Soledad Ibañez: “Me fui a estudiar y volví a la chacra, fue una decisión”

En fruticultura parece ser una constante que la gente joven ya no quiere seguir haciendo esta actividad. Es por eso que el recambio generacional es cada vez más dificultoso y cuesta encontrar referentes de corta edad que desempeñen tareas en las chacras o que estén ligados a todo lo que tenga que ver con esta producción. Pero hay excepciones, y una de ellas es Soledad Ibañez, de 34 años.

Su carta de presentación: “Soy hija de productor, trabajo en la chacra con mi papá, soy ingeniera agrónoma, estudié en La Plata y volví, siempre pensando en estar acá”.

La familia de Ibañez siempre estuvo vinculada a la producción. Hoy llevan adelante el emprendimiento entre tres personas: Soledad, su esposo y su papá.

Los tres manejan una chacra que está en Mainqué que tiene alrededor de 65 ha en producción.

“Tenemos manzana y pera, principalmente esta última, se probó con uva y carozo pero no cumplieron las expectativas”, cuenta Ibañez.

Recorrida por los cuadros para ver que esté todo en orden.

La fruta que producen la comercializan a través de Primera Cooperativa “a la que entregamos el 100% de la producción, también nos dan el servicio de asesoría técnica”, dice la productora.

Soledad Ibañez está abocada a la parte de gestión de producción, organiza los planes de cura junto a los técnicos de la cooperativa, se encarga de la supervisión de las tareas que se realizan en la chacra, de la gestión de los fertilizantes, del manejo y dirección de poda y otras tares culturales.

“Me gusta lo que hago, y no fue una obligación fue una decisión, de hecho tengo un hermano que es periodista y no está en la chacra”, dice Soledad frente a la consulta de por qué eligió la chacra.

“Tuve libertar para elegir lo que quisiera estudiar, pero la chacra me tiraba, a mi me gusta trabajar en un medio natural, a campo”, aclara sobre su elección.

Pero una cosa es estar en la chacra y otra muy diferente es que sea un medio que cumpla con la exigencia económica de una gran cantidad de personas que dependen de su producción. Dice Soledad: “Nos va bien, tenemos la suerte de entregar la fruta en un lugar serio, transparente, tenemos producción orgánica en toda la chacra, eso tiene un precio diferenciado”.

“Tuve libertar para elegir lo que quisiera estudiar, pero la chacra me tiraba, a mi me gusta trabajar en un medio natural, a campo”

Soledad Ibañez, productora frutícola.

El espacio productivo que maneja junto a su familia está plantado con variedades tradicionales, y es “una chacra que tiene una plantación bastante nueva, no hay monte tradicional, es una chacra ordenada, se respetan las rotaciones, ahora tenemos cuadros nuevos, intermedios y algunos tirando a viejos, pero ninguno obsoleto”.

A la hora de renovar cuadros, Ibañez explica cuáles son los parámetros que utilizan y sostiene: “para la rotación tenemos en cuenta la edad de los montes y los rendimientos, muchas veces la rotación no se hace en función de la edad sino de lo que pide el mercado, hace algunos años renovamos dos hectáreas y media”.

Ibañez realiza las tareas de la chacra en conjunto con su pareja y su papá.

También se tomó un momento para contar sobre su experiencia y el rol de la mujer en la actividad. Dijo al respecto: “no es común la inserción de la mujer en la chacra pero hay algunas productoras que están desarrollando la actividad, la mujer está más en el galpón que en la chacra, supongo que no hay más mujeres en la chacra porque no vienen a buscar trabajo, se da el caso de los golondrinas que vienen solos ahora, antes venía la familia, la uva es un poco más liviana, por ahí en ese rubro se ven más mujeres”.

Sobre este proceso de pandemia indicó que “con la cuarentena no tuvimos inconvenientes porque ahora el trabajo en la chacra está fácil para organizar porque hay mucha distancia entre trabajadores, y la temporada anterior la terminamos bien porque trabajamos con variedades que ya para mediados de marzo están fuera de la planta”.

Uno de los roles de Ibañez en la chacra es supervisar todos los trabajos que se realizan.

Habló además sobre la cuestión generacional y dijo lo siguiente: “en la familia se habla del traspaso generacional, las decisiones de cambio y renovación por ejemplo las tomamos con mi marido, mi papá ya no quiere hacer eso aunque es fuente de consulta permanente.

Por último, consultada sobre el consumo de fruta a nivel mundial y local indicó “no creo que haya disminución en el consumo de frutas a nivel mundial, incluso podría incrementarse por una cuestión de alimentación más saludable, y a nivel país no se por qué no hay mayor consumo de frutas, estimo que es una falta de hábito”.


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