Frenó de más y dio una vuelta de campana con la avioneta
Fue cuando el presidente del Aero Club de Allen aterrizaba en Roca
César Izza
El experimentado piloto Julio Contreras sufrió un golpe en la frente. Más le dolió la rabia por su desafortunada maniobra.
ROCA (AR).- Finalmente fue sólo un gran susto. Una avioneta se accidentó ayer en la pista del aeropuerto roquense Arturo Illia, y quedó totalmente dada vuelta, pero por fortuna su conductor, el presidente del Aero Club de Allen Julio Contreras, sólo sufrió un golpe en la frente. No obstante, el episodio causó mucho temor en un principio y motivó la urgente intervención de Bomberos Voluntarios de la ciudad, efectivos de la Policía y personal e integrantes del Aeroclub local. La pequeña aeronave, un Piper PA 11 quedó con las ruedas hacia arriba y Contreras debió ser asistido por personal del aeropuerto y profesionales de Salud. Una ambulancia del hospital local llegó al lugar y le brindó los primeros auxilios. Contreras sufrió golpes y un corte en la frente, pero lamentó profundamente los daños materiales que sufrió su “chiche”. “Estoy bien, gracias”, dijo apenas algunos minutos más tarde del accidente, ocurrido poco después de las 9 de ayer. Según explicó, el desenlace se debió a “un error humano” y descartó la existencia de algún desperfecto mecánico. “Fue un error mío” “Fue un mal aterrizaje, algo que ocurre a todos los que volamos, reconozco que fue un error mío realmente y no sé, si de presumido, de querer tocar corto, toqué el freno un poquito de más, es un avión que tiene un tren convencional, que las ruedas están más liberadas adelante, frenó y se dio vuelta muy en cámara lenta”, explicó el piloto allense, de 66 años. “Pero estoy bien, aunque con una rabia muy grande y el dolor del alma porque romper un avión es como que se te dañe un hijo… y la rabia comparada con alguien que patea un penal y lo erra”, graficó, dolido. Contreras, piloto desde hace más de 37 años, iba solo en la aeronave y se dirigía al Arturo Illia, desde Allen, para cargar combustible. “Fue un golpe muy sencillo, venía a cargar combustible y frené de más, es un avión que tiene los frenos muy celosos, yo un poco presumido quizá de querer aterrizar corto, quedé mal. Estas cosas nos pasan a los seres humanos, nos equivocamos”, insistió. El Piper es un avión viejo, contó Contreras, pero “que está reparado a nuevo, es mi chiche es como si fuera un hijo”, sostuvo el piloto, integrante del aeroclub allense.
César Izza
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