«Desde abajo», una oportunidad para mujeres empoderadas
Es un modelo de trabajo en equipo y sostenibilidad, nacido en 2019, que genera trabajo y promueve la conciencia ambiental en la comunidad. Se desarrolla en el barrio El Progreso de la capital.
La técnica de termofusión les dio la oportunidad de mejorar sus trabajos iniciales. Foto: Marcelo Ochoa.
En junio de 2019, un grupo de mujeres en situación de vulnerabilidad se unieron en el barrio El Progreso, convocadas por el Movimiento de Trabajadores Excluidos. Con historias de lucha y obstáculos, estas mujeres, algunas de ellas madres solteras, decidieron unirse para cambiar sus vidas y las de sus familias y formaron «Nosotras desde abajo»
La idea inicial era crear un taller textil como una fuente de ingresos y empoderamiento, al principio, el grupo estaba compuesto por unas 15 mujeres, en su mayoría residentes del Barrio El Progreso. Comenzaron tejiendo a mano, luego intentaron fabricar repasadores con tela, pero no tuvieron éxito. Sin embargo, la perseverancia y la creatividad pronto las llevó a descubrir una técnica innovadora: la termofusión con plásticos reciclados.
Esta practica consiste en fusionar plásticos reciclados para crear una tela resistente, que luego se utiliza para confeccionar diversos productos. Su primer proyecto exitoso fue la creación de bolsas, aunque inicialmente las hacían con planchas de hogar comunes. Con el tiempo, observaron que el plástico se desprendía. Fue entonces cuando una de las militantes, cuyo compañero trabajaba con una plancha de sublimar, propuso utilizar esta técnica, lo que mejoró significativamente la calidad de sus productos.
A medida que perfeccionaron su técnica, el grupo pasó de hacer bolsas básicas a una amplia variedad de artículos. Actualmente, el catálogo incluye bolsos de todos los tamaños, mochilas, riñoneras, yerberas, materos, billeteras, porta mates y más, todo fabricado con la técnica de termofusión de plásticos reciclados.
El reconocimiento de la comunidad fue un factor clave para el éxito del taller. Al principio, vendían sus productos en ferias locales, donde las personas comenzaron a conocer su trabajo y a brindarles apoyo, a menudo donando diferentes tipos de plástico que utilizan en la fabricación de sus productos. Además de las ferias, el grupo también comercializa sus productos a través de redes sociales y ha establecido asociaciones con negocios en las localidades de Viedma y Patagones.
Con el tiempo, algunas mujeres abandonaron el proyecto, pero tres de las fundadoras continúan trabajando en él. Actualmente, son seis mujeres las que forman parte de esta iniciativa.
Vanessa, una de las fundadoras, describe la experiencia como un antes y un después en su vida. “Este proyecto me brindó la oportunidad de aprender nuevas habilidades, no solo técnicas, sino también personales”.
«Para mí, fue un antes y un después, ya que me dio la posibilidad de tener un trabajo, que es tan importante para cualquiera. Ahí adentro se aprende mucho, no solo la técnica de trabajo en sí, sino todo lo que a nivel humano va surgiendo en eso de compartir todos los días» agregó.
Susana, otra integrante del grupo, destacó cómo el proyecto la ayudó emocionalmente y le permitió aprender y crecer. Para ella, cada día es una nueva experiencia y una oportunidad para aprender y avanzar en la vida personal y grupal.
Contó que «al principio estaba la oportunidad de realizar un curso donde tenías que aprender a hacer telas de plástico, desde chica me gustaba coser, así que fui y tomé el curso, cuando terminamos, con una loneta hice un bolso que aún conservo. Al estar entre mujeres, podes hablar de muchas más cosas porque nos juntamos a aprender y escucharnos entre todas. Me ayudó emocionalmente, era una persona con autoestima muy baja, y el estar con todas esas mujeres conversando fue un gran apoyo. Para mí, cada día es una experiencia nueva poder aprender otras cosas diferentes».
Hoy en día, «Nosotras desde Abajo» no solo representa un medio de subsistencia para estas mujeres, sino también un ejemplo de cómo la determinación, la creatividad y el apoyo de la comunidad pueden transformar vidas y crear oportunidades en medio de la adversidad, demostrando que la resiliencia y la solidaridad pueden superar cualquier obstáculo.
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