Negro Muerto, el emblema del nuevo horizonte agrícola de Choele
El valle que hoy se erige podría transformar la matriz económica de toda la región. La principal ciudad de Valle Medio confía en este nuevo motor que impulsará su crecimiento.

En el 146° aniversario de Choele Choel, uno de los motores del Valle Medio, la mirada del desarrollo productivo se proyecta hacia el norte del río Negro, donde empieza a consolidarse un nuevo polo agrícola que podría transformar la matriz económica de toda la región: el valle de Negro Muerto.
Ubicado entre Choele Choel y General Conesa, este extenso valle combina dos condiciones estratégicas típicas de la Norpatagonia: agua de calidad en abundancia y altos niveles de radiación solar. El potencial es enorme: sobre un total de 90.000 hectáreas, se estima que unas 62.000 son regables, lo que abre la puerta a una reconversión agrícola de escala.

A diferencia de otros territorios áridos del monte patagónico, Negro Muerto ya dio pruebas de lo que puede ofrecer. En sus suelos ya se cultivan con éxito especies emblemáticas de la zona núcleo agrícola del país, como el maíz, el trigo y la soja, con resultados que superan ampliamente los rindes promedio de la pampa húmeda.
Pero para que este oasis productivo despliegue todo su potencial, la infraestructura resulta clave. Uno de los grandes cuellos de botella es la falta de electrificación rural, esencial para pasar de sistemas de riego a gasoil a equipos eléctricos mucho más sustentables y económicos.
En ese sentido, la provincia de Río Negro ya tiene elaborado un ambicioso proyecto de electrificación para la zona. Según informó el secretario de Agricultura, Lucio Reinoso, la obra contempla una doble terna de 33 kilovatios que partirá desde la estación transformadora El Solito, cruzará el río Negro y se desplegará a lo largo de 35 kilómetros, con siete subestaciones que permitirán abastecer a los productores con energía adecuada para el riego.

“La primera etapa contempla 15.000 hectáreas con potencial productivo inmediato y una inversión de 8,5 millones de dólares. Ya se está alistando todo para comenzar: los productores están abriendo caminos y realizando las servidumbres de paso por donde pasará el electroducto, y el Gobierno provincial está solicitando el financiamiento necesario a Nación para poner en marcha la obra”, señaló Reinoso.
El plan ya fue validado en talleres participativos con los productores, y con la participación la Secretaría de Energía y la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático
Kaita-Co, el campo que anticipa el futuro de Choele
Negro Muerto no es una promesa vacía: ya tiene nombres propios que encarnan su potencial. Uno de ellos es el establecimiento Kaita-Co, ubicado a minutos de Choele Choel, que logró rendimientos récord en cultivos de soja y trigo a partir de un proceso paciente de formación de suelos.
A través de técnicas como la siembra directa y la rotación de cultivos, los productores transformaron suelos áridos en tierras fértiles y activas. “Lo que producimos acá no solo es rentable, también es beneficioso para el ambiente: estamos capturando carbono, mejorando el suelo, construyendo futuro”, explica uno de sus propietarios, Hugo Ghio.
Con rindes de hasta 64 quintales por hectárea (qq/ha) de soja y 84 qq/ha de trigo, Kaita-Co demuestra que la frontera agrícola del país puede seguir avanzando hacia el sur, con innovación, conocimiento y compromiso con la sustentabilidad.
Este modelo de producción es el que se vislumbra para el futuro de Negro Muerto. Si las obras de infraestructura se concretan, Choele Choel podría ser epicentro de un nuevo capítulo en la historia productiva de Río Negro, con impacto directo en el empleo, las inversiones y el arraigo rural.
A 146 años de su fundación, la ciudad no solo celebra su historia: también se proyecta al porvenir, con Negro Muerto como bandera de un nuevo tiempo de oportunidades agrícolas en la Norpatagonia.

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