Edificios en Río Grande: frentistas no quieren un Puerto Madero que tape el río Limay en Neuquén

La comisión de Obras Públicas en el Deliberante escuchó los planteos de la vecinal en contra de que se permitan los edificios de altura en Leguizamón al fondo. Habrá una visita al lugar en conflicto.

«Nos queda en claro que ustedes no están de acuerdo con el cambio de indicadores», repitieron en más de una vez los concejales a los integrantes de la comisión vecinal de Río Grande tras la exposición que se llevó a cabo en la comisión de Obras Públicas en el Deliberante. El oficialismo escuchó los planteos y buscó adelantar la discusión para una salida intermedia al proyecto del Ejecutivo Municipal de autorizar torres de gran porte a la vera del río Limay, en Leguizamón al fondo, como parte de un convenio firmado en 2021.

Los vecinalistas dejaron en claro que les parecía desmesurado autorizar el cambio de indicadores para facilitar la instalación de edificios de más de 21 metros en las 5 hectáreas del privado, como parte de la necesidad del municipio de unos 300 metros del terreno para continuar el tránsito vial en el paseo costero, frente al bombeo del EPAS.

El concejal Atilio Sguazzini llevó la voz cantante de la postura oficial. Habló de la necesidad de la ciudad de autorizar una gradualidad en la densidad de la urbanización.“Concentremos en los 300 metros del expediente”, puntualizó la vecina Ana Carrizo, cuando hubo un cruce que derivó en el análisis del Plan Urbano Ambiental, la necesidad de cambiar la ley de creación del EPAS e incluso en consultas respecto si acordarían con otro tipo de edificios de menor porte.

Los vecinos insistieron en la grave problemática de cloacas de la zona costera como para autorizar una urbanización masiva en altura en las 5 hectáreas, como se produciría en caso de hacer una excepción. Dieron detalles de desarrolladores a la espera de que se lleve a cabo ésta excepción, para avanzar con peticiones.

La comisión vecinal fue con representantes de la Asamblea del Agua en la región quienes plantearon que no querían murallones de edificios frente al río Limay. Insistieron en que la zona costera cuenta con una prohibición por ordenanza de cambiar el estatus de la zonificación de zona media – baja que permite edificar hasta hasta 9 metros (dúplex).

Detallaron una explosión cloacal ocurrida en las inmediaciones del lugar, el domingo pasado, cuando los líquidos finalizaron en las alcantarillas pluviales que van al río, a la vera del bombeo del Epas en Leguizamón, a pocos metros del lugar en conflicto.

«No queremos que se transforme en un corredor como la avenida San Juan en Santa Genoveva, no es solo el cambio de nomenclador, las cloacas nos explotan», sostuvo el presidente de la vecinal, Alberto Delloro.

La desmesura del cambio (como lo definieron algunos concejales de la oposición) o el negocio que pretende el privado con la autorización, también se puso sobre la mesa de la comisión. Se preguntaron por qué por una cesión de terrenos de 300 metros cuadrados o 3 mil metros lineales, se otorgaría el permiso para edificar en una superficie de 175.000 metros cuadrados, que en la zona, cotizaría en más de 260 mil dólares, especularon.

Los vecinos invitaron a los concejales a visitar el lugar y la comisión acordó asistir la semana entrante, para ver el porqué del rechazo.

La junta vecinal también pidió que se anexara al expediente documentación citada por el Ejecutivo, de la que no tienen constancia: el aval de una comisión vecinal anterior (que los vecinos niegan) y el acuerdo de cesión de terrenos entre el municipio y el EPAS, que sería parte del mismo convenio de 2021.

Frentistas del barrio Rio Grande e integrantes de la Asamblea por el Agua del Comahue acompañaron a la vecinal en su negativa de permitir que se cambien los nomencladores para instalar edificios frente al río (foto Cecilia Maletti)

Durante un poco más de una hora que duró la exposición de los vecinalistas en la comisión, un grupo de ambientalistas y de vecinos de otros sectores ribereños de la ciudad, protestaron en la vereda y acompañaron la postura de rechazo a los edificios en la costanera del río Limay.

«No podemos vivir de excepciones, las ordenanzas dicen que no hay que modificar los indicadores porque el ecosistema es complicado, hay 3 ordenanzaas que deberían modificar para beneficiar a un privado. No le saquen el sol al río», plantearon los vecinos.

Al término de la reunión, Delloro dijo que la impresión de la reunión fue positiva. «Participamos y nos escucharon. Hicimos un detalle de las irregularidades en cómo se hizo esta cesión de terrenos, vamos a seguir de cerca esto, en especial después de que el intendente dice que va a transformar el río Limay en un Puerto Madero. Vamos a activar con las organizaciones por el cuidado del agua y en contra de la contaminación», sostuvo.


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