Valles del Chañar: la chacra que alimenta el futuro
Aniversario San Patricio del Chañar | El proyecto se sostiene gracias al trabajo articulado entre el municipio, instituciones educativas y el Gobierno de la Provincia de Neuquén.
Un rincón fértil crece año a año con el empuje de su gente. Se trata de la chacra municipal “Valles del Chañar”, un espacio comunitario de producción que, más allá de sembrar verduras, frutas y flores, cultiva trabajo digno, vínculos solidarios y soberanía alimentaria en San Patricio del Chañar.
Este proyecto, gestionado por la Secretaría de Desarrollo Económico del municipio, involucra hoy a más de 40 familias locales. En sus 10 hectáreas, la chacra integra producción agroecológica, capacitación técnica y, en breve, la construcción de una sala comunitaria de elaboración de alimentos. Todo eso, con una fuerte presencia de mujeres como protagonistas.

Las manos que siembran en San Patricio del Chañar también están construyendo un modelo posible de alimentación más saludable, economía más justa y comunidad más fuerte.
Tierra compartida, trabajo familiar
Acá no solo se siembra para vender. Se cultiva para comer, para compartir y para aprender. María Cañuqueo, una de las productoras que trabaja su parcela hace más de diez años dentro del predio, cuenta cómo la chacra mejora su economía familiar y le da la posibilidad de crecer como emprendedora. “Es una bendición tener ese pedazo de tierra, que la trabajo día a día. Con mi producción hago dulce de frutilla, frambuesa, zarzamora, pero también vendo el producto fresco en la feria. Además siembro productos para consumir en mi casa”, destaca.
“Es una bendición tener ese pedazo de tierra, que la trabajo día a día. Con mi producción hago dulce de frutilla, frambuesa, zarzamora, pero también vendo el producto fresco en la feria. Además siembro productos para consumir en mi casa”
María Cañuqueo, productora de la chacra municipal de San Patricio del Chañar.
La chacra municipal está dividida en parcelas de ¼ hectárea, donde actualmente 40 familias producen hortalizas de estación, frutas finas y hasta flores. A eso se suman 20 invernaderos, los cuales se utilizan para la producción hortícola bajo un convenio con el programa provincial PRODA.

Allí crecen desde lechugas, acelgas, kale y rúcula, hasta tomates de variedades tradicionales, berenjenas, chauchas, zapallos, melones, ajíes y frutillas. También se producen semillas locales —como parte del “Proyecto Semilla Neuquina” a través del INTA, la secretaria de desarrollo económico y el CFPA Nº 1— y se experimenta con compostaje y bioinsumos. El enfoque agroecológico y la transición hacia prácticas más sostenibles son ejes centrales de todo el trabajo técnico.
Más que producción, comunidad
El secretario de Desarrollo Económico, Diego Cumilao, explica que el proyecto se sostiene gracias al trabajo articulado entre el municipio, instituciones educativas y el Gobierno de la Provincia del Neuquén. «Tenemos una ingeniera agrónoma de PRODA y un estudiante avanzado que acompañan todo el proceso productivo, familia por familia. Se hace seguimiento, capacitación y asistencia para mejorar el rendimiento y también para garantizar el cumplimiento de las buenas prácticas agrícolas».
Ese seguimiento técnico incluye cronogramas de siembra, asesoramiento en fertilización, cuidados de riego y evaluaciones periódicas. Cada año se analiza el desempeño de los productores para renovar el comodato del uso de la tierra. Se prioriza la productividad, la limpieza del espacio, la participación en ferias y en tareas comunitarias como el mantenimiento de canales o la elaboración de compost.
A lo largo del año, los productores reciben capacitaciones sobre siembra según calendario biodinámico, visitas técnicas, cocina saludable y elaboración de bioinsumos naturales. Incluso han visitado chacras orgánicas y asistido a talleres en la Universidad del Comahue.
Mujeres son mayoría
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es que la mayoría de los productores de la chacra, según Diego Cumilao, secretario de Desarrollo Económico de San Patricio del Chañar, son mujeres. Ellas siembran, cosechan, venden sus productos en ferias locales; y además, se capacitan, cocinan, hacen conservas y protagonizan el crecimiento de una economía social y circular en su comunidad. Muchas son el sustento de sus familias en un rubro donde tradicionalmente predominaban los hombres.

Las ferias juegan un papel fundamental en la economía de estas familias, ya que son un canal clave para comercializar la producción. “Todo lo que cosechamos lo vendemos fresco. La tierra me da esa satisfacción y me permite vivir dignamente”, cuenta con orgullo María Cañuqueo, una de las productoras de la chacra hace más de diez años.
Nueva sala de alimentación de alimentos
En abril se firmó un convenio que permitirá que la chacra municipal también sea sede de una sala comunitaria de elaboración de alimentos.
Se trata de un proyecto estratégico que busca agregar valor a la producción local. La obra ya está en marcha y se concreta gracias a un convenio entre la Municipalidad de San Patricio del Chañar, el Centro PyME-Adeneu y la empresa Pluspetrol. Según explicó Comilao, Pluspetrol aporta los materiales de construcción y el equipamiento (balanzas, cocinas, mecheros), mientras que la Municipalidad financia la mano de obra y la Provincia —a través de un acuerdo reciente— se hará cargo de la obra de gas.
El Centro PyME articula el proyecto y se encargará de gestionar las habilitaciones necesarias para que la sala funcione conforme la normativa.
Este nuevo espacio permitirá que emprendedores puedan elaborar sus productos, como dulces, salsas, conservas y otros alimentos, bajo condiciones seguras e higiénicas, con posibilidad de venderlos más allá del mercado local. “Es un salto importante para la economía de nuestros productores”, celebró Cumilao.
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