Un sueño de la infancia que se hizo realidad: de Roca al Teatro Colón sin escalas

La historia de Gloria, una estudiante de Musica del IUPA que fue convocada por una importante orquesta que tocará el viernes en el Teatro Colón. A los 26 años cumple el anhelo de su infancia en Zapala, donde creció rodeada de música popular.

A los cinco años, la mesa de su casa era un imponente escenario y el peine del baño, su micrófono. Gloria era solo una nena y pasaba sus tardes en Zapala, cantando; tocando tambores, cuerdas; fascinada con la música. Fueron muchos los domingos de folclore en familia, rock en la adolescencia.

Ella no se olvida de la niña que fue y que mamó la música desde la cuna, con su padre guitarrista como ídolo. En sus shows sobre el comedor de la casa, esa pequeña soñó con ser oída por miles y hoy a sus 26 años empieza a concretar su anhelo. Se va a tocar al Teatro Colón.

Se llama Gloria Herminia Gualmes. Nacida y criada en la ciudad neuquina de Zapala, hace siete años vive en Roca. Es estudiante avanzada de Música en el Instituto Patagónico de las Artes (IUPA). El jueves pasado viajó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) a cumplir un sueño.

A sus 26 años, la joven estudiante logrará un hito en su carrera.

El 16 de junio a las 20 horas sube al escenario del histórico Teatro Colón con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires para presentar la obra “In Memoria di Michelangelo” del ruso Giya Kancheli. Allí, la joven roquense, interpretará tres instrumentos, la campana da Chiesa, campanas tubulares y glockenspiel. Ayer empezaron los ensayos para el esperado día.

La herencia de la música popular es el mayor legado de esta joven artista. Durante su infancia tocó el bombo legüero, la guitarra y diversos instrumentos. A los 14 años conoció la batería y nunca la dejó. Ganó una beca en un conservatorio en Zapala donde se formó durante un año.

A raíz de ese aprendizaje, Gloria se embarcó en proyectos colectivos con bandas de Zapala de distintos géneros. Pasó por más de 14 conjuntos de rock, salsa, tango, folklore y cumbia. “Empecé con una banda que hacía tributo a Rata Blanca”, recordó. Y en todo ese recorrido, decidió que la música era su vocación.

“En todas las bandas toque la batería y cuando llegué a Roca recién conocí lo que es la percusión académica, la música orquestal. Conocí el vibráfono, la marimba, el xilofón”, contó Gloria a RIO NEGRO.

A los 17 años, dejó a su familia para mudarse a Roca e ingresar al IUPA, becada en una residencia universitaria. Gloria viene de una familia trabajadora, su padre es albañil y metalúrgico, y con su sueldo no podían pagarle un alquiler para estudiar en Roca. Fue descomunal el esfuerzo de su familia y clave los derechos de la educación pública para generar oportunidades.

Fue mucho el estudio y la práctica lo que la llevó hasta acá. En muy pocos años, Gloria adoptó el lenguaje de la música académica, un mundo totalmente desconocido en sus orígenes, pero que la maravilló. “En mi vida había escuchado un violín de cerca, nunca había visto una orquesta a los 18 años. Es un mundo diferente la música académica, un lenguaje diferente”, reconoció.

“Les diría a todos los artistas del interior que con solo querer, uno empieza a buscar y encontrar las herramientas para lograrlo”

Gloria Guarmes, estudiante de Percusión IUPA

“No importa si tus padres no tienen trabajo o hay que trabajar y estudiar a la vez, la idea es poder anhelar con todo lo que uno es, eso que soñamos tiene mucha mucha fuerza, y a raíz de eso, encontramos la vocación”, dijo. Hoy se siente eternamente agradecida por esta oportunidad.

“Quiero agradecer mucho a mi familia, a mi mamá y a mi papá. Porque veo todo lo que hacen para que yo esté acá”, lanzó.

Entrar al Colón: una puerta que se abre

Con una capacidad para 3.000 personas, el Teatro Colón es la casa de ópera más grande del país. Cuenta con una acústica perfecta y un estilo arquitectónico que te lleva al viejo continente: combina formas germánicas e italianas con decoraciones francesas.

La oportunidad de pisar el teatro surgió para Gloria hace un poco menos de un mes, cuando un músico porteño se contactó con uno de sus profesores de IUPA en busca de un percusionista para esa importante obra. Así fue que su docente la invitó.

“Uno como artista piensa cuáles son los puntos que tiene que cumplir en su vida para que su carrera crezca. Y este es uno, yo creo que para el artista estar en el Teatro Colón es uno de los sueños que hacen que se puedan abrir más puertas. Me necesito preparada, tranquila y emocionada. Yo creo que es el momento”, aseguró Gloria, en la previa al gran día.

Ahora, sus desafíos pasan por recibirse, luego planea dedicarse al concierto y seguir formándose con maestrías en otros países del mundo como México, España, Estados Unidos.


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