bariloche: «Perdemos la identidad del lugar por el crecimiento de la ciudad»

«Se van los restos mortales de la esquina España y Libertad. Y se espera un edificio que costará una araucaria que está hace unos 85 años ahí«. Los posteos en torno a la demolición de dos casas antiguas en un predio ubicado a unos 50 metros del Centro Cívico de Bariloche se multiplicaron en las redes sociales en los últimos días.

«Una excavación de dos pisos y arriba, seguramente, un lindo cajón que supera la idea de Bustillo respecto a un pueblo tipo Suiza pero con identidad lugareña. Muchas obras, como ésta, no se acercan al estilo barilochense. Del pueblo original muy poco o nada», se lamentó el barilochense Ricardo, de 82 años.

En tanto, Cristina también escribió en el grupo llamado «Barilochenses Nacidos y Criados»: «En este lugar, cuando tenía 5 y 6 años las señoritas Palmira e Irene Gelain nos enseñaban a bordar. Era una actividad extraescolar muy linda. Tenían un hermoso jardín y por ello, habían logrado varios premios. Lindos recuerdos y la tristeza de ver hoy ese lugar reducido a escombros. Siguen suplantando casas por torres«.

También se expresó Ana Wieman, de la organización ambientalista Árbol de Pie: «Les han aprobado un edificio de 5 pisos. Hemos pedido vista del expediente para ver qué piensan hacer con la araucaria, pero han prohibido el acceso al expediente. Los expedientes son públicos. Es inaudito, insólito, un escándalo y una vergüenza por parte de la familia de los propietarios».

Federico Silin, creador del Archivo Visual Patagónico que reúne 23.000 fotos de la historia de Bariloche, conoció a una de las dueñas de las viviendas, Irene Gelain: «Es muy cariñosa y generosa y compartió algunas fotos de su colección familiar aunque de la casa lamentablemente no tenía». Respecto a la demolición, lo consideró «una pena. Era una propiedad excepcional por cómo estaba cuidada al igual que su jardín, premiado en innumerables ocasiones por la Sociedad de Horticultura de Bariloche. Fue construida por Enrique Lunde y Heriberto Reichart -posiblemente proyectada por este último- a mediados de los 40«.

Lunde era constructor y Reichart, el arquitecto que diseñó y construyó el Monolito en el kilómetro 1 de la avenida Bustillo. «Ambos -dijo Silin- eran especialistas en la construcción de chalets de veraneo durante los años los 40 y 50. Estuvieron a cargo de la vivienda Neumeyer -donde funcionaba el excorreo que también fue demolido hace un tiempo». En el centro de Bariloche tuvieron a cargo la ampliación del hotel Italia (donde actualmente se encuentra la chocolatería Rapa Nui), la vivienda Pefaure (donde está el Banco Macro), la vivienda Tribelhorn (en Beschtedt y Mitre) y el Ayecán Ruca, contiguo al Centro de Educación Física.

Silin consideró que «particularmente en el caso de las viviendas de España y Libertad, si bien las viviendas no estaban catalogadas o registradas como bien histórico, la sociedad lo reconoce de esta manera por la carga histórica, urbana y arquitectónica«.

Ricardo nació en la avenida San Martín, «a solo 45 pasos» de esas dos casas que hoy ya no existen. Ese lote se vendió cuatro años atrás, pero hasta ahora no se había registrado movimiento y los vecinos se preguntaban cuál sería el destino del predio.

«Eran propiedad de las Gelain. Vinieron por la misma época en que llegó Primo Capraro. Uno entiende el progreso, pero si el progreso se asocia a la identidad del lugar, encantado. Me acuerdo del primer camión que llegó con material para el Bariloche Center. Nos preguntábamos qué sería y así nos fue: hoy tenemos un mamotreto«, comentó el barilochense.

Añoró que ese barrio donde se crió y donde vive actualmente «era residencial. Las casitas tenían un jardincito adelante. Y poco a poco se convirtió en lo que es ahora. Se va a seguir construyendo, pero lo ideal sería conservar la identidad para evitar otro Bariloche Center o un hotel Panamericano».

Ricardo se reunió ayer con la arquitecta del proyecto que contempla un edificio de 4 pisos y un subsuelo. «De alguna manera, me tranquilizó: es barilochense y exalumna del Colegio Industrial. El edificio que se va a levantar, me llegó a gustar. Es doloroso porque nos queda muy poco de patrimonio histórico. Todo se ve superado por el avance de Bariloche. Antes, el Centro Cívico era lo más alto que había y hoy, quedó rodeado de edificios altos. Los barilochenses perdemos la identidad del lugar donde vivimos«, concluyó este hombre al tiempo que destacó que su padre fue «el primer inscripto en el Registro Civil en 1903».