“Gritás y te pego un tiro”: en Roca, una joven evitó un ataque en plena calle

Según relató Guadalupe, el hecho ocurrió ayer por la tarde, a plena luz del día. “Acaban de intentar violarme por segunda vez en Roca”, contó en Twitter. Un joven la ayudó a escapar.

 

 

 

 

“Acaban de intentar violarme por segunda vez en General Roca. La primera vez fue a las 5hs yendo al laburo. Esta vez fue a las 18hs volviendo a mi casa. “Gritás y te pego un tiro”. Corrí y grité con todas mis fuerzas. Me salvó el coraje y un ángel que frenó el auto. ¿Cuántas más?”. Así comenzó el duro relato de Guadalupe Sanz, la joven que sufrió el intento de abuso ayer por la tarde en Roca, en la zona de Mariano Moreno y 3 de Febrero.

Según contó Guadalupe a Telefé Noticias luego del hecho, “estaba en la casa de un amigo a seis cuadras de mi casa, tenía que caminar casi en línea recta. Pasó un tipo con la bici y algo me dijo que lo vigile a ver si me miraba o estaba en la suya”. Ese “algo” tuvo razón de ser, porque fue esa persona la que intentó atacarla.

 

“Me empezó a dar vueltas con la bici y me miraba mucho. Llegué a la esquina y doblé para intentar perderlo y de repente siento el ruido de la bici sobre la tierra y cuando miro para atrás tuve la certeza de que estaba por atacarme. Ahí me dijo ‘si gritás te pego un tiro’. Nunca me pidió el celular ni nada. Ahí lo insulté, salí corriendo y empecé a gritar pidiendo ayuda”, agregó Guadalupe.

 

 

Pese a la difícil situación, Guadalupe se armó de valentía y escapó corriendo por una de las calles laterales de la zona, ubicada en el barrio 1° de Septiembre. Había poca gente en el lugar, pero tuvo la fortuna de que justo pasaba un joven en auto que frenó para ayudarla.

“Un pibe que pasaba me escuchó y frenó el auto. Le pedí que me saque de ahí. Rápido abrió la puerta y me llevó hasta mi casa, no se fue hasta que entré. Lucio se llama”, explicó Guadalupe. Se trataba de Lucio Cuccarese, un joven de la zona que luego intercambió tweets con ella.

 

 

“Yo salía de casa y mientras ponía música escuché un grito. Miré para el costado y vi una chica corriendo. Frené y le pregunté que pasó, y me contó que habían intentado violarla. La llevé a la casa, la dejé y esperé que suba y fui a dar una vuelta a ver si lo veía al que intentó atacarla, pero ya no quedaba nadie”, relató Lucio.

Guadalupe continuó su relato luego afirmando que tuvo la suerte de escapar por su reacción, pero se preguntó que hubiera ocurrido en otro caso. “¿Qué pasaba si yo era de esas personas que el miedo las paraliza? Este hijo de la mierda me agarraba, me arrastraba hasta el descampado que está ahí nomás y me violaba. Quizás me pegaba un tiro. Y aparecía muerta, como otras tantas”.

Para el cierre, Guadalupe afirmó que “no se paralicen; ataquen, corran, griten con todas sus fuerzas. Mueran peleando si hace falta. Pero no se rindan. Jamás se rindan”.

 

El intercambio con el chico que la ayudó a escapar

 

Tras vivir una situación horrible, Guadalupe relató lo ocurrido en Twitter para alertar a las demás chicas de la ciudad. Allí, se “encontró” virtualmente con Lucio, el joven que la ayudó mientras ella escapaba.

 

Lucio escribió que “no mirar al costado en situaciones así es la manera que tenemos de ayudarlas en su lucha”, mientras que Guadalupe le agradeció nuevamente por el gesto, en un intercambio al que luego se sumaron muchos usuarios de la red social expresando su apoyo.

 

 

“Gracias a todos los que me contactaron para darme su apoyo”, amplió luego Guadalupe, que agregó que ocurrió en “Mariano Moreno y 3 de Febrero, a escasas cuadras del IUPA, una zona repleta de estudiantes universitarias”.

 

Alertó sobre el atacante

 

Guadalupe también aprovechó el poder de las redes para poner en alerta a las demás mujeres sobre la apariencia del atacante.

 

“Tenía entre 35 y 45 años, tez morena, cabello oscuro rapado en la nuca estilo tumbero, remera de la selección con un 10 en la espalda, bermuda oscura, zapatillas, bolso de aguayo rojo, naranja y amarillo, bici de paseo roja”, explicó.

Además, agregó que “la contextura física era mediana y la cara de rasgos cuadrados. Sin tatuajes u otro signo identificable. Y la mirada, inolvidable: la de un depredador. CUIDENSÉ”.

 


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