La Fiesta Nacional del Chocolate ya se disfruta en Bariloche

El evento arrancó este jueves por la tarde en la calle Mitre con miles de turistas y residentes que recorren los stands, que tienen actividades para los más pequeños, y las chocolaterías que ofrecen promociones para todos los paladares.

Mucho movimiento en la calle principal de la ciudad, colas de chicos en los stands de juegos participativos, espectáculos gratuitos, fotos de recuerdo en “la casa del Conejo” y el inconfundible aroma del cacao fueron los datos distintivos de la jornada inaugural de la Fiesta Nacional del Chocolate, que comenzó este jueves y se extenderá hasta el domingo.

La colorida decoración montada en el Centro Cívico, en el parque lindante y en la calle Mitre le puso marco a la fiesta, que ya es un clásico de la Semana Santa y se transformó en la más convocante de Bariloche.

Turistas de Buenos Aires, de Córdoba, el Alto Valle, Rosario, Trelew, Comodoro Rivadavia y también muchos de Chile esperaron con sus hijos el inicio de las actividades de la llamada “Universidad del Chocolate”, que también atrajeron a numerosos barilochenses.

A lo largo de las primeras siete cuadras de la calle Mitre hay vistosos stands con todo lo necesario para que los chicos dibujen, armen origamis, prueben suerte en juegos de destreza y adivinen sabores de chocolate en una “cata a ciegas”. La propuesta, como otros años, es que completen todos las pruebas a lo largo de los cuatro días de la fiesta para obtener al final su “diploma” universitario.

En esta edición de la fiesta la novedad es el show de luces y música, en el Centro Cívico, que comenzará a las 20 y se repetirá hasta las 23.


Paseo del Chocolate


Un portal de utilería colocado en Mitre y Rolando invita a ingresar al “paseo del Chocolate” y todo en la fiesta remite de algún modo al sabroso producto que desde hace décadas distingue a Bariloche.

Una pequeña multitud caminó desde temprano entre los grandes huevos y conejos que forman parte de la ornamentación de la fiesta y a esa puesta en escena también aportaron los chicos que lucen las vinchas con orejas de conejo, entregadas a sus clientes por todas las chocolaterías.

La fiesta no pasa desapercibida para nadie en la zona céntrica. Además de la Mitre, que funcionará durante cuatro días como paseo peatonal, hay otros atractivos como el festival musical del chocolate, que ofrece espectáculos gratuitos en el teatro La Baita, y la obra alusiva “La cocina de Roberta”, en el puerto San Carlos, con funciones a las 16.30, 17.30 y 19.30.


Gran demanda y promociones


Las chocolaterías de la Mitre -que se distribuyen de a cuatro o cinco por cuadra- sumaron su propia cuota de atractivos con promociones, vidrieras tentadoras, y fueron altamente demandadas. Los artistas callejeros que hicieron base en algunas esquinas clave, como la del banco Nación, y hasta los bares y cafés con mesas en la calle también sacaron partido del intenso movimiento.

La fiesta popular volvió a tomar impulso este año con las actividades completamente libres y por orden de llegada. Atrás quedaron los días en los que la fiesta debió ajustarse a los recaudos sanitarios propios de la pandemia causada por el covid-19, y permitía participar de los juegos y espectáculos solo con cupo e inscripción previa.

Esta vez solo hay que retirar las entradas gratuitas con anticipación para los espectáculos de La Baita, pero esta tarde de jueves ya se habían agotado.


La cita más esperada


El momento más esperado por todos será la fabricación a la vista de la barra de chocolate artesanal “más larga del mundo”, programada para este sábado desde la 18, en la calle Mitre. Este año, según los organizadores, tendrá 215 metros.

Participan en la producción más de un centenar de especialistas de las distintas chocolaterías, y alumnos de la escuela de gastronomía, quienes luego, una vez enfriado el chocolate, lo repartirán entre el público.

Pasadas las 16 una familia de turistas de Buenos Aires, de “zona Norte” según aclararon, esperaba su turno para participar de la kermesse del chocolate y ya estaban interesados en conocer detalles sobre “la barra más larga”, como a qué hora era recomendable llegar y dónde colocarse para no perder detalle.

Alba, una mujer mendocina, acompañada de dos nenas que lucían sus orejas de conejo, también recorrió la Mitre a media tarde sin decidirse en qué juego anotarse para comenzar el recorrido. “Está todo muy bueno, la verdad que se disfruta, pero es una lástima que no empiecen a horario”, dijo la mujer.

Nadie pierde de vista que la excusa es celebrar el chocolate y, como dicen los fabricantes, el producto se lo merece porque “es casi imposible encontrar alguien a quien no le guste”.


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