El desgaste por un mal ambiente laboral: razones por las cuales las mujeres dejan sus trabajos académicos

Mientras que la mayoría de los hombres citan razones profesionales (como un mejor salario), las principales razones de abandono reportada por las mujeres del ámbito universitario son la discriminación, el liderazgo disfuncional y la sensación de no encajar, según un estudio realizado en Estados Unidos.

Las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en los puestos docentes jerárquicos de casi todos los ámbitos universitarios. Por eso, un nuevo estudio (publicado el 20 de octubre) indagó cuáles son las razones por las que las mujeres abandonan sus trabajos en el mundo académico. Los resultados son bastante concluyentes: la primera razón es por desgaste en cuanto al ambiente laboral.

La categoría «mal ambiente laboral» engloba discriminación, liderazgo disfuncional, sensación de no encajar y otros problemas. Esto contradijo un poco el sentido común, ya que muchos pensaríamos que el principal motivo sería la falta de conciliación entre vida laboral y familiar (work-life balance) .

La socióloga Kimberlee Shauman, de la Universidad de California, destacó que este estudio se distingue y «ofrece una imagen mucho más fiable y precisa de cómo son las tendencias» porque, a diferencia de los anteriores trabajos sobre permanencia en puestos académicos, no se centró en una sola institución.

¿Cómo fue el hallazgo?


Para explorar las tasas de abandono en las instituciones estadounidenses, los autores analizaron los registros de empleo de 245.270 personas que ocuparon puestos académicos titulares o titulares entre 2011 y 2020 (no incluyeron en su análisis a las personas no binarias, lo que probablemente amerite un análisis adicional).

En efecto, descubrieron que en todas las etapas de la carrera las mujeres corrían un mayor riesgo de abandonar sus puestos en comparación a los hombres, pero que la brecha de retención entre ambos géneros comenzó a aumentar alrededor de 15 años después de que los académicos terminaran sus doctorados. Tal como explican los autores del estudio, ese suele ser el lapso en el que obtienen la titularidad de sus materias.

Cantidad de mujeres (azul) y hombres (gris) que se retiraron por razones profesionales, de vida personal o de ambiente laboral, de izquierda a derecha. Fuente: Gender and retention patterns among U.S. faculty. Science.org

Para entender por qué se retiran los académicos, Spoon y sus colegas también encuestaron a 7.195 profesores en ejercicio, a 433 personas que habían abandonado el mundo académico pero no se habían jubilado y a 954 que sí lo habían hecho. En comparación con los hombres, las mujeres tenían un 44 % más de probabilidades de sentirse empujadas a abandonar el mundo académico, en lugar de atraídas por una oportunidad mejor en otro lugar. 

Las principales razones de abandono laboral de los hombres estaban relacionadas a motivos profesionales, como un salario bajo o la presión de publicar. El deseo de conciliar mejor la vida laboral y familiar fue citado por igual entre hombres y mujeres al dejar sus puestos.

Qué podemos tomar de estos resultados (y qué falta)


«Esperaba ver mayores diferencias entre los ayudantes de cátedra que entre académicos más antiguos, pero en realidad encontramos lo contrario. Es sorprendente y algo deprimente que, incluso después de conseguir la titularidad, las mujeres corran un mayor riesgo de abandonar el mundo académico» dice la coautora Katie Spoon, científica social computacional de la Universidad de Colorado.

En cambio, Thema Monroe-White, investigadora sobre educación y desarrollo de la mano de obra del Berry College (Estados Unidos), dijo a la revista Nature que estos resultados no le parecían para nada sorprendentes. Su trabajo se centra en las experiencias de las personas pertenecientes a minorías en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, para quienes el ambiente laboral como factor de desgaste es conocido hace tiempo.

Monroe-White señaló una falla en el análisis: los investigadores no describieron cómo influyen la raza y la etnia en las carreras académicas. «Se están pasando por alto diferencias matizadas», afirmó y agregó que muchas veces usar la categoría «mujer» excluye tácitamente, ya que se refiere a «mujer blanca». Al respecto, Spoon aclaró que la decisión de no estudiar los efectos de la raza y la etnia se debió a la falta de datos.

Shauman señaló que la academia «muchas veces exige a los profesores que simplemente sigan adelante, sin importar qué se espera de ellos» y pidió «un esfuerzo real y concertado para reflexionar sobre cómo es el lugar de trabajo y qué se necesita para apoyar al profesorado».


Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa ‘Periodismo Humano’, una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN


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