“¿Qué es para vos la infancia en la guerra?”: con distintos objetos y talleres, un museo bosnio enseña el poder de la paz a los más pequeños

El War Childhood Museum refleja, mediante recuerdos como cartas o juguetes, las historias de niños impactados por conflictos bélicos. También organiza talleres para reflexionar sobre la importancia de la empatía y la resolución pacífica de conflictos armados. En 2022, 4.500 niños principalmente de Bosnia, pero también de Montenegro, Serbia y Suecia participaron de más de 300 talleres.

Jasminko Halilović nació en 1988 en Sarajevo, Bosnia y Herzegovina, aunque en aquel momento era el territorio de la República de Yugoslavia (lo que hoy conocemos como Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y Kosovo). Cuando tenía cuatro años comenzaron las guerras yugoslavas, una serie de conflictos armados entre las distintas regiones que buscaban su independencia del gran país. Específicamente, en la guerra de Bosnia los bosnios musulmanes y los bosnios croatas, que querían la independencia, se enfrentaron a los bosnios serbios quienes deseaban seguir siendo parte de Yugoslavia. El conflicto tuvo lugar entre 1992 y 1995 y dejó más de 100 mil muertos y dos millones de personas desplazadas

Sarajevo fue sitiada por los bosnios serbios quienes asediaban a los civiles para que las autoridades cedieran a las demandas. Luego de cuatro años, se retiraron en 1996. Al día de hoy, es el asedio a una ciudad más largo de la historia moderna

De una pequeña pregunta a un gran libro

Luego de terminar el colegió, Halilović estudió finanzas y fundó distintas empresas. Siempre pensó en hacer algo en relación a la guerra que había marcado a miles de infancias de su generación, incluida la suya. Por eso, optó por escribir un libro sobre distintas experiencias a través del concepto de memorias cortas. “Creé una página en internet con la pregunta: ¿Qué es para vos la infancia en la guerra?’ y limité las respuestas a 160 caracteres”, cuenta. Al cabo de dos meses, más de 1.000 personas habían respondido y querían saber si podían seguir escribiendo y mandarle distintos objetos, como juguetes, dibujos y diarios. “Comprendí que no habían tenido la oportunidad de hablar de sus experiencias. Vi potencial en esta temática y sobre todo en la posibilidad de construir y beneficiar a una comunidad”, afirma.

A lo largo de su trayecto, muchos sobrevivientes le agradecieron por la posibilidad de contar sus historias. Visnja Muzika contribuyó a la colección con la carta que le regalaron sus vecinos por su séptimo cumpleaños, fue el único regalo que podían costear. En esta nota de TRT World, contó: “Estoy muy feliz de poder entregarla al museo para mostrar a otras personas que pequeñas cosas como este pedazo de papel pueden dar esperanza frente a los horrores de la guerra”.

En paralelo a este proceso, Halilović escribió el libro Djetinjstvo u ratu (en bosnio Infancia en la guerra). Cuando terminó, se dio cuenta de que las memorias en general estaban conectadas con objetos y pertenencias. Por eso, en 2012, antes de que el libro fuese publicado, diseñó el primer proyecto de un museo que ayudara a reflexionar y generar consciencia sobre el impacto de la guerra en las infancias.

Cada año la exposición permanente en Sarajevo comparte historias y objetos personales que no hayan sido expuestos anteriormente. En 2022, 44 de las 50 historias exhibidas fueron de Bosnia y Herzegovina, mientras que las seis restantes fueron ucranianas. (Imagen: War Childhood Museum. Intervenido por Marisol Echarri)

Los cimientos de un museo

Durante la guerra, el mayor sueño de Halilović fue ver a Bosnia, luego de independizarse, jugar en un Mundial de Fútbol. Por eso, viajó a Brasil en 2014 para ver el debut de su país contra la Argentina en la Copa del Mundo. Ese viaje fue el puntapié que lo hizo meditar sobre su propósito de vida, que quería alinear con la idea de un museo que mostrara las experiencias de las infancias durante la guerra. 

En 2015, reunió a un equipo pequeño y establecieron una metodología para comenzar la colección. Un año después hicieron la primera exhibición y en 2017, abrieron la muestra permanente del War Childhood Museum (Museo de la Infancia en la Guerra) en Sarajevo. 

