Murió un cantante barilochense durante un festival en Francia
El cantante barítono Alejandro Meerapfel, de 54 años, murió al sufrir un infarto durante una actuación en el festival de Ambronay.
Alejandro Meerapfel ofrecía una canción desde su balcón en Dijon durante los días más duros de la pandemia. Foto: gentileza
El cantante barítono barilochense Alejandro Meerapfel murió tras sufrir un infarto durante una actuación en el festival de ópera y música barroca de Ambronay, en el este de Francia. Tenía 54 años.
Según informó el medio francés ResMusica, Meerapfel intervenía en el oratorio Dono della Vita Eterna, de Antonio Draghi, bajo la dirección de Leonardo García Alarcón cuando se sintió descompuesto luego de su segunda intervención, más de una hora después del comienzo del espectáculo. El cantante se desplomó y de inmediato, intervinieron los bomberos, aunque no lograron reanimarlo.
El concierto fue interrumpido y el público fue rápidamente evacuado.
“Nos entristece anunciar que el barítono Alejandro Meerapfel falleció anoche de un infarto en el escenario durante un concierto en el marco del 44 Festival Ambronay. Reconocido barítono, Alejandro fue compañero de mucho tiempo del director de orquesta argentino Leonardo García Alarcón y de la soprano Mariana Flores ”, publicó la organización del festival a través de su cuenta de Facebook.
En tanto, el cantante Leonardo García Alarcón, que dirigía el conjunto Cappella Mediterranea y el coro de cámara de Namur en el momento de la tragedia, también escribió en sus redes: “Fue un ejemplo para todos nosotros y como músico con una voz inolvidable por la nobleza de su tono y la profundidad del artista. La tristeza es inmensa. Y no hay palabras que puedan expresar lo que sentimos anoche cuando partió hacia otro mundo”.
Música durante la pandemia
Meerapfel se formó en el Teatro Colón de Buenos Aires donde cantó durante 19 temporadas consecutivas.
Desde hacía algunos años vivía en Dijon, en Francia. Durante los momentos más duros de la pandemia por Covid, repitió todos los días a las 20 el mismo ritual: salía al balcón de su departamento en un quinto piso, pedía un aplauso para el personal de salud y ofrecía una canción. La gente de los balcones próximos lo ovacionaban.
“Fue algo espontáneo. Unos vecinos que nos escuchaban practicando durante el año, un día nos pidieron una canción desde un balcón de enfrente. Ahora la gente abre sus ventanas y espera a que cantemos después de cada aplauso”, relató el músico durante la pandemia a RÍO NEGRO.
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