Inundaciones en el sur de Brasil: «Los autos flotaban», contó un barilochense
Dos meses atrás, Sergio Suez cerró su local gastronómico en Bariloche harto de la crisis y se radicó en Canasvieiras, en el municipio brasileño de Florianópolis. Cómo vivió el temporal de las últimas horas.
«Estoy bien«, se cansó de repetir en las últimas horas Sergio Suez ante sus familiares y amigos de Argentina, alarmados por el temporal de lluvia que azotó al estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, provocando inundaciones y anegamientos en los principales accesos a las ciudades y playas de Camboriú -donde incluso se declaró el estado de emergencia- y Florianópolis.
Sergio, conocido como «El Turco», tomó la decisión de dejar Bariloche dos meses y medio atrás y, se radicó en Canasvieiras, un barrio y playa ubicado al norte de la Isla Santa Catarina, en el municipio brasileño de Florianópolis, donde instaló un kiosco de comidas y bebidas en una de las playas.
«Las lluvias comenzaron antes de ayer. De hecho, jueves y viernes no pude abrir el boliche por la lluvia y las tormentas eléctricas. Pero por suerte, acá no fue tan grave como en el centro que se inundó«, comentó Sergio que vive en un morro, «en medio de la selva», a ocho cuadras de la playa donde trabaja.

«Un amigo de Bariloche que vive acá hace 35 años fue al centro en moto antes de ayer. Llovía, pero cuando salió del shopping vio que los autos flotaban. Se llegó a desmoronar una parte en la carretera. No es común. Esto es clima subtropical, llueve, pero nunca pasa lo que pasó ahora. Fue demasiado en un día y eso complicó», comentó.
El gobernador del estado de Santa Catarina, Jorginho Mello, confirmó que «llovió, en pocas horas, alrededor de 130 milímetros en las ciudades de Itajaí, Camboriú y Balneário Camboriú. Esto representa más de la mitad del volumen previsto para todo el mes de enero«.
Sergio está a 25 kilómetros de distancia de donde ocurrió el mayor desastre. «Me enteré porque me llegó una alarma de Whats App de Defensa Civil diciendo que había peligro de tormenta, que cualquier cosa, me comunicara a un número de emergencia», señaló. Minutos después, comenzaron a llegarle infinidad de mensajes de amigos preguntándole si estaba bien.
«Ahora, estoy llegando al laburo y para hoy están pronosticados 30 grados. La verdad es que nunca pensé que ese desastre podría llegar a mi puesto. Ya tengo el pensamiento brasileño de que no te importa nada. Estoy hace dos meses y medio y nadie habla de política. Con una cervecita y musiquita está todo bien«, dijo riéndose.
En 2019, Sergio abrió un local gastronómico en la calle Rolando, a cuatro cuadras del Centro Cívico en Bariloche. Ese primer verano, aseguró, trabajó bien, pero luego llegó la pandemia. Recién en 2021, con el Previaje, las cosas comenzaron a mejorar. «Pagué deudas que tenía y hasta diciembre del año pasado, me iba bien, laburaba como un perro pero, al menos, me podía ir de vacaciones. A partir de diciembre, llegó la debacle«, comentó y agregó: «El verano pasado no fue bueno, tampoco Semana Santa ni el invierno. Había mucho turismo pero sin mango».
¿Por qué decidió irse de Argentina? Cansancio, respondió: «Es mi segundo éxodo. El primero fue en 2001 a España con el corralito. Yo lo que quiero es vivir, no sobrevivir. Y acá vivís. También debe haber algo de la edad, pero estaba cansado del frío».
Destacó los precios accesibles en Brasil: «A un argentino le conviene venir. Y vivir acá también, ganando en reales. Vendo unas milanesas gigantes a 50 reales, que serían unos 10 mil pesos, con papas fritas, algo que allá en Bariloche cuestan 25 mil pesos».
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