Una colección de objetos personales y testimonios

La colección tiene más de 5.000 objetos de 16 conflictos armados diferentes desde la Segunda Guerra Mundial hasta la Guerra de Ucrania. Cualquier objeto que cuente con una historia de alguien cuya infancia (hasta los 18 años) haya sido afectada por conflictos bélicos puede contribuir a la colección completa. El material de las diferentes exposiciones depende de los objetivos de cada una. Por ejemplo, en la exhibición permanente de Sarajevo, las historias son principalmente bosnias y hay una pequeña sección con narraciones internacionales. 

Siempre se intenta que las exposiciones internacionales (han llevado muestras a países como Ucrania, Serbia, Kosovo, Suecia, Holanda y Francia) y la permanente de Sarajevo sean lo más representativas posibles de toda la colección. Por eso, se hace un balance de historias dependiendo del género y del rango etáreo. Además, existen 41 clasificaciones para las distintas historias, que sirven para organizar exposiciones. Entre estas se encuentran: peligro en general, refugio, pérdida de un ser querido, experiencia como refugiado, ropa, juegos, entre otras. 

El museo se financia de manera privada, principalmente a través de donaciones de individuos o fundaciones y de sus propios ingresos por la venta de entradas y la tienda de regalos. Algunos años recibe un pequeño aporte del Gobierno bosnio. 

La colaboración con la asociación Yesterday-Today-Tomorrow, y el profesor Henry Bell de la Universidad del Oeste de Escocia, dio lugar a un taller basado en elementos del teatro de la imagen para todas las edades. (Imagen: gentileza War Childhood Museum. Intervenido por Marisol Echarri)

La importancia de la paz para los más chicos

Un equipo multidisciplinario lleva a cabo todo el trabajo del museo. Entre ellos hay educadores, historiadores, psicólogos, expertos en los derechos de los niños, traductores. A lo largo de la primera mitad de 2017, se construyó un programa educativo a través de talleres con la ayuda de Educator’s Institute for Human Rights orientado principalmente a grupos escolares. El desarrollo de los nuevos materiales tenía el objetivo de generar conciencia sobre el papel de cada niño en el proceso de construcción de la paz. Merima Ražanica, coordinadora de las actividades educativas del museo, comenta: “Reconocer la importancia de la resolución de conflictos de manera pacífica y el desarrollo de la empatía son dos ejes clave de los talleres”. 

Toda la preparación de los talleres se hace en colaboración con un psicólogo y se divide en tres etapas. Antes de la visita, cuando durante el horario de clases realizan una actividad preparatoria; durante el recorrido del museo, que incluye una puesta en común; y después del recorrido, cuando se busca que pongan en práctica lo aprendido. Asimismo, las actividades se desarrollan para distintos grupos etáreos: primer y segundo grado de la primaria; tercero y cuarto; quinto y sexto; séptimo, octavo y noveno; secundarios y universitarios.

En 2022, el museo fue visitado por niños y jóvenes de 15 ciudades de Bosnia, incluida Sarajevo, y de Montenegro, Serbia y Suecia. (Imagen: gentileza War Childhood Museum. Intervenido por Marisol Echarri)

Debido a la complejidad y sensibilidad del tema se incluye al círculo íntimo del niño en el proceso de su visita. Entonces, cada chico recibe una carta de parte del museo a través de su educador. En esta se los invita a pensar sobre el tema desde una amplia perspectiva, donde se hace hincapié en que todos los niños del mundo viven experiencias distintas, algunas de ellas afectadas por la guerra. Los padres o tutores y los educadores también reciben una carta con información general del museo y el cuidado de los niños en el lugar. Ražanica comenta: “Este canal de comunicación es importante para generar un espacio seguro para los niños, introducir la temática progresivamente y asegurarnos de no conmocionarlos”. 

Además de la carta, cada grupo hace actividades previas con su educador. Algunas de estas son tomadas de Compass, el Manual de Educación en los Derechos Humanos con jóvenes del Consejo de Europa. Por ejemplo, reflexionan sobre qué cosas se llevarían de su casa si tuviesen que huir y luego hacer una lista y clasificarlas según su importancia. “Eso les sirve para ponerse en los zapatos de otro, específicamente de alguien que tuvo que dejar su hogar a causa de la guerra. Además, piensan tanto en necesidades básicas como en necesidades emocionales”, dice Ražanica. 

