El asiento vacío en la mesa de Navidad y Año Nuevo: un taller para transitar el duelo en las Fiestas

La fundadora de Mariposas Blancas brindará una guía para encarar las reuniones sociales durante las celebraciones por las Fiestas. Con un taller en Plottier, propone “honrar” a los seres queridos que ya no están y comunicar lo que se siente para “acotar” el dolor.

Diciembre llega envuelto en luces, música y una poderosa, casi obligatoria, invitación al festejo. Para las personas que transitan un duelo, esta atmósfera choca contra una realidad ineludible: en la mesa de Navidad y Año Nuevo “hay alguien que no va a llegar nunca”. La época de Fiestas se convierte así en uno de los momentos más sensibles y pesados para transitar.


Para ayudar a aliviar la carga, Alejandra Schouabs, fundadora de la organización Mariposas Blancas y coach ontológica especializada en duelo, realizará un “taller de reflexión y construcción colectiva” este martes 16 de diciembre, de 13 a 16, en el auditorio del hospital de Plottier.


Schouabs conoce íntimamente el quiebre que se genera en las Fiestas por la pérdida de un ser querido. El 7 de diciembre de 2015 murió su hijo mayor, Luis Fernando, a los 27 años cuando se desató un incendio en el edificio de la Galería Jardín en Neuquén. En un intento desesperado por escapar del humo, se asomó por la ventana de la cocina, perdió el equilibrio y cayó desde el décimo piso. Este evento marcó el inicio de un profundo proceso de transformación.


“No fue el paso del tiempo el que sanó mi dolor, sino las acciones que tomé en ese tiempo”, reflexionó. Para ella, el duelo es un camino de autoconocimiento y renacimiento, donde se puede aprender a vivir de nuevo: “El día que nació mi hijo me cambió la vida y el día que murió, también”.

Luis Fernando murió el 7 de diciembre de 2015 en Neuquén. (Foto: Gentileza).

A través de “Mariposas Blancas”, Alejandra brinda un espacio seguro para compartir y construir herramientas que ayuden a afrontar la pérdida, sobre todo en las Fiestas de fin de año. Busca acompañar a las familias a ponerle palabras a lo que sienten ante la pregunta: ¿cómo se festeja cuando el corazón está roto?

«Acotar el dolor»: un taller de apoyo para abrazar el duelo en las Fiestas de fin de año


La clave, según Schouabs, reside en la anticipación. “Que esto no te sorprenda y que de pronto no sepas qué hacer, sino que le pongas palabras a lo que te pasa”, explicó la especialista.
Si la reunión familiar es inevitable, es fundamental comunicar el estado emocional, decir abiertamente que “no estás al 100”, que no tenés ánimo para celebrar. “Es un derecho”, subrayó.


Esta honestidad permite a las familias resignificar la reunión. Las primeras navidades tras la muerte de su hijo, Schouabs optaba por armar una cena compartida, pero con la clara intención de “sacarle la connotación de la festividad”, para simplemente compartir una comida.


Sin embargo, el duelo a menudo debe convivir con la vida que sigue su curso, en especial cuando hay niños y niñas en la familia. Los más pequeños esperan los rituales, los regalos y la magia de Papá Noel. En esos momentos, la decisión de “acotar el dolor” se vuelve una herramienta esencial para los adultos que transitan un duelo.


Alejandra recordó una Navidad en la que se propuso “celebrar en grande”. “
En un momento me di cuenta de que no me estaba acordando de lo que me dolía”, confesó. Se trata de un acto consciente: “Estoy triste, angustiada, extraño, pero hay otras personas que merecen mi mejor esfuerzo”.


Aunque los momentos de tristeza son inevitables. “Para mí el momento del brindis es un quiebre, o sea, yo ya ahí lo siento”, expresó. De hecho, estas Fiestas tienen un significado particular para la fundadora de Mariposas Blancas. “El siete de diciembre se cumplieron diez años de su muerte. Fue un día bastante duro y sensible para mí, porque realmente no puedo creer que hayan pasado diez años que no lo escucho, que no lo abrazo, que no lo veo”, contó.


La especialista es una ferviente creyente de que recordar a quienes ya no está no debe ser una conexión exclusiva con el dolor de la ausencia, sino “un acto de honrar la vida”. “Hay que decidir poder estar bien”, recalcó.

Hablar sana y mantiene vivo el recuerdo de quienes ya no están. (Gentileza).

Los duelos no se terminan, se caminan


Para Alejandra Schouabs la herida por la pérdida de su hijo no se cerró, sino que es una parte de sí misma que la obligó a reconstruirse. “Yo no siento que los duelos se terminan, para mí se caminan”, afirmó.

El camino, a menudo, está marcado por el mandato cultural de “ser fuerte”. Sin embargo, advirtió que evitar el tema es profundamente dañino: “Una persona que puede hablar, sana”.


Sostuvo que si no se nombra, no se recuerda y la persona que murió empieza a olvidarse. “Yo no quiero eso para mi hijo, no quiero que nadie se olvide de él”, enfatizó.

Recomendó dedicar un momento de conexión consciente: “Prender una vela, escribirle un mensajito, pedirle un deseo o mandarle amor y luz”.

Luis era el hijo mayor de Alejandra, fundadora de Mariposas Blancas. (Foto: Gentileza).

Diciembre llega envuelto en luces, música y una poderosa, casi obligatoria, invitación al festejo. Para las personas que transitan un duelo, esta atmósfera choca contra una realidad ineludible: en la mesa de Navidad y Año Nuevo “hay alguien que no va a llegar nunca”. La época de Fiestas se convierte así en uno de los momentos más sensibles y pesados para transitar.

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