Papa Francisco saludó a Jacobacci por el centenario

El Sumo Pontífice mandó una carta al obispo de la diócesis de Bariloche, Juan José Chaparro.

El papa Francisco saludó especialmente a la localidad rionegrina de Jacobacci en su 100° Aniversario a través de una carta enviada al obispo de San Carlos de Bariloche, Monseñor Juan José Chaparro Stivanello.

“La memoria quizá les haga añorar aquel tiempo donde el tren “La Trochita” hacía más fluida la comunicación, o lamentar esos días en los que el Puyehue los llenó de cenizas”, escribió el Sumo Pontífice en la cálida salutación que le hizo llegar a la comunidad jacobacina.

“Pero el tenor de la fiesta no será ni la tristeza ni la añoranza: supieron con creatividad buscar nuevas vías para conectarse con el resto del Sur y, tras las cenizas, vino la nube de solidariedad y un renovado esfuerzo por salir adelante”, destacó.

También reconoció que en la Línea Sur, “a la soledad de las extensiones y al frío del clima se lo combate con la firma voluntad de encontrarse, estar cerca, compartir, y lograr sostenter una solidaridad creativa”.

Francisco recordó la “estola de telar mapuche” que le regalaron, y resaltó al pueblo de Jacobacci, “que sabe de amores crucificados” y “está dispuesto a seguir ese mismo camino de entrega, sobre todo por los más pobres y olvidados”.

Por último, y como ya es su característica, pidió que por favor recen por él y bendijo a toda la comunidad en este nuevo aniversario.

El texto completo de la carta

Vaticano, 14 de septiembre de 2016

S.E.R.

Mons. Juan José Chaparro Stivanello, C.M.F.

Obispo de San Carlos de Bariloche

Querido hermano:

Quisiera hagas llegar a la comunidad de Exaltación de la Santa Cruz de Ingeniero Jacobacci y a todos los que viven en esa ciudad, mi saludo y cercanía. Sé que están celebrando el centésimo aniversario de su fundación. En esos lugares tan distantes, las fechas importantes son ocasion de especial festejo, de encuentro, de agradecimiento y memoria. La memoria quizá les haga añorar aquel tiempo donde el tren “la trochita” hacía más fluída la comunicación, o lamentar esos días en los que el Puyehue los llenó de cenizas. Pero el tenor de la fiesta no será ni la tristeza ni la añoranza: supieron con creatividad buscar nuevas vías para conectarse con el resto del Sur y, tras las cenizas, vino la nube de solidariedad y un renovado esfuerzo por salir adelante.

Ese sector de la diócesis que han llamado “linea sur” sabe que a la soledad de las extensiones y al frío del clima se lo combate con la firma voluntad de encontrarse, estar cerca, compartir, y lograr sostenter una solidaridad creativa.

Aquella estola elaborada en un telar mapuche que me regalaron y la advocación al Cristo crucificado y exaltado me hacen rezar para que ésos sean los signos creyentes de este centenario: una comunidad que, sin imponer, amalgama la fe de modo creativo y bello, un pueblo que sabe de amores crucificados y por eso está dispuesto a seguir ese mismo camino de entrega, sobre todo por los más pobres y olvidados.

A todos les pido, por favor, que recen por mí. Que Jesùs los bendiga y la Virgen Santa los cuide.

Francisco


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