En el museo, se realiza una visita guiada interactiva con preguntas y discusiones sobre algunos objetos exhibidos. Un estudiante secundario del Mixed High School of Economics and Catering, en Travnik, Bosnia, contó: “Me gustó la forma del museo, su propósito y su idea porque uno puede aprender mucho sobre la experiencia de los demás”.

Luego se hace una puesta en común sobre la construcción de la paz de manera holística y cómo llegar a ello. Alma Ramić, maestra de la escuela primaria, destacó “especialmente el trabajo de los educadores que animaron a los alumnos a responder libremente a las preguntas”. Aida Jerlagić, también maestra de primaria, comentó: “Mis alumnos disfrutaron de la visita, lo que, para mí, es el mejor indicador del cuidado con que se preparan los talleres. Estos les dieron experiencias que recordarán para siempre”.

Al volver, una de las tareas para los grupos más grandes es meditar algunos días sobre qué acciones concretas se pueden realizar en su comunidad y cuáles son los obstáculos. De esta manera, cada grupo elige qué proyecto llevará a cabo para contribuir al proceso de construcción de la paz. “Lo más importante que aprendí del museo es que el odio nunca trajo nada bueno”, comentó un estudiante secundario de Lukavac Grammar School, de Lukavac, Bosnia.

La actividad orientada a jóvenes llamada “El globo de construcción de la paz” consiste en anotar en un globo aerostático, luego de algunas preguntas, cómo los niños y jóvenes pueden participar del proceso de la paz y cuáles son los obstáculos. Así, pueden ver este proceso a grandes rasgos. (Imagen: gentileza War Childhood Museum. Intervenido por Marisol Echarri)

Otras dimensiones de la empatía

En búsqueda de que los temas abordados en el museo sean accesibles para todos, hay talleres para niños con discapacidad auditiva o visual. Por ejemplo, bajo el concepto de un retrato que una niña había hecho de sí misma durante la guerra, se anima al grupo a usar arcilla para generar retratos propios con réplicas táctiles de objetos del museo y sus historias en braille. 

Durante el 2023, el museo organizó Children in War (Niños en la guerra), un seminario internacional junto con las organizaciones civiles HERMES y Youth Initiative for Human Rights (YIHR), en colaboración con La Casa de Ana Frank. Más de 70 maestros de todo el mundo construyeron un kit con 25 planes de actividades para enseñar sobre el tema en otras instituciones. Esta opción estará disponible en la página web del museo a partir de octubre de 2023. 

Por último, en abril de 2023, el museo creó guías interactivas bajo la metodología de Lilliput PLUS, un proyecto que incentiva la participación de familias en museos europeos. Con los materiales brindados por la organización, más de 120 familias con niños menores a 10 pudieron visitar el museo de manera interactiva.

Junto a algunos de los objetos expuestos se encuentran bancos pequeños de color amarillo con un cartel que dice: “Pedile a un adulto que te lea esta historia” (Imagen: gentileza War Childhood Museum. Intervenido por Mariso Echarri)

Un museo virtual e internacional

La colección crece cada día y la institución tiene muchas posibilidades de expandirse. Por eso, uno de los objetivos principales es que el prototipo de museo virtual pueda ser una plataforma global para que todo el mundo pueda apreciar esta experiencia. 

El Museo de la Infancia en la Guerra es el único en el mundo que se concentra solamente en infancias marcadas por conflictos bélicos. En 2022, recibió más de 5.000 estudiantes en visitas de colegios y se realizaron más de 300 talleres para 4.500 niños. 

Hoy cuenta con una oficina en Países Bajos, Ucrania y pequeños proyectos en Asia, y buscan expandirse mucho más en los dos últimos lugares. “No siento que sea un tema de competencia, sino que hace varios años aprendí que la existencia de este lugar ayuda a las personas a sanar la relación con su pasado y con los que las rodean”, cuenta Halilović.

La visita al museo es, para muchos de los niños y las niñas, la primera vez que pueden tratar el tema de la guerra y de su poder de hacer la paz de forma constructiva. “De chica se desautorizaba mi opinión porque era pequeña durante la guerra y querían que opinara igual que mi círculo más cercano”, cuenta Ražanica. “Se busca que los niños hagan la paz cuando no fueron parte del conflicto. Es significativo para mí poder hablar con ellos e invitarlos a conversar abiertamente de manera consciente, más volcada hacia la construcción de la paz”. 


Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa ‘Periodismo Humano’, una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN



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