Suicidio en comisaría: policías y médico a juicio

ROCA.- Dos jefes policiales, dos subalternos y un médico policial de Roca quedaron procesados por “homicidio culposo”, a raíz del suicidio de un chico de 17 años que había sido detenido en la Comisaría Tercera en octubre del 2008. Matías Nicolás Molina tenía 17 años y al momento de ser apresado en el predio del Easy de Roca deliraba. Estaba “provocando desorden, en aparente estado de ebriedad o bajo los efectos de alguna otra sustancia”. El chico atravesaba una crisis de abstinencia al consumo de drogas y en vez de trasladarlo al hospital o a su casa, la policía lo metió preso. El médico policial tardó casi cinco horas en ir a revisarlo y cuando lo fueron a buscar al calabozo para el examen del doctor el adolescente se había ahorcado con su propia camisa. “Es un reduccionismo cínico dar a todo la misma respuesta: calabozo”, destacó el juez Gastón Martín, quien dictó el voto rector de la Cámara Criminal Segunda de Roca que revocó los sobreseimientos y procesó a los cinco imputados de la causa. Lamentó el juez que ese “reduccionismo no sólo comprende al personal policial sino a toda una sociedad que cree que la prisión es la solución y la respuesta a todo elemento disocial”. Los procesados por el hecho son el comisario Roberto Emiliano García, quien al momento del trágico hecho, en la tarde del 31 de octubre del 2008 era jefe de la unidad; el entonces subjefe, subcomisario Luis Neguimán, el oficial de servicio Héctor Javier Fernández y el cuartelero Hugo Paillalef, además del médico de la Policía Pablo Luis Romera. A todos se les atribuyó, de cara a un juicio oral en el que se deberán analizarán en profundidad las pruebas, el delito de “homicidio culposo por inobservancia de los reglamentos y deberes de su cargo por parte del personal policial, que generan una omisión al deber de cuidado”, tal como lo solicitó al apelar los sobreseimientos el fiscal Miguel Fernández Jahde. Según la acusación fiscal, desde la detención a las 16:30 hasta las 20:50 que llegó el médico, Molina “no habría sido revisado por ningún otro médico ni trasladado al hospital para su atención, teniendo en cuenta el estado de incoherencia que mostraba”. Entre otras cosas, el chico decía que era “hijo de la Virgen María y que su papá se llamaba José”, y aseguraba a la policía que su documento de identidad era una bolsa de maní que tenía en un bolsillo. Lo correcto, según el voto del juez Martín, hubiera sido “llevarlo al hospital, o pedir la inmediata e imperiosa intervención de un médico o entregárselo a la madre cuando lo fue a buscar”, sobre todo porque la mujer explicó la situación de salud que atravesaba el chico. Los camaristas Oscar Gatti y María Evelina García acompañaron con su voto. (Redacción central)


ROCA.- Dos jefes policiales, dos subalternos y un médico policial de Roca quedaron procesados por “homicidio culposo”, a raíz del suicidio de un chico de 17 años que había sido detenido en la Comisaría Tercera en octubre del 2008. Matías Nicolás Molina tenía 17 años y al momento de ser apresado en el predio del Easy de Roca deliraba. Estaba “provocando desorden, en aparente estado de ebriedad o bajo los efectos de alguna otra sustancia”. El chico atravesaba una crisis de abstinencia al consumo de drogas y en vez de trasladarlo al hospital o a su casa, la policía lo metió preso. El médico policial tardó casi cinco horas en ir a revisarlo y cuando lo fueron a buscar al calabozo para el examen del doctor el adolescente se había ahorcado con su propia camisa. “Es un reduccionismo cínico dar a todo la misma respuesta: calabozo”, destacó el juez Gastón Martín, quien dictó el voto rector de la Cámara Criminal Segunda de Roca que revocó los sobreseimientos y procesó a los cinco imputados de la causa. Lamentó el juez que ese “reduccionismo no sólo comprende al personal policial sino a toda una sociedad que cree que la prisión es la solución y la respuesta a todo elemento disocial”. Los procesados por el hecho son el comisario Roberto Emiliano García, quien al momento del trágico hecho, en la tarde del 31 de octubre del 2008 era jefe de la unidad; el entonces subjefe, subcomisario Luis Neguimán, el oficial de servicio Héctor Javier Fernández y el cuartelero Hugo Paillalef, además del médico de la Policía Pablo Luis Romera. A todos se les atribuyó, de cara a un juicio oral en el que se deberán analizarán en profundidad las pruebas, el delito de “homicidio culposo por inobservancia de los reglamentos y deberes de su cargo por parte del personal policial, que generan una omisión al deber de cuidado”, tal como lo solicitó al apelar los sobreseimientos el fiscal Miguel Fernández Jahde. Según la acusación fiscal, desde la detención a las 16:30 hasta las 20:50 que llegó el médico, Molina “no habría sido revisado por ningún otro médico ni trasladado al hospital para su atención, teniendo en cuenta el estado de incoherencia que mostraba”. Entre otras cosas, el chico decía que era “hijo de la Virgen María y que su papá se llamaba José”, y aseguraba a la policía que su documento de identidad era una bolsa de maní que tenía en un bolsillo. Lo correcto, según el voto del juez Martín, hubiera sido “llevarlo al hospital, o pedir la inmediata e imperiosa intervención de un médico o entregárselo a la madre cuando lo fue a buscar”, sobre todo porque la mujer explicó la situación de salud que atravesaba el chico. Los camaristas Oscar Gatti y María Evelina García acompañaron con su voto. (Redacción central)

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