Nuevo Abrazo al Limay: “Este río es único y lo queremos en libertad”

Niños, adolescentes y viejos pobladores realizaron una conmemoración de la primera movilización realizada en el mismo lugar hace 28 años para rechazar un emprendimiento hidroeléctrico durante el gobierno de Carlos Menem.

Una pequeña multitud, con amplia mayoría de niños y adolescentes, se congregó hoy a orillas del Limay para participar de un nuevo “abrazo” al río, en conmemoración de la primera movilización realizada en el mismo lugar hace 28 años para rechazar un emprendimiento hidroeléctrico que iba a afectar de modo irremediable esa porción del curso de agua.

El acto realizado en el balcón costero ubicado sobre el límite rionegrino, unos 300 metros aguas abajo del puente interprovincial de la ruta 40, fue una reafirmación de la defensa del río en su fisonomía original, que solo se conserva en unos pocos kilómetros, solo desde el lago Nahuel Huapi hasta el anfiteatro. El resto quedó alterado por las sucesivas represas montadas entre Alicurá y la confluencia con el río Neuquén.

Unas 300 personas entre militantes ambientalistas, guardafaunas, guardaparques, autoridades de Dina Huapi, de Bomberos, del parque Nahuel Huapi y numerosos alumnos de las escuelas y jardines de la zona se acercaron al punto de reunión, donde hay un cartel que recuerda el primer abrazo, realizado en 1995, en el que participaron más de 5.000 personas, para sorpresa de los organizadores.

Como cada año para el 8 de octubre (este año se hizo el 9 para facilitar la participación de las escuelas), la motivación principal de la convocatoria fue la de rechazar el proyecto de “Segunda Angostura”, una represa que el gobierno nacional proyectaba construir en los años 90 a la altura del anfiteatro y hubiera borrado el último 10% del río que no está alterado por embalses artificiales.

Varios de los impulsotres originales estuvieron presentes hoy, entre ellos Jorge Vienni, quien leyó el “manifiesto” del Limay, redactado en la víspera del primer abrazo. También estuvo y contó su experiencia el excomisionado de Fomento de Dina Huapi Hugo Brockeroff, quien participó activamente en la movilización de 1995. “Queríamos salvar nuestro lugar porque había un proyecto como Segunda Angostura, que consistía en poner un dique de 120 metros e inundar toda esta parte del río -recordó-. El proyecto está cajonedo, pero podemos encontrarnos en algún momento otra vez con aquel gran problema”.

Brockeroff destacó el trabajo de dos maestras de la escuela 312, Ana y Micaela, quienes lo convocaron días atrás para transmitirle a sus alumnos el sentido de la primera convocatoria y de los sucesivos abrazos al Limay. “Este río tenía casi 500 kilómetros y hoy queda apenas el 10%, el resto fue borrado por las represas y canalizaciones -se lamentó-. Estas aguas azules nos llenan de alegría”.

La canción emblema

El comunicador y músico Edgardo Lanfré estuvo a cargo de la conducción del acto y cumplió el ritual de cantar con los chicos la zamba Dulce Limay, de Marcelo Berbel, asumida por todos como la mejor síntesis de lo que expresaba el “abrazo”.

También resaltó la participación de los chicos, quienes “huelen que aquí hay algo importante y que son los herederos de aquel esfuerzo”. Lanfré convocó a disfrutar del río, que corre en estos días con un caudal pocas veces visto, y reseñó el trabajo del grupo de activistas y vecinos preocupados por el ambiente, nacido como Comunidad del Limay, que fue el principal impulsor de la campaña contra Segunda Angostura.

En el acto se convocó a “crear conciencia” de que ese sector del Limay superior es un área protegida y debe ser respetada en su geología y su biodiversidad. También uno de los oradores mencionó la necesidad de una ley nacional que prohíba definitivamente la ejecución de la represa, porque “el río todavía corre peligro”.

Los alumnos de 4° y 5° grado de la escuela de Dina Huapi leyeron un texto que ellos mismos elaboraron, donde rescatan la memoria sobre el primer abrazo. “Pero no solo hablamos del pasado, sino de nuestro futuro”, dejaron también en claro.

La intendente de Dina Huapi, Mónica Balseiro, se declaró emocionada por el alcance de la convocatoria y también resaltó el trabajo de las maestras y de los padres para “mantener este legado”.


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