La nueva normalidad llegó a las escuelas de Bariloche

Luego de las vacaciones y los dos días de paro docente, comenzó el ciclo lectivo. Una escuela del sur de Bariloche no pudo iniciar las clases porque no se efectuó la limpieza tras una obra y Camuzzi no conectó los medidores de gas.

Con una temperatura que apenas alcanzaba los 7 grados pero con un cielo despejado, chicos y adolescentes volvieron a las aulas después de las vacaciones y de las dos jornadas de paro docente.

«Arrancamos muy bien, con un 100% de asistencia y con otro contexto. Seguimos con los cuidados con alcohol, la ventilación cruzada y manteniendo el distanciamiento en los espacios comunes, pero ya sin termómetro», expresó Mirta Ferrari, la directora de la escuela 320.

Advirtió que alumnos y padres se adaptaron sin inconvenientes a los protocolos y solo se requirió una reunión informativa con las familias de los niños de primer grado para informarlas respecto a las medidas.

Ferrari señaló que si bien el vínculo con las familias siempre es constante, a partir de la pandemia se generó un contacto más directo a través de los grupos de whats app.

Las clases en la escuela 315 del barrio Malvinas, en cambio, no arrancaron ya que, según indicaron, «quedó pendiente la limpieza de la obra por la ampliación con el Salón de Usos Múltiples, la cocina y el comedor, la pintura y la conexión del gas».

Continúan los cuidados por la pandemia, aunque este año sin tomar la temperatura en el ingreso al colegio. Foto: Marcelo Martínez

«Calculamos que los primeros días de la semana que viene podríamos empezar. Dependemos de que se haga la limpieza correspondiente y de Camuzzi. Lo cierto es que hay cierta inquietud por parte de las familias», señaló Valeria Escobar, la directora del colegio.

La escuela 255 de la calle Mange inició las clases el miércoles pasado ya que los docentes no adhirieron al paro.

«Arrancamos muy bien aunque los primeros días no concurren todos los estudiantes. Tardan un poquito porque el comienzo coincide con las vacaciones de las familais y nos avisan que están volviendo, de viaje», expresó Carina Antual, la directora de la escuela 255.

Contó que el primer día de clases, se realizó un acto en el patio del colegio en el turno mañana y tarde y las familias permanecieron del otro lado del portón del colegio. «La familia necesita ese contacto con el colegio que se complicó a partir de la pandemia. Esa necesidad está latente. Están pendientes de poder ingresar al colegio y compartir. Pero el espacio de la escuela es reducido hasta para generar un momento compartido con los estudiantes. Si el tiempo nos acompaña, la idea es formar filas en la entrada», indicó.


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