Neuquén suma un puente: comenzó la obra de calle Anaya para reactivar un viejo brazo del río Limay

Comenzaron los trabajos estructurales para levantar el nuevo puente en calle Anaya, una obra central del plan provincial para reactivar el cauce del brazo Todero del río Limay.

Este lunes comenzó la construcción del puente sobre calle Anaya, en la ciudad de Neuquén. Esta obra marca el inicio de un proceso de saneamiento ambiental y recuperación hídrica del brazo Todero del río Limay, cuyo cauce fue cerrado en 1972. El proyecto integral es impulsado por la subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia.

El puente, que forma parte de una intervención más amplia que incluye también los futuros puentes Saavedra e Ignacio Rivas, representa un punto clave para mejorar la conectividad vial en una zona que hasta ahora contaba con infraestructura limitada. Se prevé que la nueva estructura, de 12 metros de largo y 20 de ancho, cuente con veredas laterales y bicisendas para favorecer la circulación en los barrios costeros.

«Estamos comenzando con la obra en dos frentes. Por un lado, hay muchos servicios públicos de agua, cloacas, líneas eléctricas que tienen que ser desviados para poder trabajar. Y, por otro lado, la pilotera ya empezó a trabajar porque tenemos que hacer los 24 pilotes necesarios para el puente», informó el ingeniero Gustavo Baratti, director general de Proyectos y Obras de la subsecretaría.

Actualmente trabajan unas 30 personas en distintos frentes de obra. Se están ejecutando simultáneamente los pilotes estructurales, los desvíos de servicios esenciales —agua potable, gas y electricidad—, y la preparación de las armaduras del futuro puente. Todos estos servicios están siendo canalizados hacia un terraplén lateral que permitirá continuar con la obra sin interrupciones.


El nuevo diseño está pensado para prevenir posibles crecidas del río Limay


«El agua pase por abajo del puente y la gente pueda transitar de un lado hacia el otro, hacia lo que sería una isla, donde se encuentran los barrios de la ciudad», explicó Baratti sobre el diseño del nuevo puente, pensado también para prevenir posibles crecidas del Limay.

Con un plazo estimado de ejecución de 470 días, la obra avanza sin contratiempos gracias a las condiciones climáticas favorables. «Como estamos haciendo recién los pilotes y no tenemos nieve en la zona, se puede trabajar bien con el tema de los hormigones. Así que no vamos a tener problemas», aseguró el ingeniero.

Desde el organismo se destacó la colaboración con los vecinos y se pidió comprensión ante los desvíos y cortes temporales. «Es una obra muy importante. Pedimos paciencia a los vecinos porque tenemos desvíos y la obra va a llevar un tiempo», señalaron, al tiempo que resaltaron que los beneficios en conectividad, transitabilidad y recuperación ambiental serán significativos para toda la comunidad.