Los volcanes se monitorearán desde Bariloche

Parques Nacionales cedió un predio en cercanías del velódromo y a comienzos del 2024 deberían convocar a una licitación pública para la construcción del edificio que tendrá 1.213 metros cuadrados.

El Observatorio Argentino de Vigilancia Volcanica que depende del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) dejará de funcionar en Buenos Aires y será trasladado a Bariloche.

Sucede que el año pasado, Parques Nacionales otorgó un predio ubicado en la calle Antártida Argentina y Moreno, en inmediaciones del velódromo, para levantar el edificio. El Segemar accedió a una línea de crédito del programa «Construir Ciencia» del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Nación para financiar infraestructura. El plano arquitectónico ya está terminado y se espera el llamado a la licitación pública para la construcción del edificio a comienzos de 2024.

«Hoy no tenemos respuesta de lo que pueda suceder con esto. Pero tenemos la esperanza de que suceda», resumió Sebastián García, director del Observatorio de Vigilancia Volcánica.

El observatorio destinado al estudio, monitoreo y evaluación de la actividad volcánica en el país está operativo desde 2016.

Doce investigadores del Conicet están abocados a la vigilancia de seis volcanes (Copahue, Lanin, el complejo volcánico Laguna del Maule, Planchon Peteroa, al sur de Mendoza, la Isla de la Decepción, en la Antártida y el Domuyo).

Mediante la observación permanente, los profesionales del observatorio detectan cambios en la actividad de los volcanes a través de diversos métodos visuales e instrumentales. El objetivo es anticipar «alguna condición anómala precursora de un eventual proceso eruptivo«. Así, se elaboran alertas tempranas.

En las inmediaciones de cada volcán, se ha instalado instrumental como sismógrafos, equipos de GPS de alta precisión, cámaras visuales de monitoreo y equipos de medición de gases. «Además, se instalan baterías, paneles solares, antenas de telecomunicaciones y estructuras sobre las cuales el instrumental va emplazado a fin de que puedan subsistir a las condiciones climáticas adversas de viento y nieve», especificó este licenciado en Ciencias Geológicas con formación en estudios geofísicos.

La información desde cada volcán funciona en tiempo real los 365 días del año y se transmite a los servidores en Buenos Aires y desde ahí, hacia Chile.

«Tiempo atrás se firmó un acuerdo entre Chile y Argentina con la finalidad de intercambiar información. Recibimos información de volcanes chilenos que puedan afectar al territorio argentino«, explicó García y puso como ejemplo que tiempo atrás, recibieron reportes del volcán Villarrica y Láscar, en el norte de Chile, que podría haber afectado a provincias como Salta y Jujuy.

La génesis del proyecto fue a partir de la erupción del volcán Copahue en diciembre del 2012. «Los primeros días del 2013 se firmó un acuerdo con Chile para monitorear los volcanes a ambos lados de la Cordillera. El financiamiento se obtuvo recién a partir del 2016», indicó García.

Instalación de la red de monitoreo del complejo volcánico Laguna del Maule. Foto: gentileza

Si bien el proyecto nació en Buenos Aires, aseguran que tiene «una visión federal y la convicción de que debía trasladarse a un lugar más cercano a los volcanes«. ¿Por qué se pensó en Bariloche para instalar la sede? A raíz de las consecuencias que generó la erupción del volcán chileno Cordón Caulle, entre otras.

«La idea es traslarlo. Contar con un edificio de alta tecnología, con sala de monitoreo, para recibir al público. Bariloche es centro de conocimiento de la temática en la región», describió García.

Toma de muestras de gases. Erupción complejo volcánico Planchon-Peteroa. Foto: gentileza

Cómo será el nuevo edificio

El edificio tendrá una superficie cubierta de 1.213 metros cuadrados, estará dividido en tres plantas y permitirá albergar un total de 30 profesionales y técnicos.

Además de oficinas para el personal, contará con una sala de conferencias para el desarrollo de exposiciones y un área de monitoreo de última generación desde donde podrá visualizarse toda la información proveniente de las distintas redes de monitoreo volcánico instaladas en territorio argentino.

Las autoridades del Segemar confían en que el nuevo observatorio en Bariloche “se convertirá en un centro de referencia en la temática a nivel nacional e internacional, recibiendo especialistas y posibilitando la formación de nuevos profesionales y jóvenes investigadores en el estudio de los volcanes activos de nuestro país”.

Así será el edificio en Bariloche. Foto: gentileza

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