“Es como cerrar las cortinas de la mente”: por qué es mejor dormir con antifaz aunque estés a oscuras

Algunos estudios en neurociencias plantean que hay diferencias en nuestro desempeño cotidiano si usamos un antifaz durante el descanso. ¿Cuál es el motivo?

Probablemente todos tengamos presente lo bien que se siente disfrutar de un sueño reparador y nos sintamos más funcionales y capaces de desempeñar nuestras tareas cuando logramos un descanso óptimo. También es bien conocida la relación entre sueño, aprendizaje y memoria: la información que adquirimos durante el día se afianza en las horas de sueño.

Sin embargo, hay algunos detalles que se nos pasan. Esta semana, por ejemplo, aprendí que hay estudios recientes de expertos en neurociencias que hallaron que nos puede ayudar a descansar mejor usar un antifaz aunque estemos en un cuarto a oscuras.

Me encontré con esta información en un reel de Avisha NessAiver, un educador en ciencias que en la cuenta @distilledscience se dedica a la divulgación científica con información confiable.

Los estudios que NessAiver cita aseguran que, además de la memoria y las habilidades cognitivas, el sueño desempeña un papel fundamental en muchas funciones fisiológicas, como el control inmunitario y la conservación de la energía. Él menciona en su video que usar un antifaz es como cerrar las cortinas de nuestra mente, es decir, cualquier cambio mínimo en la habitación donde dormimos puede activar el sistema nervioso si no los tenemos puestos. 

En el segundo estudio citado, el Centro de Imágenes de Investigación Cerebral de la Universidad de Cardiff (CUBRIC, por sus siglas en inglés) analizó  cómo impacta en el sueño el uso de un antifaz durante la noche y sus efectos sobre la memoria y el estado de alerta. Para ello, 94  personas de 18 a 35 años usaron un el cobertor de ojos mientras dormían cada noche durante una semana.

Los efectos se controlaron con otra semana en la que no se bloqueó la luz. También experimentaron con antifaces que tenían cortes en la parte que cubre los ojos, para medir qué diferencias podría generar la sensación de usar algo en la cara (independientemente de los cambios en la iluminación). 

Para sacar conclusiones, también utilizaron en tests cognitivos y cuestionarios realizados a  los participantes. Si bien los participantes no reportaron sentirse más descansados, los tests cognitivos dieron un resultado distinto: el desempeño en tareas que medían el desempeño de la memoria y atención era mejor en quienes habían usado los antifaces, por ejemplo al estudiar o manejar un auto. 

El tercer estudio que aparece en el video y publicado por la  Sleep Research Society   se titula La iluminación durante la noche en la vejez se asocia a obesidad, diabetes e hipertensiónLos resultados en este caso destacaron la importancia de examinar la exposición a la luz, ya que es un factor de riesgo fácilmente modificable para prevenir enfermedades cardiovasculares y otras consecuencias negativas para la salud.

Como concluye NessAiver en su video, “a menos que tu habitación esté cerrada como una bóveda, te conviene conseguir un antifaz”.


Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa ‘Periodismo Humano’, una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.



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