Martina, una historia de inclusión y talento en el IUPA

Martina Komacek tiene síndrome de down, estudió en la universidad y hoy es licenciada en Artes Dramáticas: "Es un sueño hecho realidad".

«¡Mirá a donde llegue!», dice Martina desde el escenario en la obra que presentó para su examen final de la licenciatura en Arte Dramático del IUPA. Cuenta que jamás imagino tener un título universitario, pero su discapacidad no la frenó y hoy alza con orgullo un diploma que para ella «es un sueño hecho realidad».

Martina Komacek tiene 31 años, es de Neuquén y vive en China Muerta con su familia. «Desde pequeña me gusta el teatro, iba a comedia«, cuenta. Por eso, al momento de decidir qué estudiar, aunque tuvo dudas, la respuesta llegó rápidamente. «Estaba en la secundaria y pensé ‘¿qué puedo hacer?’, entonces dije, voy por arte dramático», relata.

En 2020 comenzó la carrera en el Instituto Universitario Patagónico de las Artes. En remís, taxi o con sus papás, Martina viajó a General Roca todos los días a estudiar lo que quería. «Estudie cinco años y un poquito más», dice. El acompañamiento que tuvo por parte de los docentes fue clave. «No solo ellos, mis compañeros también me acompañaban y me ayudaban», dice.

Su mamá, Sandra, cuenta que Martina puso todo su esfuerzo y que algo a destacar es que los profesores no tuvieron nunca un trato particular. «Le exigieron como a los demás. Tuvo que rendir los exámenes y estudiar», relata.

La artista había estudiado comedia musical de chica y había hecho talleres, «pero ella quería estudiar en la universidad como su hermana«, comenta su mamá.

Es que Martina se sube al escenario y se transforma. «Cuando actúo me olvido de todos mis problemas. Actuar es libertad», expresa con emoción.

Para su examen final preparó un monólogo llamado «Todxs Podemos». «Basta de discriminar, todos somos personas», arranca su intervención en el escenario. «Yo soy una persona. Tengo síndrome de Down ¿y qué tiene? También tengo derechos», agrega.

Durante su presentación, Martina hizo un recorrido de su vida, desde que comenzó a estudiar comedia musical cuando era chica hasta que recibió su título de licenciada en Arte Dramático, mientras que interactuaba con la escenografía. También agradeció a sus profesores a quienes la acompañaron en el trayecto.

«El teatro siempre me hizo Feliz. Siempre. Casi me hacen bajar los brazos, no pudieron. Ahora soy más fuerte», relata. Por último, dice: «Una vez un hombre me dijo: esta nena va a cambiar el mundo». Ese día Martina lo hizo. Se recibió y sentó un precedente en el Alto Valle.

Para su mamá es un gran orgullo ver a Martina lograr lo que se propone. «Por suerte ha tenido apoyo y las oportunidades, pero siempre fue un trabajo para ella y peleó por lo que quería», señala su mamá. «Esto es para mostrar que se puede, que la inclusión es posible si hay lugares que lo permiten, como el IUPA».

Hoy, además de ser licenciada en Arte Dramático, también da talleres y clases de teatro. Aparte, trabaja como administrativa en la ciudad deportiva de Neuquén y le va muy bien con la tecnología. «Mis compañeros me piden que los ayude con Excel», cuenta.

Martina tiene síndrome de Down, pero eso no la define. Logró superar barreras y se siente una «afortunada», dice emocionada. «No hay que tener miedo, hay que luchar por los sueños».


El área de accesibilidad del IUPA, un acompañamiento clave


El área de accesibilidad fue creada en el 2020 con el objetivo de atender específicamente a la población de estudiantes con discapacidad.

La referente del programa en la carrera de arte dramático, Lilén Quintín, contó que si bien ya existían algunos docentes que trabajaban haciendo apoyo a los estudiantes, el área se creó en ese año.

«Actualmente, cuenta con un equipo de 16 personas. Hay referentes de área, referentes técnicos y docentes de apoyo», dijo la docente. Los técnicos son asistente social, psicólogo y psicopedagoga y también están los referentes que son profesores afines de cada disciplina para cada uno de los departamentos.

«Por ejemplo, yo soy la referente de arte dramático, hay otro referente de audiovisuales, otra referente de danzas y de música y de visuales, que sería la parte de plástica», explicó.

Quintín acompañó a Martina como docente de apoyo durante su cursada. «Teníamos un encuentro de dos horas semanalmente, además de intercambio por WhatsApp o correo, y también me encargaba de hablar con los docentes del taller de trabajo final para hacer algunas adaptaciones del programa», relató la docente.

Hoy el área acompaña a más de 40 estudiantes pertenecientes a diferentes carreras. Hay acompañamientos individuales y otros grupales, hay un dispositivo que se llama técnica de estudios en donde se refuerzan algunos contenidos que se dan dentro de las cátedras.

Por último, hay un grupo también de estudiantes por la accesibilidad, que organizan encuentros de socialización y difusión de actividades.


"¡Mirá a donde llegue!", dice Martina desde el escenario en la obra que presentó para su examen final de la licenciatura en Arte Dramático del IUPA. Cuenta que jamás imagino tener un título universitario, pero su discapacidad no la frenó y hoy alza con orgullo un diploma que para ella "es un sueño hecho realidad".

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