Tuberculosis: los casos se mantienen estables en Río Negro y aumentan en Neuquén

En los últimos cinco años, los casos aumentaron un 65% en Argentina. Río Negro mantiene estables los números aunque pone la mirada en los diagnósticos a más temprana edad. Neuquén pasó de una tasa del 3,5% (cada 100 mil habitantes) en 2021 a 9,9% en 2024.

Después de la pandemia por Covid-19, los casos de tuberculosis registran una suba interanual del 5 al 8% a nivel nacional. Entre 2023 y 2024 se registró un aumento del 9,2%, lo que contempla alrededor de 1.500 personas. El año pasado, se diagnosticaron 16.600 personas enfermas. Río Negro, sin embargo, no acompaña la tendencia nacional.

«Estamos estabilizados: el año pasado registramos 96 casos. Lo cierto es que nuestro promedio ronda los 90 anuales en los últimos años. No hay incremento», aseguró Gabriela Vázquez, coordinadora del Departamento de Tuberculosis en Río Negro.

El primer semestre del año, la provincia registró 39 casos nuevos; en el mismo período de 2024, hubo 41 casos -96 se contabilizaron en todo el año-.

A nivel nacional, las autoridades sanitarias priorizan las acciones de vigilancia en la población menor a 15 años ya que el incremento en este segmento alcanza el 15%. «Que llegue un niño enfermo significa que hubo adultos que se escaparon. Si bien siempre hubo niños y adolescentes que enfermaron, el crecimiento de un año a otro es llamativo. Esto obliga a evaluar qué está pasando. Hablamos de una enfermedad cuya transmisión es intradomiciliaria, dentro del grupo familiar, en la red cercana», subrayó.

Advirtió que la enfermedad aumenta principalmente entre la población económicamente activa (hasta 50 años) y el 60% de los casos corresponde a varones: “Esto está vinculado a que le cuesta más consultar en el sistema de salud”.

Advierten que muchos diagnósticos son tardíos. Foto: gentileza

Qué pasa con la vacuna y cuáles son los síntomas

Vázquez resaltó que la tuberculosis es una enfermedad vinculada especialmente a dos grupos. Por un lado, a personas inmunocomprometidas con enfermedades que atacan el sistema inmune y bajan las defensas, como la diabetes, el VIH, la artritis reumatoidea, enfermedades oncológicas y aquellos “tratamientos nuevos que bajan las defensas” o tratamientos prolongados con corticoides.

Por otro lado, la tuberculosis está vinculada a grupos con vulnerabilidad socioeconómica. «Hablamos de personas privadas de la libertad, en situación de calle y la población pobre. El aumento de la tuberculosis a nivel nacional refleja nuestra situación socioeconómica«, evaluó.

Recordó que la vacuna BCG se aplica al niño recién nacido, antes de salir del sanatorio, ya que brinda protección a «las formas más graves de meninges que se dan en los primeros tres años de vida». «Después, no se aplican más vacunas porque no modifican nada. Nos podemos agarrar tuberculosis en cualquier momento de la vida y no hay vacuna que nos acompañe. Quedamos expuestos«, advirtió.

El primer síntoma de la tuberculosis es la tos por más de 15 días. «Si la tos no se va y hay flema, tengo que consultar. Después, se suma el cansancio, la pérdida de peso, la falta de apetito y la sudoración nocturna. La gente se levanta con el pijama transpirado porque hay picos de fiebre», detalló y aseguró que estos síntomas «generan confusión por lo cual muchas veces, no se consulta».

Entre 2 y 4 personas mueren por año a causa de la tuberculosis: suelen ser casos avanzados y vinculados a otros cuadros de salud. «A veces, es notorio que las personas vienen con cuadros de tos desde hace años y nunca consultaron. El diagnóstico se hace a través del moco que sale por la tos y el tratamiento es prolongado: dura 6 meses para todas las edades«, detalló la médica.

