Golpes que no se ven: el maltrato infantil afecta al 34% de los niños y adolescentes argentinos

En un contexto en el que se pone el acento en la crianza positiva, el 50% de la población infantil es objeto de agresiones verbales y un 7% es sometida a castigos severos que desembocan en consultas en las guardias. Así lo concluye el informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad elaborado por la Universidad Austral.

El 34% de los niños argentinos padece castigos físicos y un 7% es sometido a castigos severos que desembocan en consultas en las guardias o bien con chicos hospitalizados. En tanto, más del 50% de la población infantil fue objeto de agresiones verbales. Así se desprende del informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad elaborado por la Universidad Austral.

«El objetivo fue poner en agenda temas vinculados a los niños, una de las poblaciones más vulnerables, especialmente en el aniversario de la Convención Internacional de los Derechos del Niño», esgrimió Victoria Bein, doctora en Psicología y profesora investigadora del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral, a diario RIO NEGRO.

La investigadora reconoció que si bien las cifras del maltrato en niños y adolescentes «impactaron», «no resulta la foto completa» de las condiciones de vida de este sector de la población. El informe analizó cuatro dimensiones claves para el desarrollo infantil: hábitat, educación, salud y protección frente al maltrato.

Los principales afectados por la violencia doméstica

El estudio elaborado por las investigadoras María Sol González, Lorena Bolzon y Bein se basó en los informes de Unicef y la encuestas de hogares. También se tomó en cuenta el registro de la Oficina de Violencia Doméstica que depende de la Corte Suprema de la Nación que revela que los niños y adolescentes representan en promedio el 30% de los afectados en los casos de violencia doméstica.

Las estadísticas muestran una variación entre el 25% y el 34% de forma creciente desde 2009 a 2024.

Casi 9 de cada 10 víctimas tenía vínculo familiar con el agresor y 6 de cada 10 padecía violencia diaria o semanal. Las formas más frecuentes fueron la violencia psicológica (más del 90%) y la física (entre el 34% y el 39%), seguidas por violencia simbólica, económica y sexual. El grupo más afectado fue el de 6 a 10 años; mientras que entre los adolescentes de 15 a 17 años se registró el 28% de las lesiones físicas constatadas.

«Las bajas en las denuncias de situaciones de violencia entre los 11 y 17 años podría explicarse por la falta de intermediación de terceros para efectivizar tales denuncias», subraya el informe.

Una crianza sin maltrato


Bein se mostró sorprendida ya que el 90% de los padres respondió no estar a favor del castigo físico, aunque el 42% admitió haberlo ejercido. «Hay una diferencia entre lo que consideran correcto y lo que hacen», resaltó, al tiempo que insistió en que los casos de maltrato y abuso «no discriminan por clase social ni nivel educativo».

«Desde las ciencias de desarrollo, hablamos de crianza positiva. Sin embargo, estamos en una sociedad atravesada por muchos conflictos, con un nivel de irascibilidad altísima», argumentó. Puso como ejemplo el caso de adultos «que no se pueden regular emocionalmente y les estamos pidiendo que críen niños y se regulen«.

Explicó que «uno no nace con la habilidad de regularse emocionalmente -no viene inscripto en tu ADN-. Es una habilidad aprendida que se desarrolla. Entonces, encontramos el caso de muchos que vienen de métodos de crianza muy agresivos, en que la educación socioemocional nunca se puso en agenda, que terminan criando niños sin herramientas».

Mencionó que, por lo general, estas cuestiones se abordan desde las redes sociales aunque carecen de profundidad.

El informe destaca la urgencia de avanzar hacia una legislación específica que prohíba el castigo físico como forma de disciplina, «promoviendo entornos seguros, afectivos y respetuosos para la crianza». Por su parte, Bein consideró fundamental «pedir ayuda» y mencionó la Casa Cuna, por ejemplo, que cuenta con un programa destinado a ayudar a los padres a ejercer una crianza sin maltrato.

«¿Qué genera este tipo de crianzas?», se consultó a la investigadora. Fue contundente: una incidencia más alta de depresión, ansiedad, problemas de regulación emocional e ideación suicida e incluso, problemas de aprendizaje. «La lista es infinita porque hay consecuencias a nivel del sistema nervioso. Si comparamos a un niño víctima de violencia sistemática con otro que no la padece, uno tendrá menos conexiones neuronales que el otro. Hay un sistema nervioso en desventaja», subrayó.

Los niños y adolescentes representan en promedio el 30% de los afectados en los casos de violencia doméstica. Foto: gentileza

Hábitat, salud y educación

El estudio indica que el 13,4% de la población infantil y adolescente reside en hogares con más de 3 personas «por cuarto habitable». En tanto, el 23.3% vive en casas con materiales precarios -techos de chapa, cartón o plástico, paredes de chapa o sin revocar o pisos de tierra-.

«Que vivan en condiciones de hacinamiento, con tres o más personas en un ambiente, los vulnera en un montón de aspectos. Son más proclives a ser víctimas de situaciones de abusos. Muchos, además, no tienen acceso a la red de agua, ni cloacal», recalcó Bein.

En tanto, la proporción de niños, entre los 5 y 17 años, cubiertos por el sistema público de salud es de 43%; el resto cuenta con algún tipo de obra social, mutual, prepaga o servicio privado de emergencia.

«Hay que resaltar que el sistema público está cada vez más desfinanciado. Lo mismo sucede con la educación: el 70% de los niños y adolescentes depende del sector estatal y, rinde mucho peor que el privado», planteó Bein.

El informe hace hincapié en el reciente decreto que desregula los aranceles del sector privado y que implica un desafío para el sistema educativo ya que podría generar una migración adicional desde el ámbito privado hacia el público. «Sostener una escuela pública sólida resulta fundamental no solo para absorber una eventual mayor demanda sino para reafirmar su papel en la igualdad de oportunidades y cohesión social», dice el informe.


Datos que no son aislados

-Según los datos de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud, en 2023 los suicidios constituyen la primera causa de muerte entre las mujeres de 10 y 19 años, antes que los tumores y accidentes.

-El suicidio constituye la segunda causa de muerte en varones de 10 a 19 años, después de los accidentes. Sin embargo, el número de suicidios es tres veces mayor en varones de 20 a 29 años mostrando una tendencia creciente con el paso de los años.


El 34% de los niños argentinos padece castigos físicos y un 7% es sometido a castigos severos que desembocan en consultas en las guardias o bien con chicos hospitalizados. En tanto, más del 50% de la población infantil fue objeto de agresiones verbales. Así se desprende del informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad elaborado por la Universidad Austral.

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