El auge del fitness: ya no es moda sino «una inversión en salud física y mental»
Cada vez más, los médicos recomiendan el ejercicio físico. Los más chicos llegan con dificultades motrices por el uso excesivo de pantallas y los adultos mayores eligen entre diversas opciones para lograr una mejor calidad de vida.
En el último tiempo, el resultado que muestra la balanza dejó de ser lo importante. El objetivo pasó a ser la calidad de vida, la forma de dormir, el humor durante el día, amanecer con energía y pensar en un buen estado de salud para los años próximos. En algo coinciden los profesores de gimnasia y los propietarios de gimnasios: el fitness dejó de ser una moda para convertirse en un hábito. Ya no es considerado como un gasto sino como una inversión en salud.
En Argentina existen aproximadamente 8.700 gimnasios con más de 3.5 millones de usuarios activos. Este número representa al 7,8% de la población del país. El sector fitness, aseguran, es uno de los rubros con mayor crecimiento de los últimos años. De hecho, el nivel de penetración es el más alto de América Latina -aunque alejado de países como Estados Unidos o Suecia-.

Los datos surgen de un informe realizado por Mercado Fitness, tras una serie de relevamientos mensuales del sector. Tras un leve retroceso en mayo y junio, volvió a repuntar en julio. Sucede que históricamente, más gente se inscribe en los gimnasios al final del invierno con la idea de ponerse en forma para el verano.
Sin embargo, el incremento de la demanda fue notable después de la pandemia, cuando comenzaron a proliferar los planes de entrenamiento virtuales a través de las redes como así también la difusión de los beneficios de hacer deporte. «De esta forma, se abrieron las puertas a quienes no tienen acceso a un gimnasio. La idea es que la gente se acerque al ejercicio y se mueva cada vez más«, evaluó Muki García, responsable del gimnasio que lleva su nombre en Bariloche.

Pese al vertiginoso estilo de vida, admitió esta profesora de educación física, se empezó a asociar el ejercicio con la salud y ya no tanto con lo estético. “La gente se acerca a hacer ejercicio para bajar el nivel de estrés, de ansiedad. Hay muchos casos de angustia y depresión. El ejercicio está muy asociado a la salud mental, más allá de la salud física”, afirmó Muki.
Hoy mucha gente que se acerca a su gimnasio ubicado en la calle Mitre le plantea la necesidad de “sentirse bien, activa”, pensando cómo mejorar no solo ahora sino en los próximos años. “Si le das tiempo al ejercicio, empezás a notar los beneficios, incluso en situaciones de la vida cotidiana: levantás a tu hijo sin quedarte dura, o te sentís con más energía, te levantás de buen humor. Es como un círculo virtuoso. No hablamos de atletas sino de gente común y corriente que solo quiere sentirse bien”, definió.

Clases y entrenamientos para todos los gustos
En función de la demanda, la oferta de los gimnasios también se diversificó. Esto se tradujo en un cambio del segmento etario.
“Cuando arranqué con el gimnasio hace 13 años existían dos o tres actividades de musculación, fitness y spinning (con bicicletas). Ahora la oferta es tremenda: para el que quiere bailar, hacer entrenamiento funcional, crossfit, musculación. Se acerca la gente más grande que antes quedaba afuera. Si no te gustaba hacer aparatos, quedabas boyando”, advirtió Muki.
Jeremías Sandoval, propietario del gimnasio Cross-T en General Roca, coincidió en “una mayor concientización de la actividad física y su implicancia en la salud”, a partir de la difusión en las redes sociales: “Se visualizar fácilmente los beneficios en cuanto a movimientos, destrezas, capacidades, estilos de vida”.

Resaltó que se percibe un mayor interés por “las disciplinas nuevas”: “Antes, quizás se trabajaba mucho más localizado, era más reducido el abanico de destrezas y capacidades a trabajar en una clase y respecto a la cantidad de tiempo. Hoy hay entrenamientos de una hora, hora y media, cortos y todo se puede adaptar en función del objetivo de la persona y el tiempo que tenga”. Clases grupales, en grupos reducidos, personalizadas. El catálogo contempla todos los gustos y necesidades.
La contracara: los adultos mayores y los más chicos
Andrés Díaz es profesor de educación física, trabaja en una escuela primaria, en el Roca Rugby Club y en el gimnasio Balance 84 de General Roca. Reconoció que, en el último tiempo, la demanda es constante “en la búsqueda de liberar tensiones”.
El objetivo en este caso es trabajar con grupos reducidos. “Creemos que se genera una mayor adherencia a la actividad física a partir de una buena convivencia con el grupo que te toca. Por eso trabajamos por turnos, como los médicos. De esta forma, la gente genera un grupo de pertenencia. Los viernes por ejemplo, se suele compartir un desayuno”, afirmó Andrés.

Contó que cada vez reciben gente más joven “en peores condiciones”. “Quienes formamos parte de la generación de 40, crecimos en la calle; los pibes de ahora viven con el chupete electrónico y tienen cada vez menos riqueza motriz. Hay papás que mandan a sus hijos de 10 años que juegan al fútbol para que mejoren la fuerza”, dijo y agregó que “hoy los médicos, por suerte, recomiendan constantemente la actividad física. Adoptaron el lema ‘menos pastilla y más zapatillas’”.
Después de la pandemia, muchos médicos indicaron ejercicio físico a los adultos mayores. “El encierro generó mucha decadencia. Los mandaron a caminar, a levantar peso, a hacer trabajo de fuerza, de equilibrio, para prevenir osteoporosis, osteopenia, para que se sientan más activos”, sintetizó Lautaro Charra, profesor de educación física en el gimnasio Neo Sport en Neuquén.
Reconoció que tiempo atrás, “cuando un adulto mayor se inscribía en el gimnasio nos preguntábamos qué podíamos hacer. No estaba estudiado. Hoy, tenemos dos personas de más de 80 años que vienen a hacer trabajo de musculación. El año pasado creamos un grupo de entrenamiento funcional para adultos mayores. Se indican ejercicios que antes ni se pensaban, como sentadillas, flexiones y estocadas, y se va aumentando la carga. No es que solo se mueven”.

Hoy el gimnasio donde trabaja Lautaro recibe adultos mayores con todo tipo de objetivos. “Algunos corren, otros andan en bicicleta, otros corren la K42, hacen triatlón, suben el Lanín. Ahora, el adulto mayor realiza actividades y compite en deportes de los que antes era desplazado”, resumió.
Lautaro resaltó que en Argentina, menos del 10% de la población practica actividad física de manera regular en los gimnasios: “Parece un número bajo, pero a nivel Sudamérica es el país con más gimnasios, seguida por Brasil”.
También reconoció el impacto de las pantallas. Por eso, en Neo Sport decidieron no enviar las rutinas a través de los teléfonos celulares. “Es un momento de desconexión. Por eso, la rutina se entrega en papel. Por otro lado, está la parte educativa: muchos chicos quieren respuestas inmediatas como bajar de peso milagrosamente o correr una carrera en dos meses porque se creen lo que se publica en las redes. Hay que bajarlos a la realidad”, subrayó.

En el último tiempo, el resultado que muestra la balanza dejó de ser lo importante. El objetivo pasó a ser la calidad de vida, la forma de dormir, el humor durante el día, amanecer con energía y pensar en un buen estado de salud para los años próximos. En algo coinciden los profesores de gimnasia y los propietarios de gimnasios: el fitness dejó de ser una moda para convertirse en un hábito. Ya no es considerado como un gasto sino como una inversión en salud.
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