La BCG se aplica en bebés recién nacidos. Foto: archivo

El tratamiento consiste en la toma de cuatro antibióticos durante los dos primeros meses -la cantidad, en realidad, depende del peso-. En una segunda fase, los últimos 4 meses, se toman dos antibióticos a través de una misma pastilla.

«Hay que pensar en la tuberculosis como un hormiguero: cuando salen las hormigas, tenemos síntomas. Con los antibióticos que son fuertes, se mueren estas bacterias, pero abajo del hormiguero, quedan muchas hormigas que no veo. Muchas veces, cuando se van los síntomas, la gente abandona el antibiótico y es un riesgo. Es importante sostenerlo. No solo para que se vayan los síntomas sino todos los bichitos en el cuerpo», puso como ejemplo.

Comentó que, muchas veces, se inician los tratamientos para tuberculosis aun sin confirmarse el diagnóstico. En estos casos, se priorizan los síntomas. Se llama «tratamiento por criterio clínico».

Vázquez hizo hincapié en la necesidad de un diagnóstico oportuno: «Cada hospital y centro de salud puede identificar a las personas con esas vulnerabilidades y trabajar. No es casual que yo hoy esté en el hogar Emaus (para personas en situación de calle): están en nuestra lista de grupos de riesgo», aseveró y aclaró que «el trabajo continuo hace que hoy no haya casos en esta institución, al igual que en 2024. El trabajo local mantiene los números o hace que nos acerquemos a los nacionales«.

Los síntomas de la tuberculosis. Foto: gentileza

Incremento de tuberculosis en Neuquén

En Neuquén, la tasa de tuberculosis pasó del 3,5% (cada 100 mil habitantes) en 2021 al 9,9% en 2024. Así lo confirmó la infectóloga María Paula Bernachea, a cargo Programa Provincial de Tuberculosis y Lepra. «Creemos que estos números están muy asociados a la migración de las provincias del norte que registran las tasas más altas de tuberculosis«, manifestó.

En los últimos cinco años, aportó, los casos aumentaron un 65% en Argentina. «Creemos que incidió la pandemia del Covid-19 que generó una patología pulmonar crónica. Muchas personas quedaron con alguna secuela», acotó.

En el último año, la suba a nivel nacional fue del 11%. Neuquén registró 74 casos. «Un 86% de casos nuevos, un 90% registró una afección pulmonar y en el 65% de los casos correspondió a hombres», puntualizó la especialista.

Coincidió en que la edad afectada por esta enfermedad «está bajando» y se ven más casos de cuadros pulmonares en adolescentes y adultos jóvenes. «Lo llamativo es que cuando se detecta un pediátrico con tuberculosis, seguro hay un contacto adulto con la enfermedad. El problema es que hace un diagnóstico tardío. Es una enfermedad que cuanto antes se diagnostica y se trata, menos contagia. Y la recuperación es mucho mejor», expresó.

Otro problema, consideró Bernachea, es la adherencia al tratamiento: «Es largo y los pacientes lo abandonan cuando empiezan a sentirse mejor. Por eso, lo abordamos con un equipo multidisciplinario en Neuquén: no es solo un problema del médico sino del sistema sanitario. Y aunque la gente tenga obra social, el tratamiento se brinda desde Nación porque no hay medicación disponible para comprar mediante la obra social».

También resaltó la importancia del llamado «estudio de contacto» ante un diagnóstico de tuberculosis. «No nos quedamos en el paciente sino que controlamos a todos sus contactos del día a día, sea familia o trabajo», afirmó.


Después de la pandemia por Covid-19, los casos de tuberculosis registran una suba interanual del 5 al 8% a nivel nacional. Entre 2023 y 2024 se registró un aumento del 9,2%, lo que contempla alrededor de 1.500 personas. El año pasado, se diagnosticaron 16.600 personas enfermas. Río Negro, sin embargo, no acompaña la tendencia nacional.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora