Jugaron al fútbol como hacen las personas ciegas
Lucas Zapata mostró lo hábil que es con la pelota con cascabeles.
Neuquén
Leonardo Petricio
Los chicos aprendieron a escuchar la pelota, hacer pases y esquivar a un compañero sin perder el control del balón.
NEUQUÉN (AN).- Los chicos que conforman los equipos de fútbol del barrio Confluencia tuvieron ayer una jornada muy especial. Lucas Zapata jugador del equipo de fútbol para ciegos y disminuidos visuales “Las Águilas” del Club Olimpo de Buenos Aires y exmurciélago compartió con ellos una jornada de juegos, merienda y picaditos en la cancha del barrio. Todo comenzó muy temprano por la mañana cuando los chicos se acercaron al predio de Tronador y Chocón, donde les esperaba un desayuno servido por la comisión vecinal. Al llegar Lucas a la cancha, la mayoría de los niños de entre 5 y 12 años se sorprendieron porque les costaba entender que una persona no vidente jugara al fútbol. Zapata primero les mostró la pelota con cascabeles en el interior y les explicó todo lo que debe saber una persona vidente para jugar un partido contra un equipo de no videntes. “La pelota no puede levantarse del suelo porque los cascabeles no suenan, no se juega brusco pero sí pueden ser veloces. Lo importante es que la pelota suene”, comenzó enseñando el exmurciélago. “La idea es que los chicos se puedan integrar y también queremos compartir con ellos y con la sociedad el mensaje de que todos podemos jugar al fútbol, hacer deportes de diferentes maneras”, aseguró el jugador. Luego separados en grupos los jugadores de Confluencia se familiarizaron con la pelota con sonido, aprendieron a escucharla y a manejarla para posteriormente hacer pases a compañeros, trasladarse por la cancha y esquivar a un compañero sin perder el control de la pelota y lo más emocionante para ellos, patear penales. Todo esto lo hicieron con los ojos vendados. De la actividad también participaron chicas del barrio. Walter Nievas es el coordinador de los equipos de fútbol, rugby y jockey que funcionan en Confluencia apoyados por la comisión vecinal. Su proyecto es contener a los niños y jóvenes mediante el deporte para sacarlos de la calle. Ante cada actividad o partido, los equipos cuentan con una merienda, ayer compartieron chocolate y facturas. Además se armó un ropero comunitario y luego de los partidos se levantó un pelotero inflable. “A veces se hace difícil manejar todo esto, la vamos remando. Pero cuando veo lo bien que la pasan los chicos en la cancha digo que nada es vano. Esta actividad es nueva para ellos y es muy positiva”, comentó Nievas. La actividad fue organizada por la Fundación del Banco de la Provincia del Neuquén y la vecinal de Confluencia.
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